miércoles, diciembre 30, 2009

Taganana, hogar de King Kong


El público creó su poema. El poeta escogió las palabras que más le gustaban y cinceló su pieza. Y Pablo Romero, artista visual y amigo, dejó fluir su imaginación y talento para convertir esas palabras en una pìeza irreverente y sensual, prohibida y verosímil. Gracias Pablo.

martes, diciembre 29, 2009

Mi abuelo


Mirada vidriosa
y una minuciosa afirmación de brazos.

Mi abuelo solía mirar de frente,
con un aliento de acaba rápido:
dureza y escepticismo.

Sin embargo era paciente.
Amaba las cosas bien hechas.
Y se tomaba su tiempo.

Mi abuelo llevaba los pantalones como
una afirmación, una armadura;
bastante por encima del ombligo.

Le gustaba mirar al horizonte.
Más que las palabras,
prefería las acciones.

Adoraba insultar a los amigos.
Siempre que fuese con ingenio.
Y nunca faltaba a la partida de las doce.

Mejor no mencionarla.
Se pone triste.
Eso decían.
Pero los álbumes no enseñaban no
comunicaban eso.

Provenía del sur de Francia.
Pero su preferencia era que
sólo el nuevo idioma.
En aquella isla volvió a despertar.

Mi abuelo se cagaba en la autoridad.
Pero mantenía el respeto, como
guardando comunión con su mundo.

Creía en Dios.
Pero a su manera.
Como una íntima comunicación con
la tierra.

Pedrito, los sueños, para los que se los trabajan.
Abuelo estaba duro de oído
y pintaba secretos en la panadera.

Vio a demasiada gente perder la dignidad.
Por eso luchó por no traicionarse a sí mismo.
Tampoco tomarse demasiado en serio.
Se drogaba con boleros y prefería el vino.

La cagó, como todos, pero yo le redacto generoso.
Quizá porque él lo era con las debilidades ajenas.
Tenía los nervios templados y una risa
que suavizaba postes eléctricos.

Será esa forma en la que
guardaba gratitud
ante las montañas de agua.

Todo con tal de que sus nietos
empezarán a memorizar el firmamento.

(Para los abuelos,
de un nieto que no
tuvo la suerte -o el percance-
de conocer a los suyos).

lunes, diciembre 28, 2009

Entraría en tu luz


El viernes,
cuatro hermanas
(bienvenido).

Juego,
música,
me das tu comedia?

Presiento tus misterios.

Y la complicidad de
una
antigua
cómplice.

R, la lectora lúcida
(hablamos de personas).
Y la anécdota de querernos.

El sábado,
la buena conversación y
los manises compulsivos
en compañía de salvaje
(y bueno).

Fundimos la noche
doblando las gargantas
de reconocimiento
(alegría tribu llámalo).

Y hermano luna,
bufoneando con
marchamo de gran
comediante.

Divertidos,
abrevando en
la copa de ojos
azul elegante.

Y tu gorro encendido,
tu mirada tersa
(la lengua tibia).

Te puse en mi lista
de recuérdame.

Aunque,
fascinante,
el domingo.

Promesa
mira con dedicación.
Como interrogando.
Promesa is australian
y sabe de interiores
(emociones).

Promesa es G,
G habla español,
G sólo esta noche,
G dice que españoles
atractivos.

Mantiene la mirada,
como preguntando,
como prometiendo
y habla de mareas
de equivocaciones.

G dibuja (con las manos)
deslumbramientos.
Celtíberos nocturnos y tiernos,
y ganas de enmarcar el destino
(multiplicándolo).

Y redacta en el sol nocturno
su futuro: doctora en África
o South America.
Corazón bombea colores.

Y de noche.

A, C y R demuestran
elegancia amistad.

Mientras los músicos
ríen recuerdan rasgan
movimientos de reverencia
(hablamos del público).

Mantras que montan misterios mesurados.

jueves, diciembre 24, 2009

Feliz Navidad


Navidad era la estrella más brillante de su generación. Era guapa, también talentosa, tenía buena dicción y una irresistible manera de hacerse interesante. Sus silencios valían más que decenas de cajas de palabras. Tenía un traje rojo que enloquecía a cualquiera que tuviera la suerte de coincidir con ella en un salón.

El problema para Navidad era su facilidad con el gin tonic. Todo resultaba fácil. Incontenible. Pero Navidad escupía tristeza. Lo hacía a solas. En la buhardilla que tan pocos conocían. Lo único que a veces la salvaba era algún libro de arte, cuando no existían los libros de arte; le bastaba con su memoria relámpago.

Todo cambió para Navidad cuando hizo una visita a Palestina. Había muerte en cada recuerdo y los hombres miraban con un sentimiento de injusticia que profundizaba en las entrañas. Navidad quedó impactada. Tanto que detuvo su frenética cadena de visitas. Navidad miraba al firmamento y no recordaba nada parecido.

Quiso hermanarse con ese pueblo. Sintió frío. Mucho frío. Paso hambre. Pero esa gente se desvivió por darle dos comidas calientes en cada día que pasó con ellos. Miraba el firmamento y algo le dijo este es tu sitio. Al octavo día, conoció a un recién nacido. Le llamaban Jesús, o lo que es lo mismo: el que ha venido a sufrir.

El pequeño tenía algo muy parecido a la misericordia en los ojos y se dejaba custodiar por dos perros (famélicos) que le daban calor. Un milagro contra todo pronóstico. Los ojos de Navidad dejaron salir dos lágrimas de emoción, ella que había sido bautizada como la reina del distanciamiento en su mundo.

Escuchó su corazón y supo que era su sitio. Acompañó a la familia del pequeño durante dos meses y se comprometió con ellos. Les prometió que jamás le faltaría nada a su pequeño. Ni dinero para su educación, ni ayudas para mejorar las condiciones de vida de la comunidad que tan cariñosamente les había acogido durante ese tiempo. Os parecerá una historia dulce. Pero la vida a veces es un poco de calor.

Así que si me preguntas por mi estrella favorita: te señalo Navidad, la estrella que supo seguir su instinto cuando los de ahí arriba le pidieron un cable para inspirar al mundo.

(Para nuestra gente. Para los lectores de Misteriosas, con un árbol de gratitud por estar ahí. Para los que tienen calor estos días, para que lo conserven. Y para los que sufren estas fechas, para que encuentren lo que necesitan, aunque sean amparos que este occidental no acierta ahora a imaginar. Feliz día gente.)

Lejanías


Calles abarrotadas.
Gélido (cántico).
Una sonrisa.
Varado en el salón de casa.

Quince miedos adelantados.
Tambores interiores.
Una voz de limitación.
Manos que confían.
Al borde del sol y los disparos.

“En el pecho, vuestras fotos.
Cuando el niño fuera mayor,
le hablaréis mucho de mí.
Pasamos el tiempo contando chistes”.

Los hombres con pareja.
Pedirle que rehaga su vida.
“Te deseo un buen proletario digno de ti.
Es duro decir celoso aún ante la muerte.
Cumplido con mi deber, sólo siento haber matado”.

Y anotaciones desgarro tranquilo negación.
“Tengo mucho coraje pero estoy un poco nervioso.
Hallaré valor pensando en tu amor.
Un último largo, largo beso en tus labios.
Lamento profundamente no haberte hecho feliz”.

(En memoria de
aquellos que murieron persiguiendo
-hablamos causas justas-.
Aunque equivocaran,
hablamos decenios,
los caminos
-joder, probable no hubiera otro- .
Gracias al diario El País que en
uno de sus frescos puso
algunas de sus palabras).

martes, diciembre 22, 2009

También las palabras (autorretrato)


Dice hablo a través de los demás.
Es cierto, me gusta atención.
Por ejemplo en las cosas que
estremecen.

Hoy he visto una sin nombre,
con sus bolos de luz,
su arena naciente
y los sillones despeinados.

Me sale abrir las ventanas.
A veces creo que
demasiada respiración.
Pero voy encontrando mi centro.

Me gusta que te guste.
Mi definición es un baile.
No baile, no promesas.
Quiero un sí, quiero un no,
tan por qué entonces,
y pintártelas.

Soy el que no encuentra tiempo,
hablo de apagar canciones.
A veces, el que conciencia de gracias.
Otras el que, carajo, no aquí no ahora.

Pero dejo preguntar y, lo más fuego,
en la pregunta de tus ojos.

Amo la superación.
Río con el cuerpo.
Me refugio en los silencios.
También las palabras.

Amo mi gente.
Fantásticos los amigos.
Frecuento fugaces.
Fabrico paciencias.

Poco pelo.
Pocas pegas.
Pocas prisas.
Pocas…precisiones.

Mucha risa.
Mucho asombro.
Mucha música.
Mucho miedo.

Mucha radio.
Muchas muchas.
Muchos mundos.
Mucho, dentro.

Dados.
Despacio.
Divertidos.
De-le-tre-o.
Te deletreo.

Incomprendido.
Convencido.
Lluvia.
Baloncesto.

Historia.
Historias.
Fruto frutas.

Sin final, pero con
versos.
Rara rotación nocturna.

¿Cómo dices?
Fricana inspiración.
Ahora en este poco.
Llámame búsquedas.

lunes, diciembre 21, 2009

Boda de Filipa&Nacho


Amor mestizo.
Portuespaña, cerca.
Viaje diverti.

Tama y Raúl.
Fotos chiste solemne.
Gratitud chicos.

Hermano idioma.
Sí, y la farra ibérica.
Belleza boeta.

Egregio templo.
Ceremonia en hindú.
Felices novios.

Filipa guapa.
Elegante, señor Nacho.
Gracias pareja.

¿Un par de fotos?
Primero, separados.
Eso es, luego juntos.

(Filipa)
Piel canela.
Disntinguida y amable.
Mujer preciosa.

(Nacho)
Soñador sólido.
Romántico con premio.
Celebrar vida.

(Juntos)
Personas cómplices.
Hermoso paseo juntos.
Suerte con todo.

domingo, diciembre 20, 2009

Fascinación por las magulladuras de un rostro


A veces, la velocidad de los días te hace perder conciencia de lo importante. En este caso, lo importante es que, durante un mes completo, una joven talentosa llamada Zaida Escobar Morales ha expuesto una selección de sus obras en el espacio de ‘Jóvenes Creadores’ de la casa de juventud, hablamos de la que pertenece al Ayuntamiento de Alcalá de Henares. Ayer sábado fue el último día de vigencia de esta muestra.

Conocí a Zaida tras un recital poético, en la cueva de bohemios e inquietos conocida con el nombre de Café Oeste Celeste. Zaida tiene los ojos llenos de luz y le gusta escuchar. Me pareció una chica agradable y llena de proyectos.

Al cabo de un rato de conversación, supe que tenía esta exposición y supe también que si tenía un fin de semana liberado, la visitaría. Y la ocasión se dio hace tres semanas. Llegar hasta la casa de juventud alcalaína si eres madrileño y no muy planificador, puede ser una aventura importante. Por suerte, tuvo el privilegio de que me acompañarán María y Begoña, que hicieron más divertido e imprevisible el viaje.

Las dos son compañeras de taller poético y sin embargo amigas. Llegamos con el tiempo pegado a la suelas de los zapatos. Pero fue suficiente para apreciar una hondura poco frecuente en los retratos de Zaida. Su profundidad, la manera salvaje en la que se acerca a la mirada de sus enfocados, habla de una sensibilidad depurada, con una facilidad inquietante para excavar en las almas de los protagonistas de sus cuadros.

Obviemos el hecho de que Zaida esté estudiando Bellas Artes. Si lo hacemos, podemos decir que Escobar tiene algunas partituras de su estilo que ya están interesantemente definidas. Por ejemplo, en la composición de los encuadres cuando retrata la escena de un bar, con una pianista que amplía el misterio de las situaciones que acontecen dentro del mismo, con esa música que no sabemos con qué intención está naciendo.

Los retratados por Zaida te miran océano. Hay amargura, pero también intensidad en sus miradas. Una suerte de violencia contenida, como la del animal que tiene varios lenguajes e historias dispuestos a ser interpretados, en una dialéctica que nunca estará al alcance de las cámaras fotográficas.

En el universo de Escobar hay buscadores, también niños asombro y miradas enigma que provocan una interrogación que ni siquiera sabes si estás preparado para asumir. Hay asimismo chicas con un deje enigmático, monas lisas con más agitación que la original, quizá confortadas en el anonimato y en el trazo minucioso de la artista. La impronta del vigor narrativo de estas piezas cautiva enseguida.

Un relato que funciona mejor con los rostros magullados (hablamos de figuradas capas interiores), que con otras partes de la anatomía (en algunos casos, trazadas de un modo demasiado esquemático). De todos modos, la vibración de sus historias tiene miradas absorbentes y trabaja como poliedros de los estados de ánimo que las contemplan.

Veinte minutos pues dan para comprobar que estamos ante una artista llena de posibilidades, que ya maneja un lenguaje propio. Con este marchamo, haremos bien en estar atentos a sus próximos pasos. Pasos de funambilista plástica.
Larga vida a las artistas que plasman una mirada singular de los mundos interiores.

viernes, diciembre 18, 2009

Looking for Eric


Consejo amiga.
Hombre diario en apuros.
Es terra barrial.

Genio francés.
Oda al poeta furioso.
Bolista masas.

¿Clave? Actitud.
Aprende a decir no. No.
Fe, en tu gente.

Bravo Sir Ken Loach.
El dios peso profundo,
humor yo mismo.

Se llama Lyly.
Amor en este instante.
Y flotas fluyes.

La lejanía.
Dadme mentiras blancas.
Tristeza muro.

Pánico diario.
Amor y borracheras.
La lejanía.

Habrá problemas.
También más opciones.
Riesgo. Y acierto.

