miércoles, junio 09, 2010

Apóstol del exceso (V.2.0)


Las lágrimas construyen barrios de silencio.
Lo mejor que puedes hacerme es creerte el personaje.

Astorga era un verano donde la casa temblaba de
a-bruma-miento.
También de rasgadas (caricias). Con umbrales incoloros. Sin límites.

Soñamos la tarde. Y nos refugiamos en las pinturas de la irreverencia.
El cromo es de Verlaine y vamos a drogarnos con algunas de sus imágenes.

El exceso me prueba de carcajadas. El humor es nuestra alma de absolución
masiva.
Pero este poema está limpio de distancia. En este poema todo puede irse por el
sumidero.

¿Quieres un dibujo? Pelo introvertido, salvaje barbilla y una maldad de juguete.
Las cazadoras dicen soy un chico mono. Y no seré yo quien la contraria les ofrezca.

Estoy lúcido. Seré un acabado. Pero, no me equivoques, que beba jarrones de absenta no domestica mi sentimental.

Hace violencia en mi recuerdo. Aunque calabazas a ese no. No de futuro.
La dejaré hablar. Y le obsequiaré un rato de descanso.
Le alfombraré las palabras con algunas buenas manos. Palabras timbre como dignidad.

Soy el apóstol del exceso. Voy a caer. Pero caeré de pie.
Con un verbo relámpago en una y un hígado angustiado en la otra.

La irreverencia tiene un precio. No me ha importado importarla.

Espero
momento
hayáis
bebido
uno bueno.


Michi Panero

No hay comentarios: