domingo, abril 26, 2009

Un trío para reventar la liga






(El Alta Gestión ganó con solvencia al Tau (103-90) en un partido para la antología, donde Walters, Saúl y Oleson marcaron la diferencia con 20 puntos cada uno)

Hay mañanas que parecen concebidas por el mismo arquitecto que un día se inventó los arco iris. El Alta Gestión disfrutó de uno de esos días este domingo, donde protagonizó uno de sus partidos más completos de la temporada, sino el que más, para someter con claridad al líder de la liga regular (condición que ya tiene asegurada matemáticamente): el Tau Vitoria, que dio mayor lustre al triunfo naranja porque compitió con fiereza.

Tanto corazón pusieron los vitorianos que Prigioni (8 asistencias) estuvo a punto de enloquecer, en un lance del último cuarto. El base argentino, víctima de la frustración, le propinó un puñetazo a Leo Mainoldi (14 puntos y 5 rebotes), uno de los hombres clave en la victoria naranja. Pero para llegar a ese estallido de locura ‘pepiana’, el Fuenla hizo muchas cosas bien que posibilitaron que germinara ese sentimiento de impotencia en el emperador de la fase regular de la ACB de esta temporada.

El partido despegó con un intercambio de golpes que, tal y como dicta el sentido común, beneficiaba al equipo con mayor potencial en su plantilla. Así las cosas, el Tau lideró el primer cuarto, amparado en el talento de McDonald y Mickeal en la pintura. Pero el segundo acto cambió de ambientación; entró en escena el estilo criterioso y pausado de Ferrán en la dirección y la temperatura defensiva subió unos cuantos grados con la presencia de Mainoldi y Guatvo Ayón, ese rocoso pívot mejicano, que dejó buenas sensaciones en su debut ACB con una defensa aguerrida sobre Splitter.

De repente, el público entró en estado de ebullición. Al frente de esa efervescencia se situaron Saúl Blanco y Brad Oleson, que lo hacía prácticamente todo bien. Cada uno de ellos ha llegado a su mejor versión a la recta final de campeonato; Saúl levita cuando bota el balón. Acelera, frena y vuelve a acelerar, combina cambios de ritmo y dirección y tiene un plus en el aire que le permite conciliar plasticidad y acierto.

Un regalo para este deporte. Con semejante nivel, el escolta-alero ovetense se está ganando por derecho una plaza para integrar la selección que este verano disputará el europeo de Polonia, porque encima entiende el juego y hace casi siempre lo que más le conviene al equipo; en esta ocasión se marcó un 50% de acierto en triples (4 de 8), capturó 4 rebotes y dio 3 asistencias.

A su lado, con un estilo de juego por lo menos igual de inteligente, emergió la figura de Brad Oleson, que ha recuperado su swing. El escolta alaskeño ejecuta el juego a una velocidad superior a la del resto y esa eficiencia nace de su intensidad mental. Lo que de verdad hace especial a este jugador es la paciencia con la que espera su momento, como interpreta cada acción con picardía y escoge la opción que más le conviene a su gente.

Por ejemplo, impresionó cuando se marcó un triple de ocho metros que, por electricidad, no tiene nada que envidiar a los personajes del universo Matrix. En otro lance imitó a Tarzán, se aporreó el pecho con insolencia (pidiendo a sus compañeros un aclarado para jugársela él) y anotó fácil tras una virtuosa entrada a canasta.

Enfrente, su defensor, Igor Rakocevic quedó tocado en su orgullo. E inició el tercer cuarto con un vendaval de acciones positivas para su equipo. Entre él y la consistencia de Mickeal y Splitter en la pintura, el partido se equilibró en el tercer acto. Pero fue un espejismo, porque este Fuenla tiene más armario de ropa que Jessica Alba.

Si quieren fiereza y autoconfianza, Anonio Bueno imparte una clase magistral esta temporada. Si prefieren una revolución creativa de frecuente acierto, su hombre es Kris Walters, que volvió a demostrar que su reino es de las segundas partes, cuando los cerebros se reblandecen y brillan los que de verdad creen en la victoria y tienen el descaro y talento para probar canastas impredecibles.

El Fuenla pues trituró al líder. En rueda de prensa, a Dusko Ivanovic le costaba encontrar explicaciones. Quien sabe, quizá un fantasma matilleaba su pensamiento; un Alta Gestióncomo primer escollo en el camino hacia el título. El caso es que el equipo de Luis Guill hizo un partido soberbio, con el corazón caliente en defensa y la puntería afinada en ataque. Gracias a la derrota del Ricoh ante el Granada en su propio feudo, el Fuenla ya es octavo, a una victoria del Pamesa, que descansa esta próxima jornada. El sueño sigue este jueves en Bilbao.

lunes, abril 20, 2009

No se vayan, todavía hay más




(El Alta Gestión ganó a domicilio con solvencia al Caja Sol, en un partido en que el equipo naranja rayó a gran altura y estuvo liderado por un soberbio Antonio Bueno)

En los años 80, un superhéroe tan diminuto como simpático llenaba de entretenimiento las miradas de niños de medio mundo. Se llamaba Superratón e hizo de la frase no se vayan, todavía hay más, una forma de entretener. Los peques sabían que siempre había espacio para una ración extra de diversión si aguardaban al mismo final de cada capítulo. A esa filosofía lúdica se ha apuntado el Alta Gestión, que el pasado sábado apuró sus opciones de jugar los play off (ya ha empatado a victorias con el Ricoh Manresa) a través de un partido formidable ante el Caja Sol.

El Alta Gestión hizo uno de sus dos mejores partidos fuera de casa (el otro fue ante el MMT Estudiantes en la ida de la competición) justo cuando más falta hacía. El equipo de Luis Guill empezó avasallando al equipo hispalense (2-13 en el minuto 4) merced a la voraz actuación de Antonio Bueno, que acabó contabilizando 29 puntos y 5 rebotes.

Al contrario de otras veces, el cuadro naranja funcionó en defensa con bastante regularidad, negando opciones cómodas de tiro a los sevillanos y cerrando muy bien el rebote. El otro hombre destacado en ese arranque fue Vuck Radivojevic, que lo hizo todo prácticamente bien en los 16 minutos de acción que tuvo: 4 puntos, 5 rebotes y 3 asistencias. Entre ambos jugadores hay además una química especial que se concreta en su habilidad para sincronizarse en el bloqueo y continuación.

Los cajistas no sabían donde meterse. Venían confiados por su racha de 6 triunfos consecutivos y no se esperaban semejante caudal de juego. Clay Tuker exhibió algunas de sus fantásticas condiciones, pero se cargó muy rápido de faltas (4 en el ecuador del segundo acto) y ese lastre condicionó su rendimiento posterior. El culpable de esa sobrecarga punitiva tiene la piel de hielo y responde al nombre de William.

William Bradley Oleson volvió a mostrar muchas de sus virtudes en un partido en el que se le miró con lupa. Sigue sin estar aliado con la suerte (se le salieron dos balones de dentro de la cesta cuando iban a ser triples), pero el no se descompuso y dejó un muestrario de entradas a canasta para la videoteca. Asumió el mando naranja en los momentos más comprometidos y salió victorioso porque tiene una montañas de recursos para convertir la cintura de sus rivales en un implante de titanio, que acostumbra a dejar tirado a mitad de camino en su camino invencible a canasta.

El Caja Sol no se rindió, entre otras cosas, porque su público se encorajinó con algunos presuntos errores arbitrales que, caso de haber existido, quedaron sobradamente compensados por el trío de trencillas en la segunda mitad. Entre esas ayudas judiciales, algún detallito de Tucker, los triples de Ignerski (4 de 6 en esa suerte) y la puntería de Miso (3 de 4 en tiros de tres), los locales recortaron unas diferencias que fluctuaron entre los 15 y los 20 puntos durante la mayor parte del encuentro.

Pero en esos momentos de incertidumbre volvió a surgir el optimismo de Walters, que parece rendir más donde la mayoría se bloquea. El base letón aportó un chorro de asistentas (8) y puntos (11) en los instantes clave y encontró la complicidad de Tskitisvihili para sellar un pasaporte que es toda una sugerencia; la que permite seguir soñando con colarse en el exclusivo club de los equipos que pelean por el trono liguero.

jueves, abril 16, 2009

Valencia's Princess


Ojos de diosa.
Palabras sugerencia.
Cuerpos soñando.

martes, abril 14, 2009

Falta de definición en los momentos clave


(El Alta Gestión tuteó al Real Madrid en un emocionante partido, pero al final pesó más la consistencia de los jugadores merengues, liderados por un fantástico Bullock)

El Real Madrid de esta temporada es uno de los equipos más raros que se recuerdan en el baloncesto de elite. Sus partidos son una montaña rusa de rendimiento. Es capaz de remontar lo imposible y tiene momentos de sesteo donde parece dilapidar su prestigio. El inicio de su partido de este lunes con el Alta Gestión validó esta percepción. Empezó muy bien el Fuenla, endosando a los blancos un parcial de 8-0 y respondieron los merengues con un guarismo de 0-18 que dio a los visitantes el control del choque.

Con rachas anotadoras así, el cineasta Ed Word, maestro del esperpento cinematográfico, se hubiese puesto las botas en su momento, rodando escenas que de irreales acababan convirtiéndose en puro divertimento. Pero no, como bien señala el lugar común, si uno observa bien, la realidad acostumbra a superar a la ficción.

El partido estuvo condicionado por la baja de Felipe Reyes, el jugador más intenso de la liga bajo los aros. Su baja fue aprovechada por los naranja para gobernar los tableros (37 capturas por 29), gracias a buenas dosis de motivación y empeño. Pero no fue suficiente. Y eso que secundarios como Tskitisvihili (19 puntos y 6 rebotes) y Mainoldi (13 puntos y 5 rebotes) se pusieron el traje de gala.

El Fuenla probó un acierto espectacular desde la línea de triple (14 de 29), remó mucho e intercambió golpes de una manera emocionante. Contra la mayoría de los equipos eso hubiera bastado para salir victorioso. Pero las escuadras grandes suelen tener jugadores verdaderamente especiales. Y en esa categoría figura Louis Bullock, que dinamitó el encuentro con su particular muestrario de canastas en escorzo. El talento de Washington anotó desde todas las posiciones, imaginables o no, con una serie formidable: 7 de 7 en tiros de 2 y 3 de 6 en triples. Y encima tuvo arrestos para secar a Oleson, que completó su peor partido de la temporada (2 puntos y 3 balones perdidos).

El alaskeño parece una sombra del jugador que deslumbró a la liga. Sin confianza y propenso a cometer pasos de salida. Le falta swing, ese algo indescifrable que te lleva al éxito en una cancha de baloncesto o en las relaciones humanas. La buena noticia para él es que sabe que lo tiene. Ahora sólo le toca recuperarlo. Quizá pueda hacerlo elevando la carga de entrenamientos, ahora que por fin se ha curado de los dos esguinces que ha sufrido en las últimas semanas.

Eso sí, por un momento la victoria naranja pareció posible. Esa franja de partido tuvo nombre propio: Saúl Blanco, ese jugador maravilla capaz de rebotear, conducir un contraataque y anotarlo. Todo ello sin aparente esfuerzo. El ovetense suda clase y su partido fue casi portentoso: 19 puntos, 10 rebotes y 4 asistencias. El casi obedece a los dos tiros libres que erró en los momentos clave del partido.

Claro que Tskitisvihili, el otro hombre grande naranja del día, también pifió un par de bolas determinantes en los momentos calientes. Así las cosas, el Fuenla se tuvo que rendir al talento de Bulock y la fiereza de Massey y Hervelle en la pintura. Sólo restan cuatro partidos para finalizar la temporada regular. Y, con dos victorias reales de desventaja con el Ricoh, el Fuenla está obligado a ganar esos cuatro envites para alimentar sus opciones de disputar el título con la jet set de la liga.

miércoles, abril 08, 2009

Nuestro anfiteatro


El olor de crema solar
me convirtió en un cubito
de despierto.

Nos pensé
en el descanso
de la paella.

Rodeados de voces cálidas.
Nuestras voces.

Delante, las espumas
nos silbaban
salvajes
nos silbaban
mientras el viento
restauraba el orden natural del caos.

La arena se plegaba
para nosotros
en un anfiteatro
donde los pies hablan
y las miradas disfrutan.

Te empeñaste
en poner tus tacones
sobre mi oreja
y la conversación
sintonizando fue
sugerencia.

Todo a favor
y los vaqueros se
desdudaban en un
íntimo de sonidos.

La belleza
sin
despacio
ocupó nuestros cuerpos
mientras el sol

mientras el sol.

domingo, abril 05, 2009

Diez minutos de inspiración


(El Alta Gestión gana a domicilio al Bruesa San Sebastián gracias a un último cuarto pluscuamperfecto, tras un partido mediocre. Antonio Bueno y Kris Walters guiaron al conjunto naranja a la victoria)

La selección española está de moda. Agrada al mundo con su fútbol de toque e impresiona con su facilidad para tumbar a los rivales gracias a su pegada. Dicen que se trata de la personalidad superior que poseen los ganadores, capaces de llevarse el triunfo aún cuando en el balance global del encuentro no lo merecen. A esa categoría postula el Alta Gestión en el último tercio de campeonato. El equipo de Luis Guill no chispea como a mediados de curso, sufre más de la cuenta en los partidos, pero ha desarrollado una piel áspera que le permite domar a rivales que aparentemente le gobiernan.

El partido de San Sebastián de este domingo se inscribe en esa vertiente. El Bruesa dominó el partido desde el principio. En defensa, asfixió a los jugones exteriores naranjas. Y en ataque utilizó el ataque en manada, con la mayoría de sus mejores hombres ofreciendo su versión más acabada: Lou Roe, Doblas y Hopkins producían en la pintura y Andy Panko se reivindicaba como jugador total (12 puntos, 10 rebotes y 7 asistencias), para disgusto de Matías Sandes, al que los árbitros le pitaban falta hasta cuando intentaba peinarse su ingrávido peinado.

Por si fuera poco, Isaac López se unió a la fiesta desde la larga distancia. El tercer acto resultó una prolongación del manto de flores local. Imitando la belleza de la ciudad que lo alumbra, el equipo donostiarra competía como si un perro adolescente (los hay a decenas en la Concha), pleno de energía y sentido lúdico. Las gradas rugían y el Fuenla se aferraba al mismo argumento ofensivo: Antonio Bueno (28 puntos y 3 rebotes).

El pívot vallecano se ha convertido en un guerrero samurai, cuya cabeza sólo concibe la victoria. Por eso ha ampliado su panoplia de recursos en la zona. De espaldas al aro, puede hacer pupa desde casi cualquier posición, aunque su argumento favorito es el semigancho. De todos modos, donde mejor queda retratada su sintonía con sus compañeros es en las acciones de pick and roll, donde se sincroniza como un reloj con Walters, Oleson o Saúl. Los acompaña y anota como prolongación de sus jugadas.

Así que, en cierta manera, se puede establecer una asociación entre las tribulaciones estadísticas de Oleson y el irresistible ascenso del madrileño de 209 centímetros. Bajo su ala, el equipo de Guill aguantó en sus horas bajas. “Por primera vez en la temporada, hemos tenido falta de actitud en algunos tramos del encuentro y esto es algo que no podemos permitirnos”. Así es, el Fuenla penó durante la mayor parte del partido porque no tuvo mordiente defensiva. Se dejó llevar y casi lo paga caro.

Por suerte, este equipo tiene orgullo y un puñado de talentosos que no dejan de sorprender. Galvanizando el juego, emergió otra vez Walters (17 puntos y 5 asistencias), quien puso sinfonía en el vértigo. Oleson pidió las bolas más comprometidas y se redimió de su pésima primera parte, con varias acciones clave. Y Saúl siguió haciendo casi todo bien (15 puntos, 5 rebotes y 5 asistencias). Juntos compusieron una oda al baloncesto ofensivo en el último acto, donde cobraron suficiente ventaja (14-29) como para voltear un encuentro que puso de relieve la consistencia mental de este equipo.

miércoles, abril 01, 2009

Rulo&Eva


Creció con ritmos y el orgullo a punto.
Pintaba sugerencias en vecinas.
Caminaba lento y pensaba lúcido.
Firmamento guiaba sus soñaderas.

Inspiraba en personalidad:
decidido, paciente y generoso.
Tuvimos la gran suerte de pelearnos
y prosperar como amigos perreando

(filosofía, bromas y alegría)

Ella respiraba sentidos azules.
Se ganaba confianza y alentaba.
Telúrica, reía, y con ganas.
Palpaba buenos gente sentimientos.

Ahora navegan exploran el barrio.
Su piso tiene playa y cocoteros.
Confiable su sentido calidez.


(Con infinito cariño y admiración para Eva y Rulo, a orillas de una boda que celebraremos en septiembre)

Vals y desesperación


Perros como lobos.
Lobos como perros.
No sé.
Algo sucede en mi conciencia.

Tu asesinato es mi derrumbe.
Y este testimonio pondrá foco a la vergüenza.
Nado envuelto en serenidad y pánico.
La bahía aguarda mis preguntas.

La luz del cansancio
envuelve pensamientos.

Tu llano es mi llanto.
Algo destruido inside of me.
No te olvides de contarme.