¿Clave? Actitud.
¿Qué te hace diferente?
Premio, explóralo.

jueves, diciembre 17, 2009

Cena


Ojos que ríen.
Coballa con miedos de humano.
Anécdotas de quien noche juego.

Se desorienta con su pañuelo verde.
Muchas voces.
Siguiendo la estela de nuestro propio desconcierto.

Hace frío.
Pero me gusta tu piel de luna rebelde.
La sencillez de tu probable.

Los hombros de vapor.
Y tu risa.
Ni siquiera recuerdo las mareas.

El bar tiene vacíos que otra noche.
Unas palabras pintadas.
Y la sensación de acordes empezando.

martes, diciembre 15, 2009

Gran Canaria



Avenidas mar.
Lubina espectáculo.
Sabor victoria.

lunes, diciembre 14, 2009

Esta mañana



Suelo ceniza.
Frío pidiendo temblor.
Barrio bien guapo.

Mujer que duerme.
Tren cansado cumplidor.
Fandas resuello.

Bonachón que lee.
La chica lista salta
(hablamos páginas).

Blanca belleza.
Piscinas halagadas
(pensamos nieve).

sábado, diciembre 12, 2009

El lago Atitlán


Volcán bañera.
Belleza maneciente.
Sur del orgullo.

viernes, diciembre 11, 2009

Taraco


Viejo pupilo.
Hombre bueno y chuleta.
Bromeador nato.

Trabajo estudio.
Romántico (secreto).
Alma de fiesta.

Consolidado.
Sensible y tipo roca.
Hombre contento.

jueves, diciembre 10, 2009

Fernando Martín


Gladiador blanco.
Adelantado a su tiempo.
Hombre carisma.

Tipo soñador.
Ganador temerario.
Persona en búsqueda.

Progresos rápidos.
Pionero de excelencia.
Momentos NBA.

Vino y mujeres.
Cielos frío y estrellas.
La velocidad.

miércoles, diciembre 09, 2009

Luis Guil: hasta luego a un caballero del mundo del baloncesto


El Ayuda en Acción Fuenlabrada ha destituido esta mañana a Luis Guil, que ha sido su entrenador durante los últimos dieciocho meses. El pasado domingo el equipo cayó con estrépito ante el DKV Joventut (61-103) y dejó una imagen lamentable: con jugadores entregados al egoísmo y la ansiedad, sin mostrar el compromiso que ha hecho grande a ese club, cuyas andanzas he tenido el privilegio de relatar en los cinco últimos cursos.

La noticia me causa rabia y decepción a un tiempo. Rabia porque Luis Guil no merecía este desenlace. Hablamos de un tipo muy bien preparado, que la temporada pasada dinamizó al Fuenla con una propuesta atractiva: juego abierto en transiciones rápidas, apuesta por el extra pase como guía para el acierto y la confianza en el lado resolutivo de jugadores talentosos (Oleson, Blanco, Valters o Bueno), que ofrecieron su mejor rendimiento respaldados por un cuerpo técnico que supo potenciar sus virtudes y limitar sus carencias. Aunque lo mejor de esa propuesta es algo que no aparecía en estadísticas o vídeos; hablo de esa convicción de que el equipo podía competir en cualquier cancha.

Principal logro: darle boleto a la cultura del conformismo

La gran aportación de Luis Guil al Baloncesto Fuenlabrada ha sido su carpetazo a la cultura del victimismo que hasta hace no mucho era una seña de identidad del equipo: “somos un equipo con uno de los presupuestos más bajos de la competición, esta no es nuestra liga, hay que ser realistas y recordar quienes somos…”. Nadie niega que esas máximas puedan estar guiadas por la prudencia y el sentido común. Pero cuando se repiten como la excusa socorrida, acaban convirtiéndose en una coartada para la mediocridad.

Guil nunca ha entrado en esa definición en el tiempo en el que ha permanecido al frente de la nave fuenlabreña. Para empezar, me llamaba la atención su actitud en la cancha; similar a la de un portero de balonmano: torso firme, brazos extendidos y voces constantes para corregir pequeños detalles de la posición defensiva de sus jugadores. Siempre a uno o dos pasos del paroxismo, pero con una sutil diferencia: esa manera de vivir los partidos no era demagógica o fruto de la incapacidad; antes al contrario: era la imagen de un tipo que ha tenido la suerte de hacer de su pasión su profesión.

Coco privilegiado para leer los encuentros


Otra cualidad que llamaba la atención en este técnico sevillano era el modo en que leía los encuentros. Tenía el don de la clarividencia a la hora de hacer los cambios (detalle que cuidaba como un ajedrecista cuando los partidos entraban en las fases clave) y sus apuestas por las defensas zonales y mixtas solían dar el resultado apetecido: voltear una dinámica negativa en el encuentro o dar oxígeno a sus jugadores y subrayar el espíritu de entrega y solidaridad que necesitaba el equipo para hacerse fuerte en los partidos.

Hablo en pasado, pero sólo por vocación narrativa. Estoy convencido de que pronto Guil volverá a dar guerra, con el valor añadido que confiere haber aprendido de esos fracasos que antes o después toca asumir en la vida. Parte del acierto de este entrenador de última generación (37 años, el hombre por ejemplo que dirigió al combinado nacional junior durante tres años) ha sido también su generosidad. Cuando las cosas vinieron bien dadas, dio el mérito a sus jugadores y repartió el éxito con sus colaboradores; con Chus Mateo (gran estratega y segundo de Scariolo en la selección) a la cabeza.

Vena didáctica y elegancia que trasciende la cancha

El baloncesto es un deporte de equipo y Guil lo ha demostrado también en su modo de comportarse con los aficionados naranjas (siempre amable, a menudo sonriente) y con los periodistas, a quienes siempre nos ha dispensado un trato “cordial y profesional”, como el mismo se ha encargado acertadamente de remarcar en su carta de despedida.

Cuando los partidos finalizaban, Luis Guil comparecía a las ruedas de prensa con vocación didáctica. Al contrario de otros 'perros viejos' que han hecho grande este deporte, Guil no tenía necesidad de ponerse sarcástico o a la defensiva cuando valoraba lo ocurrido en la cancha. Su discurso era el de una locomotora humana, explicaba con velocidad ‘woodyalliana’ lo ocurrido en la pista, con una rara mezcla de honestidad, lucidez y templanza. Muchos hemos aprendido con sus disertaciones sobre un juego fascinante, que se hace más interesante cuando hay gente valiente y preparada que pone el mismo rigor por alcanzar la excelencia en las dos orillas del juego: ataque y defensa.

Cese injusto para un trabajador que merecía más confianza

La decepción me ha llegado con esta noticia porque creo que es un cese injusto. Tras un arranque fantástico (el Fuenla encadenó cuatro victorias en las cuatro primeras jornadas y llegó a viceliderar la liga con el Caja Laboral), el equipo ha entrada en barrena y acumula ya siete derrotas consecutivas. Los jugadores se bloquean en los partidos; de momento han demostrado que no saben sufrir. Es el peso del púrpura. Bien harían algunos talentosos (y desorientados) jugadores fuenlabreños en leer esa pieza maestra llamada If , en la que hace ya 114 años Kipling alertó sobre la necesidad de tratar al éxito como un impostor. [Digo esto porque en esas primera cuatro jornadas, hasta tres jugadores naranjas (Fitch,por partida doble, Batista y Thomas) obtuvieron la calificación de jugador más valioso de la competición gracias a sus números superlativos, distinción que Batista obtuvo otra vez en la novena jornada].

