martes, diciembre 30, 2008

La invencible tarea de enfrentarse a una estrella de rock


(El Alta Gestión acarició la victoria ante el DKV Joventut (86-84) en un partido en el que desplegó momentos de gran brillantez. Pero la magia de Ricky Rubio decantó la balanza a favor de los verdinegros)

Ricky Rubio ha llegado a tal punto de fama que la gente le conoce no ya por su nombre de pila, sino por su apodo. Ricky, el genio adolescente. Ricky, el chico humilde del Masnou. Ricky, ese joven talento que rompió la cintura a Jason Kidd en los Juegos Olímpicos. Son sólo unas estampas que hablan de la magnitud de un jugador que no deja de crecer conforme afronta retos.

Este verano se consolidó a los ojos del mundo con una actuación sobresaliente en la cita más exigente del deporte. Pero Pekín significó también un duro peaje para este proyecto-realidad de estrella planetaria. Se fastidió la muñeca. Con una fractura de consideración que le ha tenido dos meses fuera de las canchas.

En sus primeros choques de esta temporada, Rubio dejó destellos de su clase. Pero fue este domingo frente al Alta Gestión, cuando confirmó que ha vuelto para seguir fascinando. O, para ser más exactos, para (ausente ya Rudy) empezar a gobernar la liga en primera persona. Lástima que escogiera como victimas a los chicos de Luis Guill, porque éstos desarrollaron un partido para el recuerdo. Sobresaliente en muchos tramos.

El técnico fuenlabreño señaló tras el partido una de las claves que acrecientan, si cabe, el mérito de la faena naranja. “Hemos jugado sin el jugador que más minutos disputa de toda la ACB, Saúl Blanco. Y aún así hemos rozado la victoria. Cuando juegas un partido tan bien, sólo puedes felicitar a tus jugadores”.

¿Y qué faltó para sellar la victoria? Un poco de suerte, seguro. Y un antídoto para evitar la enloquecida defensa verdinegra, también. El caso es que el Fuenla, por esta vez, escogió un tempo relativamente lento para desplegar su juego. Ataques bastante elaborados, aunque con el contraataque siempre como primera opción, y unas interesantes variantes zonales, hicieron posible un escenario ganador para los madrileños a mediados del tercer cuarto. Gracias a los triples de Sandes (dos) y Walters (otros dos) en ese acto, el Fuenla cobró una ventaja de 12 puntos (47-59, min. 27).
El milagro parecía posible. Y el silencio del Pabellón Olímpico, también.

Algo poco probable cuando despegó el partido y la gente, que abarrotaba su cancha (acudieron 8.300 espectadores), se volvía loca con cada acción del redebutante Moiso (que anotó 15 puntos sin fallo) y los destellos de genialidad de Rubio (que se fue hasta los 30 puntos de valoración, tras sumar 16 puntos y 6 asistencias).

Pero el Fuenla se sobrepuso a toda esa adversidad ambiental y técnica. Fue fiel a si mismo y Walters enseñaba a la mínima ocasión como dar pases de beisbol como principio de éxito en un contraataque. Y Skhitisivili u Oleson de cómo culminarlos con acierto. Al tiempo, Matías Sandes ofrecía la mejor versión de toda su carrera deportiva. Se parecía a su lado guerrillero de esta temporada (taponando y reboteando como un lobo) y se reinventaba en ataque, anotando el 100% (3 de 3) de los triples que probaba, alternando ese acierto con movimientos muy eficaces en el poste bajo. Lo cual no deja de ser reseñable cuando ni siquiera los pivots de hoy día se animan a realizar esa clase de maniobras. Suena a exageración, pero no, el Fuenla rozó su perfección.

Como prueba, otro partido para el elogio de Radivojevic, muy entonado en los minutos que dispuso. Sea como fuere, el DKV reaccionó. Lo hizo a lomos de una defensa frenética por toda la cancha, liderada por sus canteranos: Pau Ribas, Ricky Rubio y Pere Tomas. También gracias al superlativo acierto de Ribas en el último acto (13 puntos sólo en ese periodo), la puntería de Mallet (4 triples) y el aura de Rubio, que forzó hasta ocho faltas personales.

En esos momentos, el Fuenla se dio cuenta de que no jugaba contra un equipo, sino contra el prestigio envolvente de una estrella de rock. Un chico de apenas 18 años que tiene un club de fans masificado, que recibe peticiones de entrevistas de lugares tan ajenos al baloncesto como Japón y cuya biografía se saben algunas de las estrellas más ególatras de la NBA. Con este panorama, se perdona un poco mejor la actitud sobreprotectora (se pitaron algunas faltas que sencillamente no eran) hacia el genio de El Masnou por parte de los árbitros.

Aún así, el Fuenla no se resignó a su destino de telonero. Oleson y Bueno se colmaron de corazón y acierto para volver a poner otra vez por delante al Fuenla a mediados del último cuarto. Pero no fue suficiente. Ricky dibujó canastas donde no las había (con hasta tres cambios de orientación y ritmo en una misma penetración), también pases inesperados que alimentaban al voraz Moiso. Y, a su lado, Ribas se convertía en una pesadilla en ataque y en defensa, neutralizando a Oleson en los últimos minutos del encuentro.

Ambos canteranos le birlaron al alaskeño la última posesión naranja, ésa que hubiera podido cuajar en el merecido sello a un partido increíble. Posiblemente, el mejor de la temporada.

miércoles, diciembre 24, 2008

El que no pide explicaciones

(retrato de un hombre
que ordena mundos)

Cara de boxeador optimista,
sí, optimista
como aquel antiguo camarero
que apuraba el placer de su
chica entre
esculturas de jamón ibérico.

Sin dobleces, con cordialidad,
pero con claridad de emociones.
Como si su vida fuera uno de
esos lagos salvajemente saludables
del medio antártico argentino.

Su discurso sencillo mece a un tío
con la broma preparada para
cualquier contingencia.

Algunas de las miradas de su discurso
valen como partitura de un poema.

“Se tarda en apreciar los matices.
Admiro la forma más precisa posible
y encontraré la mejor combinación
que defina un sentimiento.

Comunico con un gesto.
Y todo se entiende.
Bueno, lo intento.

Me voy haciendo amigo del silencio.
Soy el que no pide explicaciones.

El que no pide explicaciones

Me gusta la verdad.
Y decir la verdad.

También la mirada de ella,
aunque pocas veces
diga la verdad.

¿Los intolerantes?
Prefiero ser más directo y
llamarles cabezas de odio.

Eso se entiende mejor.

¿Mi tarjeta?

Prefiero actualizarme con miedo a
quedarme tranquilo con mi defecto”.

Dicen que los hombres tranquilos
de mi cuidad no son una ensoñación
de un irlandés talentoso y bebedor.

El que yo conozco se llama Fernando.
Y es un tío inexplicablemente educado.
Y divertido.
Si quisiera, podría matarnos a todos.

Por suerte, los hombres tranquilos
de mi ciudad prefieren un par
de tragos secos y la calidez de su
mujer en el cuarto de vivir.

(Para Fernando,
amigo ingeniero
al que conocí un
martes de Lavapiés)

martes, diciembre 23, 2008

Mi primera cesta de navidad


A veces la realidad se parece a mi estado de ánimo.

El otro día llegó una chica rubia,
muy rubia,
y me dio una cena de navidad.
En realidad eran unas cenas.

¿Y esto?
Por aprender a cenarte el mundo despacio.

Pero si yo ahora vivo (me la gano) de día
haciendo como que escucho
o como que escribo
o como que oriento
o, esto es verdad, dejándome terminar.

