domingo, marzo 27, 2016

Cruyff y Luther King: cuando los ideales germinan en una realidad necesitada de belleza



Ha sido una buena semana santa. Entre sus días de placidez y descanso activo (con impagables visitas a los amigos con hijos), he tenido la suerte de ver una obra maestra del cine como Ben Hur, quizá de los mejores marketing que se puede hacer en estos días a la cristiandad, además de un viaje del héroe colmado de épica, fuerza narrativa y dosis abundantes de emoción.

En ese marco, he procurado acercarme a la figura de dos tipos que admiro desde hace tiempo. Jugando por la banda izquierda de la memoria colectiva, Johan Cruyff (uno de los cuatro magníficos de la historia del fútbol –junto a Di Stefano, Pelé y Maradona-hasta el advenimiento de Messi). Cruyff era un virguero del regate, que empleaba el balón como una prolongación de su centelleante pensamiento; cuando jugaba, el tiempo parecía reblandecerse y sus adversarios empezaban a flotar, víctimas de sus amagos y regates, que le dieron un nombre como mejor jugador europeo durante tres años (1971, 1973 y 1974), además de virrey en el Ajax, el Barcelona y la selección holandesa; esquadras con las que se hartó de crear belleza (también con pases al hueco y goles de bella factura, inmarcesibles al paso del tiempo).

Cruyff se convirtió luego (en la época entre el 88 y el 96) en el entrenador de un exitoso Barcelona, germen del actual Tyrannosaurus Barça; aquel Dream Team que destronó a la Quinta del Buitre mientras se calzaba cuatro títulos de liga y una Copa de Europa. Y, sobre todo, se erigió en el ideólogo del fútbol ofensivo y eficaz, poniendo de acuerdo belleza, talento y eficacia. Eso que tanto adoran algunos italianos: armonizar la estética con la ética. Una filosofía de juego, por cierto, con la que luego germinó España como campeona del Mundo; un sueño hecho realidad que tuvo doble confirmación en esas Eurocopas que siguen emocionando.

Por otro lado, jugando de medio centro, repartiendo juego (fraternidad y esperanza) he podido ver algunas de las mejores jugadas del reverendo Martin Luther King, quien compuso una oda a la convivencia pacífica con aquel célebre discurso que pronunció en Whasington en 1963.

En el caso de este reverendo bonachón y mujeriego, lo que más cautiva de su discurso es su habilidad para dibujar imágenes ilusionantes: o lo que es lo mismo, su templanza y bonhomía para describir los problemas que sacudían a su país (EEUU) y dibujar metáforas de esperanza en el tiempo (la frontera entre los 50 y los 60 del siglo pasado) en el que ejerció su labor. Esa habilidad para encontrar las palabras justas y sembrar la esperanza y la fraternidad en medio de la rabia y la injusticia. Un proceder en el que se condenaban los problemas, no las personas que lo expresaban.

Gracias a esas prácticas de no violencia activa, Luther King y el movimiento a favor de los derechos civiles lograron importantes reconocimientos como la Ley del Voto y la Ley de Derechos Civiles, en los que se recogían el derecho a votar de toda la población negra  o la no discriminación pública de las personas con ese color en la piel en los lugares públicos, entre otros logros; merecimientos que le valieron el Nobel de la Paz en  1964.

También su valentía y su claridad mental para asociar la triada pobreza, racismo y guerras como un todo entrelazado que explicaba los graves problemas de su país para prosperar en una comunidad donde se pudiera articular una convivencia en ciudades y estados presididos por la desconfianza, el odio y la telaraña de los prejuicios. Como explica uno de los hijos de King, todavía queda un largo sendero por recorrer en el sueño que una vez vislumbró su padre.

En un momento como este, en el que adversidades tan grandes como el paro, los desahucios, la incomunicación, las crisis de los refugiados, las desigualdades y las guerras empujan al desastre a la humanidad, necesitamos encontrar esa belleza (bondad, protección, cuidado y fraternidad en los gestos) que habiliten nuevas posibilidades de convivencia integral.

Nos va la vida y nuestro futuro en ello. Ahora más que nunca se hacen ciertas esas palabras del reverendo: “si no somos capaces de convivir en la tierra como hermanos, acabaremos envenenado la misma y destrozándonos como locos…”.