No se lo han dejado demostrar. Pero Guil tiene interiorizada desde hace tiempo la vibración de ese poema. Y podría haber revertido esta situación. Por de pronto, ha vuelto a demostrar la clase que le ha hecho tan querido en el mundillo del baloncesto con su carta de despedida. Ahora sólo toca desear que su ‘trabajo oficial’ como director de una sucursal de Caja Madrid le alejé el menor tiempo posible del baloncesto.

Por mi parte, como lo sucederá a él y a todos los hinchas fuenlabreños con los que me siento tan vinculado, sólo me queda desear que el equipo vuelva su mejor versión lo antes posible. Es verdad que el Fuenla figura penúltimo, pero no es menos cierto que acumula el mismo número de victorias que el Unicaja, noveno. Confío en que, cuando echemos la vista atrás, este último mes y pico sólo haya sido una pesadilla de esas con las que, de cuando en cuando, hay que aprender a convivir con la a veces desconcertante realidad.

martes, diciembre 08, 2009

excesos


tributo éxito
barriga contrariada
riesgo recuerdo

lunes, diciembre 07, 2009

Nueva York


Altas precisiones.
Parque selva donde silencio.
Mundo noche de luz.

Vibración colectiva.
Multiplicadas imágenes.
Libertad sensación.

Amigos en el amor.
¿El almuerzo? Llámalo lunch.
Sí, fuera del trabajo, momentos.

Nombrada isla madre.
Primigenia holandesa.
Diaria invención del mundo.

Montañas de tumbadas.
Pero de agua.
Una mujer libre.
En el camino.

Nombrada isla india.
Escenario sueños dialogados.
Diaria invención del mundo.

viernes, diciembre 04, 2009

El nuevo Cervantes es poeta


El nuevo poeta es Cervantes.
Chamulla entre frijoles
y se asombra con 70 tacos.

El nuevo Cervantes es poemas.

Piezas donde
tigres caseros acceden
a un palmoteo suave
en la cabecita.

El nuevo Cervantes
ha hecho del distanciamiento
y la ironía su limusina.

El nuevo poeta pondría
himnos
a los piercings de las
desconocidas con cara de sueño.

Merece mezclarse su idea:
“La voz que nadie oye.
Todo entre todos.
No encontré taxi.
Perteneces a quien te quiere”.

El resumen de Don José Emilio,
hablamos de actitud,
es: ¿el poema? para quien lo trabaja.
Difícil no estar en su verso.

(A José Emilio Pacheco, poeta mejicano, Premio Cervantes 2010).

jueves, diciembre 03, 2009

 Javi


Buscador puro.
Casero con carisma.
Talento y orden.

Generoso hombre.
Instinto para el cine.
Eso es, la risa.

Javi gruñón.
Música es el camino.
Pequeño Solbes.

Paz y aventura.
Madre adoración.
Con empatía.

Viste elegante.
Su amistad, alto valor.
Y Jesucristo.

(Para mi hermano Javier, en la 29 celebración de su santo)

miércoles, diciembre 02, 2009

¿La conoces?


Hay una flor dentro de mi coraza.
Daysy, Daysy.
Planta una en mis
manos glaciales.
Plántala Daysy Bell.

Donde quiera que esté el amor,
el amor no está conmigo.
Es complicado decir, pero
me gustaría.
Bella Daysy campanas Daysy.

Dame una respuesta, Daysy.
Exploraré la locura de tu amor.
Prometo no imaginarnos más allá.
Menos en el centro de los comercios.
A cambio, te llenaré los azúcar de
labios.

Bailando verte venciéndote.
Soberbia Daysy en el horizonte.
Mejor en la cercanía:
con tu falda abreviada y
tus ojos preferentes.

Daysy, Daysy,
caigamos juntos en
la estupidez de la vida.

Yo soy en ti Daysy Bell;
cuando las profundas esquinas vengan a poseernos,
pondremos juntas las lámparas de nuestros cuerpos.

Hay tantas luces en el desvío.
Oh, Daysy Bell,
el desvío de tus manos sedientas.

Daysy, Daysy,
caigamos juntos en
la estupidez de la vida.

martes, diciembre 01, 2009

Vidas varadas


Congelan pisos.
Ahorros pantanados.
(In)dependencia.

lunes, noviembre 30, 2009

En el continente olvidado


Corazón tierra.
Ahí, se aniquilaron.
Hermanos también.

Cielos brumados.
Palabra: genocidio.
Otro odio miedo.

Extinción.
Nueva extinción.
Muerte salvaje.

Sin adjetivos.
Sin belleza tampoco.
Ni apenas aire.

Fue en Ruanda, cierto.
Miramos para otro lado.
Verguenza todos.

viernes, noviembre 27, 2009

Gran Fran


Sí, beber vivir.
Mejor, decirlo claro.
Domingos fútbol.

Intensidad y relax.
Calamaro es mi dios.
Frutar el mundo.

Bromas y amigos.
Mejor, decirlo riendo.
Silencio, toros.

Mirar futuro.
Celebrar a mi gente.
Sevillista alma.

(Para Fran, el chacho más joven, en su 30 tarta).

jueves, noviembre 26, 2009

Momentos team


Expresión.
Emergencia y orgullo.
Eterno examen.

Dispersión.
Buscando profundidad.
Retos constantes.

Miedos del ayer.
Orgullo de leyenda.
Desgana y clase.

Aprendizajes.
Talentosos hambrientos.
Crecer unidos.

miércoles, noviembre 25, 2009

I'm cold



Faltan colores.
La garganta se olvida.
Largo noviembre.

Este momento.
Martillos en la cabeza.
Nariz sin tacto.

Suave el impulso.
Vivir ver vaciar vidas.
Días tranquilos.

viernes, noviembre 20, 2009

Mr Eastwood


Mirada vodka.
Vidas sin concesiones.
Gesto paciente.

Cara salvaje.
Espaguettis en el sur.
Actuar mujeres.

El artesano.
Clasicismo Ventiuno.
Mírame, eso es.

jueves, noviembre 19, 2009

Marinera en tierra


Fuerza poética.
Las miradas profundas.
Olor incienso.

Risa de himno.
¿El hogar? Paseo océnao.
Palabra espejo.

Mirada búsquedas.
Y los inconformismos.
Mujer en vuelo.

(Para Guaci, en su 30 aniversario vital).

miércoles, noviembre 18, 2009

No más de un minuto


Esos leones solitarios
se internan...

No hay comida.
Tan frágil, tan pequeño.

Cara de niño,
risueño, fino y largo.