Yo, ahora, trabajo, fumo,
me pierdo, a veces también encuentro,
cuando la luz del día
plasma su llanto silencioso
en los ventanales de mi restaurante favorito.
Sí, favorito.

Ya, sonrió ella.
Pero tu a mi no me engañas.
Tu alma se preserva de noche.
Ahí es cuando tus besos no son de rutina.

Me quedé de piedra.
No sabía qué decirle.
Me habían pillado con verbo
de helados de contrabando.

Y. por el camino,
había cambiado de crear problemas
a crear oportunidades,

Suena pretencioso.
Pero, créeme,
casi me dejo la piel en el intento.

Lo sé, cariño.

Por eso,
las mujeres del mar suizo
me han dado esta cesta
con tu nombre.

Llegué a casa,
contento,
también cansado.

Y abatí la cesta sobre uno de los sillones.

Ahí dentro había de todo.
Un vino blanco con el que
temblaré junto a la estudiante de Milán.

También uno tinto para ponerme melancólico,
mientras el corazón me hierve de autocompasión.

Encontré, incluso,
dos o tres cajas de turrón de chocolate,
y una del duro,
con el que evocaré mi país
y pediré para que todos los niños del globo
encuentren el suyo.

Mi país son mis padres,
también mis tías,
qué decir de mi hermano
y mis amigos.

Mi país es mi gente cuando levanto una copa
con ellos,
desde ellos y para ellos.
Cuando tiro por el desague los venenos cotidianos.

Mi país es la celebración de una anécdota,
la risa de una broma cualquiera de un
momento cualquiera.

Mi país es una celebración.
Mi país es mi gente.

Para ellos guardo este cava que,
como todos los principios,
celebraré esta noche junto
a mi madre y hermano
cuando el cielo se llene de deseos.

lunes, diciembre 22, 2008

Esencial


Cuando gobernamos eso
le quitamos la aventura,
también la agilidad,
a nuestra alma.

Eso es una palabra muy salvaje
también muy variable.

Después vino la alegría,
la generosidad de un guiso,
y toda esa calidez dosificada
como lugar de despegue.

El lunes tenía cara de pruébame.
Y muchos de los nuestros
aprendieron en la pelea.

También en la calma y el orgullo.

Pero volvió la aniquilación fraterna,
con la constancia de un lobo
que mastica las miradas de la noche.

Por suerte,
luego arquitectura de tibios
desencantos. Hola, encanto.

Camino con el grupo.
Y duermo despierto con
el ritmo de esta gelidez.

En aquel lugar,
la gente me ignorará en voz alta.

En aquel lugar,
mis hijos serán
(y conseguiré que sean).
Tiempo.
Dame tu tiempo.

Pendiente de tu risa y
tus elegancias.

Con elegancia y futuro,
me apretaste en aquel
bote de dedicación furtiva.

Pero mi identidad ya ha caducado.
Llámalo cambio.

El viejo me hablo del sí del fluyente
(de acuerdo, venía de unos cuantos
copos de desorientación y miedo)
y empecé a celebrar la diversidad.
Empezando por la de mi biografía.

Eso es.
Nómada como abuelo cazador.
Vaciado como hombre lucha.
Sin ganas de recuerdo
sin fuerzas de futuro.

Tampoco cariño de álbum.
Y llueven renuncias.

Por suerte,
me queda el milagro
de tu tacto.

Nuestra alegría intima.
Y así hasta volver a terminarnos.
Puede que también indestructible.
Aunque sea por un rato.

Eso como
orgullo de pastor pirenaico.

Soy nómada.
Era casa.
Paciencia,
porque
seremos alegría.

jueves, diciembre 11, 2008

El loco era Rocinante


Pelo de nieve
y la mirada de océano.

Te creería si dijeses
es construcción de trabajo en Varsovia.

Pero creció, se torció y ha sido feliz en Carabanchel.

El otro día descubrí que es Quijote.
Pero lo mejor será que se corra la noticia.
Que no se corra.
Todavía.

Quijote es bullanguero y habla en el curro
como habla en el barrio.

Su Rocinante, hijo de este tiempo, ya no piensa.
Tampoco bufa.
Aunque se le parece.
Y gasta mejor dibujo.

Gracias a Rocinante se ha pegado unas hostias
de competición contra los muros
y, secreto, ha hecho la puesta a punto en la
lencería de algunas de sus cautivas.

Rocinante, rocinante es rápido, más impaciente
que aquel mesetario.
Rocinante siglo XXI se mearía ahora
en las amapolas del Toboso.

Rocinante es el loco de este tiempo, sí.
Pasa de atascos.
Y enloquece a las mujeres.
Rocinante today no es un caballo.
Tampoco imaginación de escritor.

Si acaso,
leopardo musculado para esta tribu.

Y su Quijote,
caballero extravagante del 21,
se ha matizado el alma.

Sustituye la comida por cigarrillos,
sigue riendo a destiempo
y mezcla la jerga de un catedrátio con la de un broncas.

También tiene para vacilar a Humberto Eco
o dosificarle las dudas a la computadora.

El Quijote de nuestro tiempo nunca escribirá un libro.

A cambio, consume una dieta
donde se confunden
filosofías del futuro
y regiones del desencanto.

Algo como tener siempre la broma a punto.

lunes, diciembre 08, 2008

Era pelirroja y la mirada de elegancia

Me encanta cómo te mueves.
Le das ritmo a la noche.

(sonrisa)
¿Dónde estabas tú?

mirándote

gracias, pero no hay para tanto.

¿te lo has pasado bien?
desde luego

Creo que sí es para tanto

todos nos queremos dejar llevar.
A veces nos dejamos llevar.

Pero para hacer movimiento como tú
hace talento especial tienes

No sé, algo como que cuerpo es tu ritmo.

Muchas sonrisas, de verdad.


Pareja de invitaciones
y una de dime algo.

Sounds de tus ojos mezclando

(y la planta de los fuera de sitio).

sábado, diciembre 06, 2008

Ojos de irlandesa y cuerpo de cazadora


No es que sea belleza. Que lo es.
Es su manera de moverse.

domingo, noviembre 30, 2008

Una victoria para la leyenda de decenas de jóvenes




(El Alta Gestión apabulló al Bruesa en el mejor partido de la temporada, con una exhibición ofensiva liderada por Saúl y Oleson, y batió su récord global de valoración)




Una pareja de recién treintañeros, recién mudados a Fuenlabrada, se preguntan de dónde viene el estruendo que surge un par de calles más allá. Muy cerca del centro comercial donde van a cambiar unos guantes, sucede el estallido de júbilo.

Justo entonces, se cruza con ellos un despistado que les pregunta cómo puede ir hasta la discoteca Fabrik. Y, por un momento, la comparación parece pertinente. No es descabellado imaginarse un concierto improvisado de música electrónica.

En ese momento, la práctica totalidad de la gente congregada en el Pabellón Fernando Martín, 5.080 espectadores, está en pie. Y tributan una emocionante ovación, salpicada de gritos y silbidos, a su gente. Para llegar hasta ese final de feliz han pasado unas cuantas cosas que darían para una película. Por de pronto, más de la mitad del equipo fuenlabreño ha tenido que superar una gastroenteritis, esa enfermedad vírica que deja para el arrastre a una persona cualquiera. Pero estos chicos están hechos de otra pasta.

Por eso no se alarman cuando el Bruesa de San Sebastián cobra la delantera en el marcador durante el primer cuarto (22-24). Hay intercambio de golpes y un treintañero debutante en la ACB, Isaac López, cose a canastas a su rival. Enfrente, Saúl Blanco, se pone el traje de jugón y empieza a elaborar su particular monumento a la perfección (al final de partido: 7 de 7 en tiros de 2, 1 de 1 en triples y 4 de 4 en tiros libres).

El partido se parece a una fiesta de cumpleaños. Hay caramelos para todos. Pero para conseguirlos, claro, hay que dar un paso adelante. De eso sabe un rato, Brad Oleson (27 puntos y 4 asistencias), cuya irrupción en el partido resultó capital para que el segundo cuarto se convirtiera en el pasaporte asegurado a la victoria local (33-13).

Metidos en esa dinámica, el baloncesto se convierte en una continua creación. Tskitishvili, ese alero georgiano embutido en cuerpo de pívot, se hincha a meter triples. Cuando el baloncesto se convierte en una transición rápida, pocos bases interpretan la sinfonía como Kris Walters (7 asistencias y 15 puntos). El Fuenla contraataca mucho porque, de repente, le pierde el miedo a su hinchazón del estómago. Adiós a los malos momentos por la enfermedad que ha limitado la intensidad en los entrenamientos durante la semana, hola a la energía disponible tras preservar el depósito con, suponemos, cantidades ingentes de arroz y aquuarius. Hola a la defensa eficaz.

El tercer cuarto matiza con suavidad la racha ganadora (27-23). Y el último maximiza esta belleza de encuentro de parte de los naranjas (26-15). Siguen surgiendo los motivos para la sonrisa. Peter Jhon Ramos machaca el aro con la dedicación de un adolescente, Mainoldi emboca los dos triples que prueba. Y Saúl se postula como MVP de la jornada al sumar 33 de valoración. Pero para que la fuente fascine en la plaza mayor, también se necesita un buen trabajo de intendencia. A esas funciones se aplican Matías Sandes y Antonio Bueno. Este último mantiene un hermoso duelo en la pintura con David Doblas, el jugador alma de los gipuzcoanos, que comprueba, impotente, como sus arrebatos de furia y acierto a duras penas sirven para mantener la balsa en pie, tras unos inicios prometedores de choque.

El análisis de partidos como éste puede hacerse prescindiendo de los matices en el reflejo de los parciales. El Fuenla consiguió el segundo mejor registro anotador de su historia (el mejor data de hace un lustro, 111-98 ante el Gran Canaria). Partidos como éste se explican desde una sensación de armonía y, por qué no, felicidad.

Algún día, decenas de los jóvenes que en la tarde del sábado celebran las canastas dirán que ellos estuvieron en el partido donde el Alta Gestión consiguió su récord de valoración (141 puntos en el global del encuentro, que sustituyen a los 128 que había de tope hasta ahora).

Algún día, presumirán de haber descubierto el mejor remedio para llenar de calidez una gélida tarde de sábado: un partido de baloncesto de un equipo dirigido por un tal Luis Guill. Entretanto, tendremos que reconocer que lo que sucedió este sábado se parece mucho a la filosofía de conciertos de DJ Tiesto, el mejor pincha del mundo: “Siento la energía del público e intento devolvérsela para crear una unidad”.

viernes, noviembre 28, 2008

Y encuentro de encontrarnos


El ritmo de la sangre
nos permite investigarnos
y tengo la impresión de escucharte de escucharnos.

Bailamos,
cómo te acercas,
y para nosotros empezarnos.

El latido de tu voz
y no paramos de vernos.
Contigo encuentro de encontrarnos.

martes, noviembre 25, 2008

Yo sólo bebo leche


Se lo dije cuando la ví desanimada.
Y no pudo contenerse

(tu risa es mi estribillo).

Pero no mentía.
Imagínate que nos movemos en algunos de tus sueños.
Y nos vemos en el parque.

El niño distrae la realidad
con su imaginación a prueba de lluvias.

Ese niño sólo bebe vasos de leche
y siete galletas traviesamente contadas.

Las madres lo adoran en el ascensor
y algunas niñas le piden nuevas actuaciones en su fiesta.
Otras, prefieren reírse de su empanamiento.

Hemos descubierto algunas cosas,
también perdimos unas cuantas escamas,
pero lo importante es que mi llave funciona con
un sabor parecido.

Sólo que ahora es el de tu isla
y por fin aprendimos a coger
el vaso de leche caliente por las asillas
mientras la película nos proporcionaba la

intimidad
que necesitamos.

lunes, noviembre 24, 2008

Granada


De repente,
descubro que yo también pertenezco a este sitio

donde la promesa es un sol tibio
y el humo envuelve a mi gente con nuevas risas.

Treintañeros soñadores intentan cambiar la dirección con
cientos de cigarrillos.
Y el mundo se empieza con los cantantes
del desgarro que forran sus guitarras con monedas.

Cansada de ser una célibe mística,
la chica me invita a las termas.

No sé.
Sin persecuciones no es lo mismo
Dame tiempo.

Luego para darnos un baño.

¿Quieres convertirte en un vividor a tiempo completo?
No te aceleres,
el puesto es sólo para dos días.

Y ofrecemos una elipsis a nuestros cuerpos

(el arte de desplegar los hombros)

y mientras como, saboreo, animal, la elegancia
y es verdad
el tío actor estaba en lo cierto:
comer es nuestra civilizada forma de empezar.

Sólo espero que tengamos tiempo.
Durmiendo con personalidad
tu voz entra por mi futura respiración.

Creéme yo también pertenezco a este sitio

(el arte de encoger los hombros).

viernes, noviembre 21, 2008

I can feel the sun inside you


The miracle of your smile
(and your body)
on movement
come with me every night in the forest

lunes, noviembre 17, 2008

Elogio del triple y la constancia defensiva


(El Alta Gestión somete con claridad al MMT Estudiantes en un partido donde Oleson y Saúl lideraron otra vez al equipo naranja, que embocó el 52 % de sus tiros de tres)
Un equipo joven, talentoso y en constante crecimiento, que aprende de sus errores y ha hecho de la naturalidad su sello. Grosso modo, ése podría ser el resumen del modelo del juego (y la dinámica del funcionamiento) que ha desarrollado el Alta Gestión en sus primeros siete partidos de la temporada, que ha saldado con un balance favorable de cuatro triunfos. El partido de este domingo en el Telefónica Arena, disputado ante 9.500 espectadores, fue la confirmación amplificada de esa tendencia.

Amplificada porque el Fuenla confirmó y acrecentó, una a una, ante el Estu cada una de las cualidades que han hecho de este equipo una de las escuadras revelación en este arranque de este competición. El partido empezó con sorpresa por el bando naranja, ya que Luis Guill prefirió alinear a José Paraíso en lugar de Brad Oleson, máximo anotador de la competición con 22 puntos por encuentro. La probatura sorpresa dio el resultado apetecido porque el alero torrejonero desarrolló un interesante trabajo defensivo y dejó todos los focos ofensivos sobre Saúl Blanco, que despegó anotando casi todo lo que probaba, en lo que se podría considerar un ejercicio de reivindicación deportiva de primera ante el que fue su primer mentor deportivo en la ACB: Luis Casimiro.

Enfrente, el equipo del técnico manchego a duras penas aguantaba el chaparrón inicial de los fuenlabreños. En ataque, se mostraba demasiado disperso, con las anotaciones demasiado deshilachadas en demasiados hombres y en defensa se vio desbordado por la efervescencia naranja. Los chicos del sur de la región encontraron además un argumento extra en la retaguardia: Peter Jhon Ramos, que hizo de la regularidad su guía en el apartado intimidatorio para terminar el choque con 8 rebotes y 2 tapones. Eso por no mencionar los 10 puntos que anotó en 23 minutos de acción. Al finalizar el partido, su entrenador, Luis Guill, se felicitaba de su “consistencia. Le habíamos planteado el reto de que conservara la concentración durante todo el choque. Que no se abandonara a la dispersión, a esa especie de montaña rusa en la que a veces entra en su rendimiento, y lo ha conseguido con creces. Si continúa en esta línea de rendimiento, se convertirá en uno de los mejores pivots de la competición”.

El caso es que el Fuenla hizo un partido de manual y apenas sí encontró alguna resistencia en determinadas actuaciones individuales concretas del rival, como las protagonizadas por Petar Popopvic, el mejor de largo de los estudiantiles con 18 puntos y 5 rebotes, Wideman, Jasen o los tiros de Urdrih.
El partido de naranja fue modélico porque lo hizo todo con la candencia que requería cada situación. Despegó con la vibración de los equipos que aman las transiciones rápidas, con Saúl (18 puntos, 2 rebotes y 2 asistencias) como brazo ejecutor. Después, continúo el trabajo afianzándose con una buena defensa en la pintura, protagonizada por P.J Ramos y Antonio Bueno.

Así las cosas, se encomendó a los casi infinitos recursos de Oleson para bordar también el ataque en estático y agujerear la defensa estudiantil. En esa situación de sobrevigilancia para el escolta alaskeño, brilló Leo Mainoldi, pleno de inspiración y autor de su mejor partido de la temporada, para concluir su hoja de servicios con 5 triples (16 puntos y 3 rebotes en escasos 20 minutos).

Como traca final, Brad Oleson volvió a deparar asombro con entradas imposibles y triples ejecutados desde la estratosfera. Pero, claro, el Estu tiene un orgullo y sus jugadores defendieron al límite del reglamento para remontar ocho de los veinte puntos, que en el minuto 33 habían cobrado los fuenlabreños. Aunque fue un espejismo, porque cuando las cosas se ponían inciertas surgió Saúl para anotar dos triples claves y empedrar de facilidad y elegancia el camino a la cuarta victoria de un equipo que no deja de mejorarse en cada choque.

jueves, noviembre 13, 2008

Ubuntu


(Finales de la NBA. Verano de 2008. Acaba de terminar el tiempo muerto. Kevin Garnett reúne en torno a sí a sus compañeros y sólo emplea tres palabras para guiarles al triunfo. Recordad, somos Ubuntu).

Me alegro de que todo vaya rodado
y cuando las escuché, me entusiasmé muchísimo.
El dinero mejor invertido es el viajado.

Ubuntu es humanidad hacia los otros.

El sábado, el domingo y me quedé por placer.
Ah, el trabajo finalizado.

La ciudad huele mal y agobia a ratos.
Pero me encanta.
Aquí todo el mundo es raro.

Ubuntu es soy porque somos nosotros.

Lo que más es el callejeo por los barrios.
Libres, porque las canciones en las manos.

Sin ser muy europea,
es una ciudad amable,
divide su velocidad
entre la bahía y las torres.
Así para dejarse pasear por el embarcadero.

Hay un cambio.
Pero mantengo mi humor y mi cinismo.
Porque creo que, mucho humor.
A más de 100 metros de altura hasta te puedes abstraer.
Y puedes imaginar tus propias historias en un rato.

Una persona se hace humana a través de las personas (Ubuntu)

Me gusta viajar y si es en buena compañía, mejor.
Han pasado seis años.
Estuve básicamente tomando cañas y cuidando a los niños.
En ese orden, creo.
Me gusta viajar y si es en buena compañía, mejor.

Ah, ella.
Desde sus dos torreones para abstraer.
Creo que lo hemos disfrutado.
Ella es mi buena compañía.

La creencia es un enlace universal que nos conecta.
A todos, tanto gastronómica como alcohólicamente.
Ubuntu es nuestra extravagante manera de
crear en los acercamientos.

martes, noviembre 11, 2008

Tonight is the poem


Esta noche, algunos dejaremos de ser cómplices abstractos. Esta noche nos afirmaremos. Y quizá sea el zumo de la cebada. Pero quizá también la magia de unos acercamientos.

(20.30, hora peninsular española)

lunes, noviembre 10, 2008

Príncipe de los modestos


(El Alta Gestión ganó al Vive Menorca tras enjugar una desventaja que llegó a ser de dieciocho puntos en el segundo cuarto. Oleson y Blanco, principales faros ofensivos naranjas)

Hay tendencias estadísticas que ofrecen viento a favor en según que rivalidades deportivas. Algo así se puede decir de los enfrentamientos que dirime el Alta Gestión frente al Vive Menorca. Los madrileños han ganado, como local, todos los partidos que ambos han disputado en la ACB. Los menorquines también fueron los oponentes de los madrileños cuando éstos ganaron la Copa Príncipe, en aquella temporada de redención en la LEB. El caso es que el partido del domingo confirmó esa tendencia.

El Fuenla se llevó la victoria, sí, pero para conseguirlo necesitó sumar todo su orgullo, aptitudes defensivas y, por qué no decirlo, talento. Fue un ejercicio de redención que tuvo un desarrollo lineal, de manual. El asunto empezó con muchos tiros y numerosos saqueos de parte de los asaltantes baleares. Dirigiendo las operaciones, Poo Jeter, que se dedicó a embocar casi todo lo que tiraba mientras armonizaba el juego de sus compañeros. El base afroamericano encontró como principales cómplices a Badzaric, una máquina de repetición a la hora de encestar desde lejos, y a Bud Eley, el armario musculado que se mueve más grácilmente en la pintura de toda la dimensión ACB.

Enfrente, el Fuenla apenas se creía semejante avalancha de juego. El paradigma de esa situación lo representó, otra vez, Peter Jhon Ramos, capaz de mostrar apatía en defensa y reinventarse en la siguiente acción anotando con un bello (y eficaz) movimiento de ballet en el poste bajo ante una muralla llamada Elley.

El equipo se mantuvo medio erguido gracias a su electricidad ofensiva. Se notaba en el ambiente que Walters ha cogido, definitivamente, el timón de mando de los fuenlabreños. Gracias a su supersónico tempo de juego el intercambio de canastas llegó a ser frenético, lástima que el Vive Menorca hubiese golpeado primero (y bastantes más veces). Gracias a esa habilidad inicial, los isleños cobraron una ventaja de 18 puntos que, a mediados del segundo cuarto, llegó a parecer incluso definitiva.

Fue en ese momento cuando entró en escena un guerrero llamado Antonio Bueno. El pívot vallecano es, a día de hoy, el termómetro emocional del equipo. Su carácter y garra resultaron contagiosos y a partir de ahí, con Walters y Mainoldi también entonados en esa faceta, los locales empezaron a voltear el marcador.

Todas esas maniobras resultaron un compendio de lo que debe ser un equipo en fase de rendición: máxima intensidad en defensa, un extra de agresividad ante cada duda y mucha velocidad y determinación en ataque. Salvando las enormes distancias, algo parecido a lo que este verano hizo el equipo estadounidense para colgarse el oro olímpico. Metidos en esa dinámica, brilló con talento propio Brad Oleson, autor de un puñado de jugadas fantásticas, tiros ejecutados desde tres metros y medio por encima del suelo y entradas a canastas que ora eran bombas tipo Navarro ora se convertían en canastas fáciles gracias a su habilidad para conjugar potencia y habilidad. Todo eso para sumar 22 puntos y 3 asistencias. A su lado, igual de eficiente pero más tímido, Blanco producía en capítulos más diversos para terminar con 22 puntos y 2 asistencias.

Con esa munición y un público entregado, el equipo sólo tuvo que dejarse fluir para delirio de una afición que se entregó de nuevo en asistencia (5.200 espectadores) y entrega. El caso es que ya son los primeros de los humildes, novenos, con las mismas victorias que algún rico semiarruinadao como el Madrid. En los próximos encuentros averiguaremos si este equipo puede pasar de aspirante a príncipe, y de príncipe a rey en una misma temporada. La aventura continúa.

sábado, noviembre 08, 2008

¿Nos vemos en el barrio de la mezcla?


(Con infinito agradecimiento a Luisito, señor Gómez, que se gana las habichelas como diseñador gráfico y se empeñó, contra mi pudor, en ponerme como eje del cartel. Si os pasais por La Inquilina, prometo alegría y darlo todo, no más, guey, pero no menos tampoco. Por cierto, la hora del recital es las 20.30 y si pinchais en el cartel podreis ver el resto de detalles con más claridad. Un abrazo y pásenla grande)

jueves, noviembre 06, 2008

El sabor de las primeras veces


La ciudad empieza a vestirse, como si el verano hubiese sido una noche de piscina y borrachera. Demasiado fugaz, dijo ella. El caso es que los viejos amigos nos hemos reunido para celebrar nuestra amistad y todas las buenas cosas que nos han sucedido. Y las que todavía nos quedan por estrenar. Hemos escogido un bar con nombre de broma portuguesa, el de las miles de anécdotas, porque algo dentro de él nos recuerda nuestro viaje hasta ahora.

Un sitio que durante un decenio nos acogió sin preguntar, mientras nos inflábamos a vinos gallegos y risas, mientras coreábamos consignas de colegio, del fútbol pero también disparatadas ocurrencias propias.
(17-0, 17-0, 17-0, kivi follador, kivi follador, ero, ero, más cojones que el caballo…Y así, ¿quién no ha franqueado alguna vez un seto a la luz de sus propios disparates?)
El lugar donde sedujimos (o por lo menos le intentamos).
Todavía recuerdo cuando ella me lo repitió, ¿jugamos?. Y creéme la mayoría de las estaciones pueden ser una rutina, a veces hasta gratificante, ejercicios de equilibrios.
Lo que me importa es que estoy viendo a mi gente bromear como si lo fuesen a prohibir. Relajados y divertidos como nunca lo estuvimos. De vuelta del qué dirán. Con un inesperado equipaje de dos camisas bien planchadas, un poco de perfume y un puñado interesante de buenos recuerdos.
También con el señor Manolo, alias Bekembauer, dando gracias al cielo por estos muchachos del carajo que le están salvando el negocio mientras aparenta hacer cuentas que sólo existen en su recuerdo. Y fotografiamos la alegría, también la inventiva (y puede que una copa rota) como si lo fuesen a pagar.
Le dimos la vuelta al desfiladero, cada uno supo mirar hacia delante cuando tocó hacerlo y ahora nos alegra hacer partícipes de nuestra fiesta al camarero, un recién llegado, que nos trata con simpatía. El caso es que miro enfrente y veo a un viejo cazador de finesas, tranquilo, complacido como el corredor de triatlones nocturnos que nunca dejará de ser. Al verle, recuerdo a Rafa Nadal y eso de “no me pidas que me ría, porque no es mi estilo, pero créeme estoy disfrutando de cada buena sensación que flota en el ambiente”. Nuestra pista de tenis tiene a un futuro marido portugués que ha ganado elegancia con los años y ha conservado su proverbial buen humor para encajar con deportividad los cánticos que celebran su habilidad para hacer puertas frías. Veo al chico de las consultoras, pensando rápido y hablándolas (las bromas) aún más, le veo contento, con su mujer inspectora y su incansable facilidad para sorprenderse de cualquier ingenio muchachesco. Me descojono con el primer padre de todos nosotros, sacando brillo a su carisma, escenificando su legendario ritmo para invitar a un baile a la noche (y no al revés).
Aquí a la lado, Palop abre brecha por el costado derecho mientras se fuma un puro, se emborracha y ríe como un adolescente tras haberse hecho hombre a fuerza de, coraje, volantazos sentimentales. También veo al viejo Roy, el primero que maduró de todos nosotros, que en estos últimos meses ha demostrado su buen juicio tirando al río su viejo hermetismo y demostrando por qué es conocido como el Auténtico, un tío que sabe sacarle el sí a casi cada momento del viaje. También celebro al tío más agradecido de esta región, el chico con el don de la risa, ese hombre con alma de angelito de Rafael que levanta la copa de sangría como quien se deja nacer. Todos juntos estamos dejándonos flirtear por esas chicas del paraíso de Miami, con tías de competi que diría Consultor, a salvo por lo menos durante unos meses de los huracanes de la vida.
Veo a un poeta sencillamente feliz, celebrando el talento de sus amigos. Imitando a sus hermanos del núcleo fundacional mientras festeja su destreza para ofrecernos un relato.

La noche fluye, loco. Y nos paran los taxistas. Y ahora entrar en la vieja prohibitiva discoteca es muy parecido a calzarse los calcetines. Y Carismático nos enseña un álbum del futuro, con un peque que nos sonríe entre divertido y asombrado. Casi se desploman un par de rubias de al lado. Los músculos se estrenan y el perfume de magnéticas y aceleradas extranjeras se nos mezclan con los brebajes mágicos. Cada uno de nosotros encuentra su ritmo en una pista para la que aparentemente nunca nacimos. Mitos. Tú vales cuanta complicidad seas capaz de sintonizar. Y creedme, puede que tengamos algunas carencias, pero la simpatía está de nuestro lado. La simpatía de los chicos asombrados que han aprendido a hacer las cosas con pasión.

Por eso no me extraño cuando veo a Palop moviendo las manos enguantadas, seduciendo a una chica del sur. A su lado, cara de angelito, manotea en la nube de ron, How can I explain…Y su templado molinillo de manos pone en juego a su otro yo, Chico Risa, para poner en dudas a la pequeña tentadora del ártico. Entretanto, el inminentemente Marido Lisboeta vuela para hablar desde la distancia con su prometida. Y Consultor ya está sacándole cuentas a la inspectora de su felicidad. Y ExCazador de Finesas se vuelve a casa preparando cómo ejecutar sus aventuras cinegéticas con su cómplice gallega. Y Carismático se recuerda como descubridor de cuerpos y le birla copas (también las imposibles) a la camarera. Y Auténtico respira como un búfalo, al son de la melodía Copón, copín y copete mientras estremece a una canadiense de cuyo nombre nunca se acordará. Y veo a Palop, otra vez levantando trofeos, encendiendo el fuego de una salvaje esbelta. Y suena la música y surfeo con las manos. Y la encuentro.
Invoco las olas y ella es rubia y puede que también californiana. ¿Hablas español? Un poquito.
Tiene ojos de tentadora. Y los cuerpos reaccionan de una manera instintiva. Pierdo la noción del espacio. Y no habla ni quiere y simplemente ha dejado de importarme. Un baile como si fuésemos a…Y tenía razón la antigua norteamericana, sólo cuerpo, boy.

El resto de la noche discurre a la velocidad de un blues. Aparentemente, bailamos hip-hop o techno o nos dejamos hipnotizar por las bellezas de plástico. Pero en realidad estamos fluyendo.

Hola, ¿qué tal chicas, cómo lo estáis pasando?
-Muy bien (y sonrisas)

Y Chico Risa baila y se acerca al área pequeña, Rubia Ibérica no deja de invitarle…

-Tu amigo está un poco demasiado borracho, ¿no?
-Menos de lo que te imaginas

Y todo podría haber quedado de leyenda si ibérica no hubiese tenido ya su caballero de gestas.

Justo en ese momento, el viento barre las inseguridades. Y veo a Auténtico navegar con una chica a la que le enseñará, en sentido conversado, el canal de Ámsterdam, sólo en sentido soñado, muchacho.

El viento barre las dudas. Y recorro la discoteca con un sólo sonrío. Te sonrío.

-Tienes swing.

-Y tú imaginación.

Y reímos. También nos interrumpimos. Y te tocas la oreja como quien calma la arena.

Y encojo los hombros. Escoges los hombros. Hablamos del placer. Y de las tardes, de libros. Y de lo que no son libros. Y me gusta cuando ríes porque estás como probando. Hay historias que se tejen cuando menos lo esperas. Y las invitaciones, nena. El viento trae confianza y sólo con pensar en ti alegro estas tardes.
Piel de princesa, tu ropa es una caricia a inventar.

Nadie sabe el sabor de las primeras cosas hasta que las nueva otra vez.

-Lo siento, me gustaría pasar lo que queda de noche con los amigos…

-Claro, disfruta, es vuestra noche. Habrá más viajes.

Y la noche despega como en los viejos tiempos. Con dos hijas de Lesbos pidiéndoles explicaciones a Auténtico por su mirada de bucanero y con Auténtico desplegando sus alas, recién liberadas de la escarcha, dibujando la vibración de la ataraxia. Y con Chico Risa celebrando pechos y con poeta mareado de tanta alegría.

Llegando a casa, Chico Risa le hace un corte de mangas al tópico (puede que también al taxista) y se convierte en nuestro socio capitalista. Y Poeta vuelve a casa cabeceando de risa (todo se pega, menos la decadencia), repartido entre el orgullo por los compañeros de viaje (también los de en viaje) y este nuevo despegue conjugándose.

lunes, noviembre 03, 2008

Llamando a las puertas del cielo




( El Alta Gestión pone contra las cuerdas al Regal Barcelona, pero finalmente un bloqueo ofensivo local a principios de último cuarto facilita el definitivo triunfo blaugrana)

Hay derrotas que suponen el cimiento hacia un nuevo camino: más sólido, más fructífero, más emocionante. Algo así supuso la derrota de este domingo del Alta Gestión ante el Regal Barcelona, en un partido trepidante, caracterizado por la abundancia de acciones espectaculares, que dejó unas cuentas buenas noticias para el bando fuenlabreño.

La primera de ellas, el extraordinario debut de Nikol Tsikitisvilhi, el deseado ala pívot georgiano quien por fin se enfundó la zamarra naranja y lo celebró embocando triples de todas las facturas (6 de 7 en venticinco minutos de acción). Semejante arreón anotador también tuvo un efecto contagio entre sus compañeros, con Leo Mainoldi a la cabeza. El argentino protagonizó su mejor encuentro de la temporada hasta ahora (8 puntos, 5 rebotes y 1 asistencias) en sólo 14 minutos de acción. Juntos, los ala-pivots naranjas (gracias a sus 2,12 el georgiano también puede jugar de center) comandaron un tercer acto soberbio (29-22), que puso a los locales con opciones de ganar el encuentro.

Pero, lástima, enfrente estaba el equipo con mejor plantilla de la ACB y quizá el club europeo en mejor estado de forma, como pudo comprobar en carne viva el Panathinaikos esta misma semana. Los chicos de Xavi Pascual se volvieron a encomendar al talento y el carisma de Juan Carlos Navarro, que ha vuelto para ofrecer su mejor versión (23 puntos, 2 asistencias). A su lado, funcionó como un general David Andersen, quien recordó al pívot que asombraba en Moscú y se puso a bailar ballet en la zona para anotar casi todo lo que probaba (9 de 11 en tiros de 2).

Junto a ellos, Basile justificó sus 31 minutos de presencia con una hoja de servicios irreprochable: 14 puntos, 3 rebotes, 1 asistencias y 1 recuperación). Demasiada munición para mantenerse vivo. Por mucho que de tu parte cuentes con Brad Oleson, el mejor pistolero de la segunda mejor liga del planeta, que sumó 22 puntos y 2 robos en otro partido sensacional, sobre todo habida cuenta de la sobrevigilancia defensiva a la que se vio sometido.
Así las cosas, el mejor resumen del partido lo puso el técnico visitante, Xavi Pascual, quien valoró al Fuenla como “un equipo muy sólido en las dos orillas, que preveo va a dar muchas alegrías a su afición a lo largo de esta temporada”. Su felicidad era contenida, pero tenía una explicación clara: “ha sido el primer partido que hemos ganado esta temporada jugando mal”.

¿El mérito? Pertenece a la defensa fuenlabreña, que quizá sea todavía demasiado irregular, pero que a veces regala momentos emocionantes. Como el balón que Saúl (8 puntos, 3 asistencias y 3 rebotes) robó en el centro de la pista a Navarro y que terminó con un mate de concurso. Es el resultado de una defensa delimitada por su carácter solidario, abundantes dos para uno y pretensión por defender en cada centímetro del parquet. Una idea ambiciosa, que demanda tiempo, paciencia y muchas horas de vuelo.

Entretanto, la clave de este partido residió en los primeros compases del último cuarto, cuando los locales encajaron un parcial de 0-12, producto de un momentáneo bloqueo anotador que se hizo largo como una película experimental coreana. Al margen de ese lapsus, el equipo demostró orgullo y carácter para sobreponerse, pero enfrente había un equipo que suda talento y se postula como favorito número uno para ganar el torneo.

lunes, octubre 27, 2008

canal femenino


quiero
que quiera
salir reconfortado

(California, 1955 de Elliot Erwit)

miércoles, octubre 22, 2008

Apetito diario


Vivimos tiempos decadentes,
un momento en que sólo
conocemos el precio de las cosas,
pero no su valor.

La vida es un regalo lo
bastante hermoso e impredecible
como para perder expresarme.

¿Cómo entender entonces
de qué se trata?
A través de la intuición.

¿Qué es la intención?
Lo que uno hace cuando uno
no sabe qué hacer.
Llego a la ciudad, hablo muy poco
o nada de tu idioma
y no sé
alguien pensará que soy estúpido.

Pero puedo averiguar como salir adelante

(aprendizaje, memoria y razonamiento)

puedo averiguar como salir adelante.

(La chica colombiana sonrió con sus manos.
Y me dejó arena con la de Ann, Richard y Barba)

lunes, octubre 20, 2008

Veterano en fuego (tempus fugit que es la leche)


Algunos no tienen masaje de
disfrutar ciertas compensaciones
y privilegios por el mucho equipaje
que han de abandonar, les han birlado
o quizá nunca hayan poseído.

Pero si uno se vuelve entereza,
optimismo injustificado
y cierto desdén siente
el deslizamiento sin angustia.

El viejo que reprime el impulso de
compartir traiciona su propia biografía.

Me reúno, entusiasmo,
con lo más animado de un banco
del Retiro, el barrio, la cafetería,
el bar, la taberna e incluso edad de terceros.

Apenas lugares donde se desestima
la tertulia, transmisión de ideas,
vivencias, fastos o fatigas.

Y cada cual vuelve a casa,
quizá enriquecido con el préstamo
de una cinta de vídeo.

Hay un cortocircuito entre los presentes.

Hippies de solidaridad atrapaban secretas sensaciones,
oposiciones de la vida y la necesidad de ganarse
(a sí mismos tal vez).

Los errores dan sentido a cosas inexplicables
(la experiencia no sirve para casi nada).

Profunda revolución de mujeres con su cabello,
me gusta tu cabello,
ya sabes, soy un caballero,
tu cabello
a medio atrevimiento entre el peinado afro
y la salida de la ducha.

Futuro es algo que bailotea
en el parabrisas de nuestra
máquina de movernos.

Vivimos en la ocurrencia de dar marcha atrás.
Épocas de mujeres altas y rubias,
o, qué menos,
de morenitas de la copla,
de ojos agarenos y piel canela.

En fin,
tempos fugit que es la leche.