Necesitamos nuevas avenidas de libertad; una arquitectura de sencillez y belleza en el gesto para desatascar un campo sembrado de amarrateguis poco imaginativos que buscan el empate a 0, que en la práctica significará nuestra desaparición y también la extinción de lo mejor que llevamos dentro y que hasta ahora hemos expresado con cuenta gotas como especie…(Y me refiero a la construcción de sociedades más humanas, no a nuestros logros en campos como el arte o el deporte).

Lo que hermana a estos adelantados a su tiempo (y lo que nos inspira de ellos) es su imaginación, perserverancia en sus ideales y su sentido de la belleza (si te lo pasas bien, será mucho más fácil que se lo pasan bien todos los que comparten contigo un partido, decía Cruyff)...Necesitamos pues una buena dosis de su convicción y activismo para alumbrar senderos de cambio y no violencia en el camino de encrucijadas que nos toca transitar ahora mismo. 

Así pues, trabajemos juntos para darle minutos y capacidades de decisión a los Johan y los Martin de este momento, que pueden cambiar el resultado adverso que ahora mismo tenemos en el marcador…Es importante recordar que el cambio se activa fijándose en las actitudes y personas más inspiradores que tenemos a nuestro alrededor en el desarrollo del trazo cotidiano...

Domingo

La vida lenta. 
El almuerzo fraternal. 
Concierto y orden. 


Sábado

Trabajar suave. 
Tu alegría es nuestra. 
Proporción. 


Viernes (Luther King)

Sentir al otro. 
Centrarse en el otro. 
País de la paz. 


Jueves

Sentir momentos. 
Leer es vitalizador. 
Explorar noches. 


Miércoles

Sabor de barrio. 
Celebrar los pasados. 
Vivir ahora. 


Martes

Sabor egipcio. 
El arte de escuchar. 
Mover la vida. 


Lunes

Hornear la amistad. 
Celebrar los avances. 
Hitos que inspiran. 


Cena en un egipcio

Arroz boyante. 
Especias que cautivan. 
Compañía diez. 


Cena con amigos

Celebrar juntos. 
Aprender con el otro. 
Proyectar cambios. 


domingo, marzo 20, 2016

Canción de nosotros: caleidoscopio de desamparo, belleza y furia



Canción de nosotros es uno de esos libros que funciona a medio camino entre la novela y el cantar de gesto de los outsiders, en creciente número en diversas partes y un grupo humano en el que lo mismo caben los emigrantes, los exiliados, los presos y los buscavidas.
 
Sobre todos ellos (y desde todos ellos) habla Eduardo Galeano, ese insurgente escritor uruguayo que lo mismo vale para afearle el gesto a un presidente de EEUU que para enamorar a quien este en disposición de bailar con el misterio de la vida.
 
Uno de los mejores pasajes de esta novela acontece cuando el protagonista (uno de ellos) sale de la cárcel y celebra con fruición cada pequeña brizna de vida que le ofrece la existencia. El libro relata el desamparo de todos esos mencionados ciudadanos al límite. Y lo hace sin concesiones. Con brutalidad y ternura, acompasado como la vida misma.
 
Por momentos, la lectura se hace difícil (es lo que tiene viajar al centro de las tinieblas de una dictadura o al Ágora del desamparo sentimental )...pero por encima de ese desamparo y de esa indigencia emocional transitoria crece el amor a la vida y a los incesantes gestos de amor, amistad, belleza y camaradería que está nos depara.
 
Hay mucha humanidad transpirando en el relato del viejo maestro charrúa, que nos dejó de a poquito, con el sentido de la dignidad que se entreteje en las partituras de esta canción comunitaria, donde suena el latido acompasado por momentos abrumado de un pueblo en busqueda de pegamento vital.
 
El mismo que he sentido escalando y disfrutando este regalo que el tío Charlie y su amada Rosita me hicieron por haber soplado la 37 velas de aventura vital.
 
Gracias, nosotros :-)

Jugar

Saber escuchar.
Mirada que encuentra.
Y divertirse.

La libertad

Minutos grandes.
Poder compartir siempre.
La complicidad.

Adopta a una tía

Pelo rizado.
Boca jacarondosa.
La risa, cómplice.

Casa Collan

Las viandas, varias.
La fiesta, asegurada.
Amigo acoge.

cambiar los calambres

perdón interior
jugar y moverse
navegar amplio

Atlético in progress

Emocionante.
Esplendor en la lucha.
Octavos épicos.