Ya era tarde.
Tarde para casi todo.
Hasta para
dejarlo.

martes, noviembre 17, 2009

La poeta


Alta como un sueño y firme como
una elegancia.

Mis amigos alucinan con la poeta.

La poeta mueve misterios
y habla con situaciones prohibidas.

La poeta viste faldas amplias
y camisas apresuradas.

Inventa momentos también
con sus ojos medio entornados.

Mis amigos alucinan con la poeta.
Mujer de afilados y labios sutileza.

La poeta se extingue los tópicos
cuando explora el escenario.

Por dentro, es un vértigo.
Enfrente, belleza glaciar.

Mis amigos alucinan con la poeta.
El animal más hermoso y vulnerable que
recuerdan.

La poeta habla de momentos.
Sus historias son tragos secos.
Y su perfume calidez presagia
tardes exitosas.

Entretanto, nos asombra;
lo hace con imágenes al límite.

(Para Sara Torres)

domingo, noviembre 15, 2009

Cosas así suceden


Los ventanales del trabajo se apiadan
de mí (incesante).

Ventanales como gran pantalla de vida.
El hombre tiene 60 largos
(años quizá, relatos también).

Se desorienta condiciendo (el cuerpo)
entre la maleza.

Conduce dando círculos;
busca lencería de un esquilmado árbol.

Trabajo
Pregunta
Trabajo
Trabajo

El hombre se despeina (más).
Y cava como un arroyo.

Parece raro como alegre.
No asegura que mi delicada repetición
contenga más orden que su desconcertante
(trabajo).

Es entretenimiento y no me ganas.

Algo así (saludo)
parece decirme cuando
esquiva la ventana vida.

miércoles, noviembre 11, 2009

Tu invitación



(Gracias a Luigi, que ha puesto en juego su enorme talento para crear una invitación que sólo se me ocurre definir como fantástica; el poema visual que algún día me hubiera gustado componer...)

lunes, noviembre 09, 2009

Berliner Mauer (RDA+RFA=broken soul)



Pago vergüenza.
Vidas encapsuladas.
Horror sorpresa.


Credo colectivo.
La repetición.
Oportunidad.


Orgullo crisol.
Milagro mentalidad.
Coca cola dream.

Los coches, útiles.
Partido igual a Dios.
Estanque igualdad.


Tristeza de alma.
Yes, looking for a sunset.
Creciendo fuertes.

Pisos colmena.
Vida barrio, deporte.
Hermanos este.


Urbe confluyes.
Pegamento culturas.
Libre dispendio
(libre pensamiento).

Corazón roto.
Los futuros ciénaga.
Adiós, gente.


Sufrir por los dos.
Alma rabia, vergüenza.
Fe en el futuro.

Productividad.
Miedo delación.
Vente, paciencia.


Personas viajes.
Mi patria es Europa.
Conmoción.

Sueños quebrados.
Ciento cuarenta vidas.
Sombra de guerra.


Sufrir por los dos.
Destinos maquinales.
Solidaridad.


Alma de pop.
Mensajes de vital (rock).
Vamos a por ello.

Ser generosos.
Todos, una oportunidad.
Y conformarse.


Incertidumbre.
Busquemos nuevas vías.
Sueño del pueblo.

Más grietas, por favor.
Hartazgo- protestas; ya.
Desolación.


Algo se acerca.
Confianza en el futuro.
Clama libertad.

De repente, free.
Soy libre para empezar.
Ilusión miedo.


Fe en esta gente.
La colectiva búsqueda.
Ciao pesadilla.

Y el desencanto.
Por encima emergen:
ganas de juntos.

Ciudad libre, que busca.
Y a veces encuentra.

I loved us


Momentos broma.
Aventuras almuerzo.
Guau, no hace tanto.

viernes, noviembre 06, 2009

Antes de ayer


Tenía
jugaba
encontraba
amaba también

miércoles, noviembre 04, 2009

Cosquillas en el estómago


(En honor a Eva&Rulo, que tuvieron a bien alegrarnos la vida con su boda, en pleno ecuador de septiembre, cuando el verano practica sus últimas irreverencias)

“La música es sinónimo de libertad, de tocar lo que quieras y como quieras, siempre que sea bueno y tenga pasión, que la música sea el alimento del amor” (Kurt Cobain)

Hace mucho tiempo, en unos bares muy lejanos, vivía un chico con un puñado largo de cualidades. El tipo tenía algo que mucha gente se pasa la vida buscando entre manuales de autoayuda, parejas y trabajo: hablo de personalidad. Una genuina, que transpiraba en varios ámbitos. Lo recuerdo mirando al frente, con orgullo y confianza. En el instituto, la mitad de sus compañeras se habían enamorado de él en secreto.

Ya se sabe que los secretos tienen su propia rebeldía en la adolescencia. Pero, claro, él hacía como que no se enteraba. Cuestión de elegancia. La broma y su risa eran el mejor antídoto contra esos problemas que entonces parecían irresolubles. Te escuchaba, te pasaba la mano por el hombro como un involuntario maestro zen, y entonces te daba otra lectura de la situación, llena de sentido común y optimismo.

De alguna inexplicable manera, tenía gancho para relatar las vivencias del verano, ese paraíso donde los amigos son aventura y las chicas vibran sin tiempo para el tedio. Así fue como algunos chicos del barrio idealizamos lugares como las costas británicas o Zuzones. Cuando jugaba al fútbol, era despiadado al corte cuando tocaba defensa, y en ataque simplemente golpeaba la pelota con seguridad y convicción.

Alguna vez pensé que se había quedado sin cabellera en algún saque de esquina; a cambio de ese riesgo, encontraba el gol con mayor frecuencia que el resto. Ese chico era obstinado, miraba el mundo con asombro pero también con brújula: era sereno, divertido y amaba la música, también las mujeres, hasta límites desmedidos.

Ese chico también tenía problemas, como todos. Le podía su intolerancia al fallo y la injusticia. Su debilidad era también su virtud. Era cabezón, impaciente y estaba convencido de conocer el camino. Por eso, si alguna vez chocaba con una dificultad, la transformaba en un notable. No todos podemos decir lo mismo de los suspensos que se cruzaron en nuestro camino. El chico afianzó su talento como estudiante, a base de método y tenacidad, para acabar aterrizando en la universidad.

Hubo un momento en el que le ví perdido. Era la consecuencia natural de la incertidumbre que da conjugar el verbo futuro. Habíamos aprendido a relajarnos y desesperarnos. En mitad de ese dulce abatimiento, pasamos algunos de los mejores momentos de nuestra vida. Recuerdo noches como palacios. Con camareras que te escuchaban y sonreían, también ignoraban, con una sonrisa lenta, imparable.

A cambio, nuestra timidez gobernaba nuestras acciones. Pero nuestras palabras construían inconformismos, odas a desconocidas, filosofías de preguntas y alegría, montañas de insumisiones y risas. También, claro, probábamos el sabor del triunfo con princesas fugaces. O no tanto. Pero, claro, hubo un momento en el que no supimos si la incertidumbre era demasiado peso y los licores viajaban densos.