(Con emoción, agradecimiento,
también admiración, sobre todo ad-miración
al maestro Eugenio Suárez, que me prestó,
me prestó, sus palabras, sus palabras).

domingo, octubre 19, 2008

Los reyes de la fiesta


(El Alta Gestión conquista el Pabellón Príncipe con un partido determinado por la regularidad defensiva de los naranja y su variedad de liderazgos ofensivos)

Después de la amargura por la derrota del otro día ante el Gran Canaria (recuerden, los chicos de Guil dilapidaron una ventaja de quince puntos para acabar dejándose mojar la oreja en casa), los chicos del Fuenla se miraron al espejo, buscaron lo mejor de su guardarropa y se convirtieron, por este domingo, en los chicos más populares de la fiesta. Y eso que el reto no era precisamente propicio. Enfrente, competía el CAI, un equipo talentoso y competitivo, modelado a golpe de chequera que cuenta con un respaldo único de aficionados (10.500 espectadores acudieron este domingo al Pabellón Príncipe Felipe). El choque arrancó con un intercambio de cestas, justo como no quería el técnico naranja, Luis Guil, concienciado de las goteras defensivas de su gente.

Claro que habrá quien considere ésta una apreciación generosa, puesto que ambos contendientes se dedicaron a rivalizar en niveles de desacierto en el primer cuarto, con un 18 % de acierto en los tiros de dos para los locales y un 17 % de efectividad en tiros de tres por parte de los visitantes. El caso es que el primer acto concluyó con una ligera ventaja para los maños (17-15) y la sensación de que Peter Jhon Ramos sigue creciendo, lento pero seguro, en sus prestaciones dentro de la zona.

El segundo cuarto (17-25) condensó lo más interesante del ideario del Fuenla para este curso: contraataques a mansalva, baloncesto alegre y (por primera vez de manera continuada) una buena dosis de lecciones de intensidad defensiva. En esa faceta, Matías Sandes fue el rey. Sus estadísticas invitan a pensar en su irrelevancia en el juego: 0 puntos, 4 rebotes y 0 asistencias. Y sin embargo la temperatura defensiva de los naranja subió cinco o seis grados cada vez que el alero mendozino estaba en cancha. Es lo que conoce como los intangibles. Cualidades que marcan la diferencia entre un equipo mediocre y otro especial. A través de la electricidad defensiva, Saúl demostró por qué es el más firme candidato de la liga a ser chico maravilla (ése que lo hace casi todo bien) y firmó una estadística que habla por sí sola (8 puntos, 5 rebotes, 5 asistencias y 1 tapón).

No le faltaron cómplices, como Antonio Bueno, que firmó su partido más completo hasta ahora (10 puntos, 4 rebotes, 2 recuperaciones, 1 tapón y 1 asistencia). El pívot vallecano chapotea con fluidez en su madurez deportiva. Lo mismo machaca con determinación el aro que pone un tapón de álbum para propiciar un contraataque, que culmina Valters con una acción que valió tres puntos (ambos acciones quedaron registradas en el vídeo que ofrece sobre el partido acb.com). El base letón, en armonía con Ferrán, bordó la dirección del Fuenla.

Con tanta gente entonada en su mejor versión, el CAI a duras penas sacaba la cabeza. Se agarraba a los arrebatos de clase de algunos de sus puntales. Primero Guerra, después Lescano, a veces Garcés, siempre Lewis. Sea como fuere, la estrella local, Paolo Quinteros, no tenía el día. Y, enfrente, había un jugón que volvió a demostrar que tiene el don del baloncesto. Sí, otra vez Brad Oleson maravilló al personal. Esta vez, fueron los triples embocados desde la estratosfera (menudos brincos pega el alaskeño) para contabilizar un total de cuatro de cinco en tiros de tres.

Así las cosas, el Fuenla se dedicó a administrar la ventaja adquirida en el primer acto durante la segunda parte del choque. Fue tan sencillo como jugar instintivamente. Y cuando el talento se mezcla con las ventajas de la espontaneidad, algunos de estos chicos se convierten en los reyes de la fiesta, con ese impulso irresistible que hace no tanto hacía únicos a algunos de los personajes de un tal Francis Scott Fitzgerald.

lunes, octubre 13, 2008

El aura (no es lo que parece)


Como cada semana,
sed positivos.

Hay una profesora,
un empleado de banco,
varios jubilados
gente que gasta méritos
(con noche).

A veces no es fácil.
Hay que superar esa barrera
para hablar de los temas.

¿La fuerza?
En las infinitas posibilidades de Internet.

En esto se parece
y supera al
país fragmentado en barrios.

Considerados, gente, los más sensibles.

Clásica postal sobre los emprendedores:
todas en su barrio convencen
(personalmente).

Motivar es mental.
Que tu vecino te diga cuenta mucho.

Y la camarera con microfalda escocesa.
La camarera con microfalda escocesa.

A veces.

He hablado tanto que me he quedado sin voz.
(A Isabel Piquel, por regalarnos su mirada de la ciudad)

sábado, octubre 11, 2008

Aumenta la conciencia, aumenta la alegría


Mis pensamientos surfean sobre (suaves) mis fibras
y de repente se me recompone el baile, locura, baile.

Todavía te tonteo
las caras pegadas como si estuviésemos fotografiando la alegría.
Y la fotografiábamos.
(Es tarde y ahí afuera espera la fiesta).

Pero este rato es sólo para ti.

Se supone que estoy sepultando mi poética.
Me llamarán ingenuo, simple o
cosas peores.

Qué más da.
Dame más.
Más das.

Tengo imaginación y ritmo
(me lo dijo con su cuerpo)
me lo contó con sus besos
y le plasmé mi entusiasmo
en el edredón de sus orejas.

Hijos de la noche.
Somos exiliados de nuestro dolor
y hace tráfico en tu vientre de mujer ilusionada.

Tus manos me reparten la gloria
(estar contigo)
y elevo la voz como un rockero que se prende en Budapest
(estar contigo)
y río como un futbolista que no sabe ser mejor sin la humildad
(surfear contigo).

Y movemos nuestras cabezas
y la discoteca nos ofrece lascivos centros.

Me dices que no te olvide
y no te preocupes, nena,
que no sé ni quiero.

¿Te puedo bailar? Pregunté con la ternura del recién llegado
y me caigo en la cuenta de que llevamos la semana acariciándonos.


Mi abuelo
necesitó unas canciones y una carta
para algún día poder algún día
regar las plantas.

Ahí afuera estar puedes desvastado
que si consigues un filtro
(conciencia de estar risa)
restauramos hasta los recuerdos.

¿Cómo lo hago ahora?

Me acuesto con una idea,
y te celebro,
concentrado,
en cada capricho
de tu piel.

Qué alegría cuando no necesito recordar nombres.
Todo cuando necesito es el tuyo.

miércoles, octubre 01, 2008

Follar, pensar…el rollo de siempre


Hoy la fiera está tranquila.
“La vida es roja si te vas
y me derrota igual que en los sueños”.

Este hombre asilvestrado
se ha levantado temprano.

Hay géneros más fáciles y
el rock no está entre ellos.

Me he salvado un poco escribiendo prosa.

¿Miedo? ¿Te da miedo?
Está claro que no te gusta y estás deseando bajarte ¿no?,
pero te montas.

Empiezo después de cenar y estoy
hasta las cuatro de la madrugada.
Me siento mejor.

Matamos a nuestras mujeres,
a nuestros vecinos,
a los de nuestro pueblo,
a los del barrio contrario.

Memorizar cosas no me gusta.
Nos intentan meter demasiadas cosas en la cabeza.

Y el tiempo es sitio.
Hasta los griegos lo sabían.
Hay que tener un conocimiento más intuitivo.