 
 

Cuidar el fuego

Abrir miradas.
Cultivar el asombro.
Facilitar luz.

domingo, marzo 13, 2016

Ámsterdam: la ciudad en la que la libertad baila en varias direcciones




Ámsterdam significa literalmente el puente sobre el Río Amstel. Resulta vivificante visitar hoy día a esta urbe de caudalosos canales y cultura de proyección internacional, donde juegan un papel importante el Museo de van Gogh o la Casa de Ana Frank, por mencionar dos de sus hitos culturales más significativos.
Tuve la suerte de visitar la Venecia del Norte el jueves y el viernes de esta semana que estamos a punto de acostar. La verdad es que el viaje resultó estimulante. El trabajo ocupó la mayor parte del trabajo (entrevistas incesantes en la Feria Internacional de Fespa, dedicada a la Comunicación Visual en el ámbito internacional), aunque también hubo espacio para cenar con las personas que formaban nuestra expedición y la del lado italiano y finlandés.

En ese sentido, la visita resultó aleccionadora de cómo el cerebro abre puertas cada vez que tienes que comunicarte en un idioma que no transitas a diario. Ejercitar la empatía así como el inglés (incluyendo la curiosidad cultural y la pérdida de la vergüenza, cuando no de las artes escénicas) resulta vitalista.
Cuando tienes la suerte de viajar con el trabajo también anotas varios trazos de gratitud en el día a día. A saber: la suerte de conocer otras culturas y formas de expresarse, así como la constatación de que en esta clase de viajes coges ideas para futuros periplos. En un vistazo rápido, Ámsterdam transmite la sensación de ser un hervidero de nacionalidades comunicándose en armonía.

Sus cielos cubiertos de nubes contrastan con las legiones de ciudadanos que transitan sus calles a bicicleta, donde lo mismo una mujer transporta a su bebé que un joven trajeado responde sin inmutarse al whatsapp.  La verdad es que esos centauros del XXI por momentos se manejan con una ansiedad que contrasta con el ritmo relajado de los ciudadanos que pueblan sus zonas céntricas, incluidas la Plaza Dam y el sorprendente Barrio Rojo, o aquellos que cubren sus trayectos laborales de ocio o laborales en el apacible tranvía.
El viaje también ha permitido contrastar que los holandeses gastan la talla media más elevada del planeta (uno, por momentos, se siente como un mediano ante tantos castillos humanos) y que su idioma, el neerdelandés, funciona como reconstituyente del gusto por el inglés (intentando leer un artículo sobre Guus Hiddink en la versión holandesa del diario el Metro apenas pude vislumbrar la palabra interino…).

De todas maneras, por encima de esas anécdotas se impone la sensación de recorrer una ciudad llena de encanto, con una arquitectura delicada y majestuosa a un tiempo. Un lugar donde uno se siente en paz por la civilización que se puede desplegar en el trazo diario; un sitio que nos recuerda la importancia de que los ciudadanos se comuniquen con fluidez en el esperanto de nuestro tiempo, el inglés, mientras te regala una sensación de hermosa familiaridad con sus canales y calles recónditas, donde la magia aguarda en una sonrisa, un gesto o una intuición.
Una ciudad donde la libertad baila algunos de sus mejores aguas por su respeto a la diversidad de afectos (es la cuna del movimiento gay), la plurinacionalidad de sus universidades o su familiaridad con las sustancias piscotrópicas o la normalidad (también en cuanto a visibilidad, derechos y regulación) con la que las trabajadoras sexuales ejercen su oficio.

Willy Hernangómez

 
Torre jovezna.
Pívot en crecimiento.
Formar el carácter.




Soltarse

Expresar amor.
Bailar con diferencias.
Y la amistad.

Ámsterdam

Hombres castillo.
Canales que aquietan.
Mujeres que mandan.


Vida que crece.
Las risas, auténticas.
Fluir con todo.

Hogar

Puente de mirar.
Miradas que acarician.
Vida vibrante.

Ámbitos

Diversos ámbitos.
Ámbitos que posibilitan.
Y que incluyen.

Napoleón

Pequeño cuerpo.
El grandioso imperio.
Ideas geniales.

domingo, marzo 06, 2016

El amor es más fuerte que las bombas: sentido y sensibilidad para disolver el encerramiento



De qué va. Han pasado ya dos años desde que falleciera una reputada fotógrafa francesa afincada en Estados Unidos, retratista de los horrores de la guerra en un mundo que necesita de esas imágenes para no anestesiarse del todo ante tanta tiniebla. La comunicación entre el marido de la fallecida y su hijo pequeño hace aguas. Mientras que el hijo mayor acaba de ser padre...aunque la palabra confusión tenga un uso diario en su diccionario emocional particular.