Hubo un momento en el que la timidez agarrotaba el cuerpo de nuestro protagonista. Pero esas sensaciones no duraron demasiado. Y cuando el chico empezaba a parecer un hombre, con esa sonrisa de corsario que ya sabe de qué va la vaina, apareció ella.

Ella tiene nombre de tentación cercana. Ella es solar, también telúrica, una mujer divertida, que sabe (y sabía) que lo mejor en este viaje es no tomarse las cosas con demasiado dramatismo. Ella era la amiga cómplice, la compañera con la que te apetecía estudiar. La chica de la risa perfecta: alta, contagiosa, imprevisible. Nuestro protagonista pasaba las tardes junto a ella con placidez.

Pero algo cambió de un modo gradual y al tiempo imparable, como la sonrisa de aquellas chicas de la barra. El chico-hombre descubrió un día que ya no quería utilizar los superpoderes de su sonrisa para deslumbrar a las desconocidas de la discoteca.

Ella centraba sus pensamientos. Ella es cercana, también cálida. Ella es valiente, posee una sabiduría ancestral, que le permite ordenar las cosas y las emociones. La vida hay que agitarla, dijo el sabio, y nuestro protagonista pensó en llevarle la razón: ella es inconcebiblemente guapa, con uno de esos rostros que se graban a láser en la memoria.

Ella tiene las mejillas preparadas para el rubor. Y la ternura. Ella se convirtió en la destinataria perfecta de los ramos de flores personalizados. También de otros detalles, comunes y especiales a un toque, concebidos por él. Ella da confianza. Ella no se cansa de conjugar el inconformismo. Es alegre, brillante y confiable, como dicen asiá.

Es la amiga que tiene una palabra amable en el momento justo. Ella, en tiempo moderno, es la reina, la más grande, para un puñado de estudiantes que la entronizan como esa mujer adorable que conocen en el salón del hermano de su amigo.

Ella creció en donde antes se pensaban los dormitorios y ahora se proyectan los futuros. Ella simboliza ese cambio de que las generaciones aprenden por repetición y de que hay individuos que demuestran que podemos ser más generosos, soñadores y constantes

¿Quieren personalidad? Ahí la tienen. Si buscan determinación en el logro diario, también lo encontrarán. Y, sobre todo, una compañera de viaje, para amigos y ya marido, que pone buen humor a las dificultades y una nota de calidez al día a día.

Ah, por el camino, él ha refinado su sonrisa de corsario y ahora, en el trabajo, es The Answer, La respuesta. Ese tipo que hace las cosas más fáciles a los demás. En casa, quizá, el amante ejemplar. Y como amigo, el buen humor y la alegría, ese compañero que hace sencillo lo difícil y convierte una velada en el restaurante en un gran recuerdo.

Digo cosquillas en el estómago porque Eva y Rulo llevan seis años compartiendo el viaje y, sin embargo, su historia me sigue pareciendo la definición de enamoramiento que he encontrado en el diccionario.

“El enamoramiento es s un estado emocional surcado por la alegría y la satisfacción de encontrar a otra persona que es capaz de comprender y compartir tantas cosas como trae consigo la vida”. Como amigo vuestro, para mí es un lujo saber que todavía estáis en esa fase. El mejor síntoma de que habéis acertado invitándonos hoy a esta fiesta. Vuestra fiesta. Chicos, os deseo lo mejor.

Boyero S.L.


Hambre de cine
(hambre de vida).
Mala leche con gracia.
El criterioso.

martes, noviembre 03, 2009

El momento


Los pies molidos.
El fuego confortando.
Cabeza en hombro.

lunes, noviembre 02, 2009

Santiago es nombre de nómada


El cielo de aguas pensativas
y las manos de errante en rumbo.

Compostela es una belleza gastada,
también una ciudad sin pretensiones.

En estas pisadas, las cosas suceden.
No hace falta ponerse veloz.

Una chica mira sin ver la televisión;
incomparable arquitectura de piernas.

El héroe aquí, casualidades, es nuestro cicerone.
Un tipo al que probablemente no volvamos a ver.
Héroe sonríe fácil y fala galego
para decir lo que te sale de las tripas.

Héroe gasta barba de varios días porque pereza.
Héroe entrecierra cuando saluda a las cómplices.
Y es capaz de cagarse en los miedos estáticos
con un racimo de bromas, a prueba de dogmatismos.

Héroe no tiene problema con escuchar en detalle.
Cuando te habías olvidado, enciende la carcajada.
Los surreales lo llamaban la broma parodia.
Héroe pasa del fútbol y, ácrata tranquilo,
no tiene reparo en estar en el amor.

Aunque para ello se quede sin denarios.
Todo por hacerla sentir (in)confundible.

En un lugar donde el misticismo será de postal
y las vírgenes estaban preñadas,
en ese lunar, héroe ha metido las manos en la llama.
Desconcierto a desconcierto hasta sumar diez años.

Desconcierto: dícese de la falta de orden en los aciertos.

Diez años desparramándose por el amor.
Héroe habla con el desconocido sobre ella.
Y talla una imagen fascinante fascinada.
Más importante lo que no a veces se dice.

Héroe es héroe porque bromea rompiendo las pelotas a los colegas.
Héroe pasa de convencionalismos, pero se lleva bien con sus viejos.

Más importante lo que a veces no dice.
Héroe nos lleva en su buga medio mamado.

Se despide con un reluciente escepticismo.
Y mira ahí arriba,
en la confianza de que pueda conquistar la gabarra.
Todo con tal de hacerse el confundible con la (in)confundible.

Quién sabe, puede que estemos hablando de diez años ahí arriba.

viernes, octubre 30, 2009

Prosa pop


Salón fantasmal.
Dispersión belleza.
Perfume, azul.

miércoles, octubre 28, 2009

¿Me das una galleta?


Es frío amable.
Hace cuerpo bonito.
Besa ya al hambre.

Hoy sábado es el cumple de Davide


Hoy sábado Davide cumple los treinta.
Hoy sábado me he caído en el amor.
Caídas cada día más fugaces,
me ha sonreído mi (más nueva) musa.

Musa nueva es musa porque me ha tocado.
Pasa de medidas, me ha dicho.
Pero no te olvides de dedicarme.

Mi nueva tiene los ojos de la corteza de un lago.
Pero más arrogantes y asustados.
Mi nueva nueva me ha pedido con su sonrisa:
camino seguro hacia la emoción.

Ha guiado a ese coleccionista de búsquedas.
Luego (sorpresa) el ciego se me ha hecho simpático.
Pero eso ya será otro sábado.

Hoy sábado arena gladiadores ha dicho poco peso.
Poco aire, poco carácter, poco talento.
Por suerte, princesa mini ha dicho poco yo.
Y ya no nos hemos preocupado tanto.

Hoy sábado un hombre naranja se ha cargado unas
leyendas (o los números que las protegían).

Today sábado es el cumpleaños de Davide,
un hombre salvaje y bueno
que pone a la vida
con la singularidad de sus negaciones.

