viernes, agosto 04, 2006

Tan cerca, tan lejos


Ronqueo la voz. Viajo con el impulso delicado y decidido de tus manos. Lo se todo de ti. No se casi nada de ti. A cada instante nace el impulso de esconderte. Me queda tu risa, el ritmo con el que conjuras fantasmas y le robas las alas a los guardianes del océano. Tiemblo por un enfado que no se cómo detener. Eres entonces quien tú quien se arruga con la impaciencia de las hadas no disponibles.

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