Con esas coordenadas, la convivencia entre los tres se verá sobresaltada por un artículo que va a escribir un colega de profesión y viajes de la fallecida. Un articulo que marcara la pauta de verdades importantes que los tres protagonistas de esta historia deben afrontar de una vez por todas.
Es la primera película en ingles de su director, el noruego Joachim Trier, del que a partir de ahora no habrá que perder la pista...

 Por qué me gusta. Por su estilo caóticamente estructurado. La película se vertebra a través de continuos saltos y recesos temporales, condimentados por un caleidoscopio de miradas y monólogos en relación a la malograda protagonista. Un juego de multiperspectiva que contribuye a comprender mejor las complejidades de las relaciones humanas, mas cuando se desarrolla en entornos extremos.
Porque la cinta demuestra como el horror de la guerra nos acaba afectando a todos, más si pretendes erigirte en cronista de la misma. Lo hace sin estridencias, con un admirable sentido de la sutileza y la contención. Con un manejo infrecuente de los silencios, tan admirable como la interpretación de los actores, con mención especial para el actor que encarna al mas joven de la familia.


Porque es una historia que primero desasosiega y lentamente conmueve, despertando también el asombro, la extrañeza y la ternura. Con espacio para un viaje cargado de matices en la que queda develada una sociedad en la que la incomunicación y la superficialidad  desintegra puentes que se tienen que volver a tender; con nuevos-antiguos materiales como los que también se bosquejan en esta historia: audacia, comunicación, sentido del humor, valentía y ese intangible llamado amor cuyo aroma transpira en esta historia.

Las pegas. La película es dura, con pocas concesiones y por momentos se hace difícil empatizar con algunas de las reacciones que tienen sus protagonistas. También se echa de menos más sentido del ritmo en algunos tramos de la historia.

El aprendizaje. En las guerras se hacen fotos del dolor, de personas que acaban de perder a sus seres queridos. Esa impunidad no existe en los tiempos de paz; a nadie se le ocurre pasarse por el entierro de unos desconocidos para tomar unas imágenes...moraleja: en una guerra la necesidad se desnuda y contar la desolación es más importante que el sentido de la privacidad. Las guerras socializan la destrucción y esa onda expansiva nos acaba llegando a todos...
Cuando verla. Cuando quieras cargar las baterías de esperanza ante un mundo que se deshumaniza por momentos, previa terapia de choque...

              

Nahid: el valor de una mujer que busca la felicidad en un entorno áspero



De que va. Nahid es una veinteañera mujer irani que sobrevive materialmente mientras busca ponerle una nota de color a su hogar, que forma junto a su desorientado hijo, condicionado por la referencia de un padre politoxicomano, en continua desintoxicación.
 
Con estas coordenadas, Nahid busca su espacio en una sociedad marcada por la.ambigüedad como la iraní. Un país de rico legado cultural, de forma teocrática donde se entrecruzan diferentes sensibilidades...incluyendo un subterráneo empoderamiento de las mujeres, que es de lo que versa esta historia.
 
Por qué me gusta. Porque es como una revisión del pasado reciente en nuestro país, porque mueve la conciencia sin caer en el melodrama, con entereza y lucidez. Porque acaba cogiendo cariño a esa cabecita loca que no se resigna, en un mundo el que salirse de un corsé moral cuasi medieval es una odisea...
 
Las pegas. Por momentos, la historia langidece, aunque parece más una cuestión de contexto que de pericia narrativa...
 
Cuando verla. Un día en los que necesites contemporizar y ganar en perspectiva en relación a los avatares cotidianos.
Siente la calma.
Ejercita las gracias.
Fuerza y una gran paz.

Baloncesto

Pasarla rápido.
Defender coordinados.
Y divertirse.

El amor es más fuerte que las bombas


Sentir al otro.
Elaborar las pérdidas.
Y crecer juntos.

Fútbol 7

Pasarla rápido.
Combinar en equipo.
Juntar amigos.

Volver a empezar

Amigos, siempre.
Querer es un acto diario.
El amor, múltiple.

Armonía

Juntar el grupo.
Cultivar complicidad.
Compartir (la vida)

Atlético de Madrid

Trabajo diario.
Ejército de artesanos.
Es la constancia.

El descanso es a la atención
lo que la carrera a la respiración;
binomios que nutren la vida.

El ministerio del tiempo

Lees y aprendes.
Presente es perspectiva.
Viaja y comprende.