Hoy sábado es el cumpleaños.
Y no pararemos hasta reír despiertos.

lunes, octubre 26, 2009

Los cien o el mejor libro que he leído en mi vida


Los cien cuenta la historia de Pablo, un chico tímido que está arañando su comienzo como universitario. Un niño hombre que ha hecho de la literatura su refugio, ese mundo paralelo donde emociones como el terror, la búsqueda o la complicidad sentimental vibran en una cabeza que proyecta historias que el corazón todavía ni se imagina.

Pablo tiene también sus momentos. Instantes donde la percepción se parece a una imagen televisiva mal sintonizada y el futuro se anticipa unos segundos. Es pues un tipo con un don. Pero en el mundo real los dones se pueden convertir en una tortura si no puedes compartirlos. Basta esa sensación: pánico de que la locura haya colonizado tu médula y tus pensamientos.

Hay más cosas, claro. Padres nómadas cuyo éxito profesional es inversamente proporcional a sus carencias afectivas. Un jardinero misterioso, con algo magnético, que irrumpe en la vida de nuestro casi adolescente protagonista. Y un amigo fanfarrón que hace de las bromas, el sexo y la música (casi) imposible el mejor túnel de luz para escapar de un destino prefabricado.

Y no cansarte de mirarla

Aunque lo mejor de este punto de partido es Irene. Irene tiene algo quebradizo y fascinante que hace que no te canses de mirarla. Irene mira con una dedicación que estremece. También gasta un genio que cartografía lo tolerable y lo injustificable, lo hermoso y lo cotidiano. Y las ganas de pasar una tarde en el jardín botánico con ella; sugerencias de un cuerpo cálido y unos besos despaciosos y creativos.

Hasta ahí puedo leer. Aguarda. Ten paciencia. Cultiva la fe. El mejor libro que he leído no está todavía en librerías. Se llama los Cien, pertenece al género de la ciencia ficción, y ha sido cincelado por un periodista llamado Carlos Cortina. Alguien con talento para competir en las grandes ligas, que sin embargo ha preferido dejarse llevar por el lado sabio de la existencia y centrar sus mejores energías en lo importante.

Momentos de duda que ni siquiera eres capaz de recordar


Lo importante es una compañera de viaje única, también adorable, llamada Patricia. Lo importante es un ñajo llamado Pablito, lleno de asombro y movimientos divertidos que da sentido a sufrimientos y momentos de duda que ahora ni siquiera eres capaz de recordar. O sí, porque hay días en los que la cabeza prueba sus propios viajes astrales. Existen vacíos que ni un jugador cósmico puede explicar en un su sentido hedonista y caprichoso de la eternidad.

Los cien está jodidamente bien escrito. Con sentido de la verosimilitud, algo ciertamente complicado cuando hablamos de la ciencia ficción. Y, aunque me tienta, no voy a hablar de comparaciones. De talentos como Bradbury, Lovecraft, Clarke…Aunque parece claro que algo de ese magistral aliento fluye en las venas de este relato; insólito en nuestra literatura.

Al final, la literatura de ciencia ficción sirve para comprender mejor lo que nos ocurre, como individuos y comunidad, tomando como referencia el eje de lo extraordinario. Ves más claro después de conocer algunas de las criaturas que pueblan los Cien.

Este mineral literario está tallado con dedicación y trabajo. Su estructura de la realidad es fiable porque está documentada en los detalles más pequeños. Además, la obra tiene ritmo, swing para los diálogos y un sentido de la personalidad para definir temperamentos (pienso en algunos de sus protagonistas) que evoca el mundo de los superhéroes, que tanto ha frecuentado (todos tenemos un pasado) el señor Cortina.

La saga de los hermanos Cortina: gente a tener en cuenta


El señor Cortina tiene además un hermano: Óscar, maestro en el relato breve, con el que mantiene una relación de rivalidad admiración, de bromas y camaradería que se remonta a siglos atrás (sin son tan amables, no divulguen la noticia, no queremos movilizar el instinto colérico de los Val Helsing de este mundo, pues estas criaturas tienen todavía que ofrecer un puñado de memorables a la humanidad).
Por lo menos a la gente de esta tribu.

Otra cosa que me gusta de este libro es su relación desinhibida con nuestro país. En estas líneas se nos presenta Hispania como el lugar del que sentirnos orgullosos en el siglo XXI (por lo menos del que no avergonzamos): con nuestro sentido del humor, tantas veces cercano al disparate. También con el gusto por la buena comida y el caos cotidiano. Un lugar en el que no tenemos grandes problemas en vivir con los ojos abiertos y reírnos de nosotros mismos.

Me cautiva Los cien por su sentido de la imagen, visual hasta decir película. Mal harían los hambrientos productores del cine yankee en dejar pasar esta bicoca narrativa. Pero la realidad es que este libro a día de hoy no tiene canal para fluir al público. No ha sido publicado ni está pendiente de ello. Triste como un ascensor sin vecinas que transportar.

Los cien o la fiebre de la lectura

Por suerte, estamos hablando del territorio de la ficción y sé que esta película acabará encontrando el cauce hacia las conciencias que merecen visitarla. ¿Por qué este título? ¿Todo vale para llamar la atención? He señalado este libro como el mejor que he leído porque así lo he vivido durante dos meses, cuando la lectura se ha saltado tiempos y lugares. A riesgo de robarle demasiadas horas a mi destartalado tiempo de descanso.

Seguro que alguna vez habéis sentido algo parecido. Ese libro que parece hablar al fondo mismo de tu conciencia, con una extraña mezcla de pasión, cotidianidad, lucidez y honestidad mientras ocurren cosas extraordinarias alrededor. Esa fiebre que te hace habitar el mundo que estás leyendo a deshoras e imaginar cómo pueblan esa vida sus protagonistas. Cómo son cuando no los miras.

Un retrato sin concesiones de la condición humana

Otra prueba de la calidad de este libro es que no hace concesiones a los mundos felices que nos ofrecen las marcas para soportar mejor el día a día. En el libro se retrata la condición humana sin concesiones: se señala lo mejor de ella sí pero también se pintan sus miedos, egoísmos, desorientación, caídas, desconcierto…
Y no se ponen paños místicos a la tragedia.

Hay un tren con mercancías de enfermedad y desesperación recorriendo la historia. Pero está travesía está contada sin estridencias. Con la elegancia de los resistentes. La materia rugosa de los soñadores que no se dejaron seducir por el desencanto.

Los Cien triunfan porque pertenece a un territorio único: el de la vida reinventándose para hacerse más interesante y misteriosa. Todo por la gracia de un novelista desconocido cuya única forma de oración conocida son las canciones de Dire Straits. Honor a las personas que honran su talento.

viernes, octubre 23, 2009

King of Shadow


Don para ganar.
Vulnerable y con clase.
No más tormentas.

jueves, octubre 22, 2009

Fire Hair Blues


Preciosa y nuda.
Dialéctica de espejos.
(Des)control creando.

miércoles, octubre 21, 2009

Luigi


El cascarrabias.
Entrañable y divertido.
Hermano luna.

martes, octubre 20, 2009

Ana


Gran anfitriona.
Humor lava, cómplice.
Hermana noche.

domingo, octubre 18, 2009

La vida puede ser melancólica


Se ha ido Andrés Montes, un hombre que hacía del exceso un arte. Mis primeros recuerdos sobre este inclasificable datan de la frontera entre la niñez y la adolescencia. Por aquel entonces escuchaba Antena 3, esa radio llena de talentos que un día desapareció porque el capital prefiere los monopolios.

