domingo, marzo 06, 2016

El amor es más fuerte que las bombas: sentido y sensibilidad para disolver el encerramiento



De qué va. Han pasado ya dos años desde que falleciera una reputada fotógrafa francesa afincada en Estados Unidos, retratista de los horrores de la guerra en un mundo que necesita de esas imágenes para no anestesiarse del todo ante tanta tiniebla. La comunicación entre el marido de la fallecida y su hijo pequeño hace aguas. Mientras que el hijo mayor acaba de ser padre...aunque la palabra confusión tenga un uso diario en su diccionario emocional particular.

Con esas coordenadas, la convivencia entre los tres se verá sobresaltada por un artículo que va a escribir un colega de profesión y viajes de la fallecida. Un articulo que marcara la pauta de verdades importantes que los tres protagonistas de esta historia deben afrontar de una vez por todas.
Es la primera película en ingles de su director, el noruego Joachim Trier, del que a partir de ahora no habrá que perder la pista...

 Por qué me gusta. Por su estilo caóticamente estructurado. La película se vertebra a través de continuos saltos y recesos temporales, condimentados por un caleidoscopio de miradas y monólogos en relación a la malograda protagonista. Un juego de multiperspectiva que contribuye a comprender mejor las complejidades de las relaciones humanas, mas cuando se desarrolla en entornos extremos.
Porque la cinta demuestra como el horror de la guerra nos acaba afectando a todos, más si pretendes erigirte en cronista de la misma. Lo hace sin estridencias, con un admirable sentido de la sutileza y la contención. Con un manejo infrecuente de los silencios, tan admirable como la interpretación de los actores, con mención especial para el actor que encarna al mas joven de la familia.


Porque es una historia que primero desasosiega y lentamente conmueve, despertando también el asombro, la extrañeza y la ternura. Con espacio para un viaje cargado de matices en la que queda develada una sociedad en la que la incomunicación y la superficialidad  desintegra puentes que se tienen que volver a tender; con nuevos-antiguos materiales como los que también se bosquejan en esta historia: audacia, comunicación, sentido del humor, valentía y ese intangible llamado amor cuyo aroma transpira en esta historia.

Las pegas. La película es dura, con pocas concesiones y por momentos se hace difícil empatizar con algunas de las reacciones que tienen sus protagonistas. También se echa de menos más sentido del ritmo en algunos tramos de la historia.

El aprendizaje. En las guerras se hacen fotos del dolor, de personas que acaban de perder a sus seres queridos. Esa impunidad no existe en los tiempos de paz; a nadie se le ocurre pasarse por el entierro de unos desconocidos para tomar unas imágenes...moraleja: en una guerra la necesidad se desnuda y contar la desolación es más importante que el sentido de la privacidad. Las guerras socializan la destrucción y esa onda expansiva nos acaba llegando a todos...
Cuando verla. Cuando quieras cargar las baterías de esperanza ante un mundo que se deshumaniza por momentos, previa terapia de choque...

              

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