Montes tenía una voz pegadiza, muy apropiada para la radio. Uno lo imaginaba como un seductor, apurando su whisky de malta, acodado a la barra del bar de uno de esos hoteles donde gastaba la existencia mientras seguía a algunos de nuestros equipos punteros de basket (o fútbol). A menudo con la broma debajo del brazo. Pero también con el sentido crítico afilado por encima de la media.

Algún tiempo después, pero todavía en Antena3, retransmitió el Eurobasket de Alemania 93. Lo hizo en compañía de Chechu Biriokov, un crack de la larga distancia, con su inconfundible mecánica de tiro (como si estuviese acariciando un melón) que le llevaba a anotar triples con notable frecuencia.

Europeo de Munich 93, tiempo de héroes

Eran tiempos duros para nuestra selección. Pero no faltaba el carácter. Ni las resurrecciones. Como la que protagonizó en ese campeonato Antonio Martín, que se dejó los huevos para llegar en forma al campeonato y ofreció un tratado de elegancia y eficacia para guiar a nuestra selección hasta el quinteto puesto (perra suerte, se nos cruzaron los anfitriones de Scrempf) y ser incluido en el quinteto ideal del campeonato.

Ya n aquella época, Montes era capaz de convertir una anécdota, humillante o anodina para otros, en un rato de buen humor. Por lo visto, su piel café con leche levantaba las suspicacias de algún germánico, todavía nostálgico de la vieja doctrina.

Pasó el tiempo y el tío Montes empezó a recibir los primeros chutes de esa droga llamada fama. Los mismos que le habían llevado a brazos del desempleo años atrás pensaron en él para que presentara la NBA, primero, y luego la ACB.

Calvo, bajito y con una elegancia extravagante

Por aquel entonces, me lo encontré en una mercería, en una callejuela cercana a Sol. No me preguntéis que hacía ahí porque no lo recuerdo (quiero pensar que acompañando a una piba con la que salía entonces). Lo que me sorprendió de Montes era lo bajito que era. De mi estatura. Y lo bien que le quedaba la calva. El cabrón tenía una cabeza esférica. Para mi sorpresa-alegría, el bueno de Andrés estaba comprándose una de esas pajaritas imposibles con las que compuso un personaje identificable a la primera.

Parecía serio. También me lo pareció en algunas de las entrevistas más ‘personales’ en las que le ví más adelante. La tensión propia de quien desconfía del acercamiento zoológico del gran público. Donde Montes se sentía feliz (se le notaba) era en la complicidad de un grupo de amigos o con el tacto de una mujer. Su mujer, por ejemplo.

Por uno de esos (caprichosos) milagros del capital, en casa decidimos abonarnos durante una época (breve) al plus. De lo mejorcito de esa apuesta eran los partidos de la NBA, con vuelos congelados en la estética de una danza gracias a las nuevas tecnologías y con la inconfundible dupla que formaban Daimiel y Montes.

Montes era expansivo. Te lo pasabas teta escuchándole. Poseía el alma de un adolescente dándole patadas a su traje de periodista. Era fácil compartir su adoración por los mates, la buena música, las estéticas pegadizas de los jugadores. O la pasión por los pases imposibles Sus narraciones tenían ritmo, sabor, irreverencia. Lo mismo te hablaba sobre un análisis de la China de Mao que se estaba leyendo, que se cargaba de sensibilidad para poner una pieza de Rithm Blues que dotaba de elegancia los resúmenes de los partidos que estaba relatando.

Aunque lo mejor eran sus motes. Esos relámpagos de ingenio en los que condesaba la esencia de un tipo a través de una frase, una palabra. Aunque quizá lo que más perdure en el tiempo sean sus lemas: máximas como la vida puede ser maravillosa, tiki, taka…O lo que es lo mismo: la búsqueda permanente de la belleza, en el juego como en la vida.

En el siglo XXI Sancho Panza se llama Daimiel y habla inglés


En esa época, Fran y Davide seguíamos con veneración al personaje y su Sancho Panza. En el siglo XXI Sancho Panza viste trajes de Louis Vutton, lee en inglés y habla con una erudición y buen gusto que para sí quisiera Erasmo. Ese Sancho, como en el original, se ha quedado solo.

Se llama Antoni, Antoni Daimiel y hace algunos años, en una aventura llamada American Basket, Frappy y yo tuvimos la inmensa suerte de entrevistar a uno de nuestros referentes de universidad, que como no podía ser otra manera hizo honor a su imagen: educado, atento y cordial. Cada vez que lo veamos a partir de ahora, nos acordaremos también del señor Montes.

Me jode esta pérdida porque con ella se va un buen tipo (ese dicen los que le conocían), un comunicador al que tenía una simpatía especial. Y porque en cierta manera siento que nos ha dejado huérfanos. Huérfano de sus disparates (toca defender: guau, guau, guau, jugóooooooon, jugooooooón, este tío pertenece al club de se dejaba llevar…).

‘Éxito deportivo’ con las mujeres

Disparates que acercaban a muchas mujeres al deporte (él que tantas veces hablaba del Calabazas Club, del que todos alguna vez hemos sido socios ilustres). Mujeres que se reían con la broma y la esperaban, chicas que encontraban en la sensibilidad de Montes un motivo para ver el enganche de esos tipos que corren en calzones con los que sus novios o maridos les martirizan la existencia.

En los tres últimos años y pico últimos en la Sexta, el personaje de Montes se convirtió en una película comercial. Arrasaba en audiencias y a veces devino en caricatura. Su estilo era desenfadado, pero también histrión y algunos no se lo perdonaron. Tampoco sus idas de olla.

Su tendencia a la dispersión y la desidia le llevaron a batir el récord de equivocaciones en las narraciones. Le costaba identificar a los jugadores. Sobre todo de fútbol, pero por encima de esa carencia triunfaba su talento para hacer más amena una narración, siempre con esa ocurrencia pegadiza en la punta de la lengua, con la consiguiente carcajada (juraría que ví hasta a Valdano sonreír en su compañía) del televidente o comentarista de turno.

Andrés, la vida puede ser maravillosa, sí, pero a veces también melancólica.

Descansa en paz jugón. No tengo dudas de que ahora vas camino del cielo de los periodistas, donde los hombres frágiles y especiales ya no tienen por qué llevar el traje de debilidad que nos toca llevar en esta tierra. Un abrazo.

viernes, octubre 16, 2009

Muna


Una entre un millón.
Vaya, aprende rápido.
Niña que sueña.