Las drogas, los conciertos caóticos, la alergia a los miedos.
Si no ocultas las cosas, eres un demonio.

“Eh, mírelo, ése es el que se la mete toda”.

[Cortesía de Robe Iniesta (Extremoduro) y del periodista
que le tiró de la lengua (Carlos Marcos)]

martes, septiembre 30, 2008

Estrella telúrica


Alta e imposible,
como una jugadora princesa
de la que las cámaras niponas no pueden
apartar la mirada

viernes, septiembre 26, 2008

Elegante y sucia


Con estas palabras, gastados y sugerentes, una tímida marinera del océano virtual califica la odisea de dos vaqueros que centran sus pensamientos y existencias en un ferrocarril. El tren sale a las 3.10 y marcha destino a Yuma.
Vamos a deshacer la memoria. Uno de ellos se podría llamar Jonatan. Es honesto y cabal. Tiene una esposa que se parece a una mujer que una vez, una sola (vez), encontré en la Fuente Labrada. Es rubia, serena y abnegada, con esa elegancia marchamo de las mujeres que han nacido para preservar este mundo. Jonatan es Cristian Bale un tipo que tiene un pacto con el lado sombrío y cuyos pómulos manejan un lenguaje propio.


Al otro lado de la charca, campa Dylan. Un forajido con un alto sentido del honor que no duda en ser piadoso con sus enemigos mientras pulveriza los sesos del primero de los suyos que comete una cagada. Dylan es Russel Crove, ese australino talentoso y violento que en su día lo dio todo por tirarse a la antigua adolescente de Alcobendas.


¿Por qué El tren de las tres y diez ha pasado a convertirse en la medalla de plata de mis preferencias en cine? Porque tiene ritmo, es divertida y original. Porque indaga sin correcciones en la ceniza del alma humana. Porque en ella malvive un bueno con el cuerpo y el alma tullida. Porque en ella surge un malo con el corazón doblado, escindido entre su instinto de supervivencia y un interesante muestrario de gestos honrosos hacia el género femenino y la gente con agallas.
Todos, en algún momento de nuestra existencia, nos hemos creído mejores de lo que éramos. Y todos también hemos terminado en alguna ocasión en ese desfiladero en el que nos pensábamos peores de lo que realmente éramos. Esa contradicción alimenta nuestro corazón de animales hambrientos de felicidad.


Por eso me gusta esta historia. Porque encuentras en ella metafísica de aguardiente. También aventura, un cierto toque de comedia y algo de sofisticación en algunos de sus diálogos. Y la mística del salvaje oeste sembrando de incertidumbre la vida de su gente. Dan (Cristian Bale) ha perdido la dignidad en algún momento del camino. ¿Les suena? Ni siquiera los cojones que le echó cuando quedó lisiado en la maldita guerra, le han valido para vivir decentemente de su granja. Y lo que es peor, ha perdido el respeto de su hijo adolescente, William, obsesionado con historias de legendarios forajidos. Por no hablar de cómo su compañera de viaje empieza a dudar de su capacidad resolutiva para sacar adelante a la familia.
Enfrente, Dylan saquea diligencias, ríe como una hiena y habla como un senador, mientras encama a la camarera más apetecible del pueblo. Pero en esta partida, como en tantas otras, no conviene bajar la guardia. Así pues, Dan (o Jonatan, as you prefer) y Dylan están amarrados a la puerta de una duna. Cantan, beben, se odian y admiran secretamente mientras el miedo hace su trabajo y les deja, cara a cara, enfrentados a su destino.


Esta película me gusta porque esté hecho de vértigo, tiros, confusión, absurdo y muerte. Pero me fascina porque ofrece honor, peligro, entereza y determinación. Una combinación que, de lograrla, algún día nos podría meter en un buen sueño.

domingo, septiembre 21, 2008

El día que llovieron ranas de nieve


Hace un rato la tormenta dibujaba sugerentes en el cielo de la ciudad. Al lado, acuática se demoraba en las palabras y jugueteábamos como viejos.

Ya dentro de la sala de cine, he odiado a un tío como hacía tiempo no lo (hacía). Alguien con todo a su favor, pero con las garras de la vieja dama en la piel. Cuando averiguas esa extinción, absorbes su comportamiento. Y respiras con él a la espera de capturar ese lucio que tanto se resiste.


Serenamente respirado, conquistas el océano con la mirada. A veces un silencio también puede ser una señal de valentía. Aunque personal impersonalmente me quedo con la hojarasca de la broma. Bailamos como aparentando que nos abrazamos. Y el cielo se permite nuevos rugidos.
Es verano. Todavía. Y el corazón, en calma.


Me gusta el balanceo del suelo, cuando caen las primeras lágrimas. Niños, también de felicidad. Azules ojos sonríe enigmática y la humedad se reparte entre la ensoñación y la experiencia. El saurio metálico rojo me propone un paseo de quince minutos.
Suenan irreverentes americanos en mi cabeza. I heard myself tonight.


Y de repente. El cielo cambia las lágrimas por cubos de agua. Y no siento incomodidad. “Evoca aquella dehesa extremeña”. Y extiendo las alas. Río, puedo sentir mis tripas dejándose. Dejándose.

Todo lo que no sé se me cae encima con una melodía violenta que me conduce al portal de esa que princesa nunca conoceré (no se han encontrado princesas en la palabra sinónimo).


El mar se da la vuelta y por un momento imagino que podré nadar hasta las manos de la panadera. El diluvio sube su volumen. Diría que hasta se enfurece. Puede que sólo sea un pensamiento. Y los del coche se toman con humor y miedo el asfalto de nieve. Las ranas deben de estar a punto de caer. Respiraciones fuertes.
Como disfrutando de la confusión.


Entretanto, las castañas de nieve concentrada rebotan contra los cubos de basura. Y por un momento siento a la princesa que nunca conoceré esperando, de espaldas, al otro lado de la evanescencia.


Y las guitarras del Freyr (ese nórdico descatalogado dios) descargan una nueva tromba de agua sobre mi cabeza. Estoy solo. No me siento. Ni siquiera solo. De alguna manera estoy fundido con la tempestad callejera. Y encuentro el ritmo. Oh, sí, lo encuentro. Abro otra vez las velas. Y el imperio de la oscuridad me hace una leve reverencia (también ellos aflojan).
Y los tambores se me reparten por los músculos.


De repente, la veo al fondo del banco, mirando la carrera. Deteniéndola con su sonrisa. Es la rebelde del relato de Bradbuy. ¿Por qué esa obstinación en no humedecerte?
Y el león de dentro bendice mi ropa manchada de alegría.

miércoles, septiembre 17, 2008

Viaje


Aquí estoy
rodeado de voz
y mujeres al principio.

Un túnel que finalmente me ha llevado a casa.

Abuelos con carisma
esbozan una memoria
cuyos tentáculos
imprimen vértigo y desesperación,
por suerte también
bromas y espumosas
(bebidas).

A veces,
parezco uno de sus nietos.
A veces.

Y aparece ella

aparece ella
para quitárselo todo.

lunes, septiembre 15, 2008

Dark sideral


Gafas de Lennon
y pose de buscador bragas.

Hombre de rock
cruza las manos
y caza filosóficamente

ah, el momento

viernes, septiembre 12, 2008

Cómplices cardiacos de las estrellas


(Sucedió el 22 de Agosto. María y Chiki entrelazaron para siempre su destino. La ceremonia fue sobria y emotiva. El ágape, digno de la era del jazz estadounidense. La cena, pantagruélica como dicen les gustan a los príncipes de las mil y una noches. La fiesta posterior, simplemente sensacional, por divertida y delirante. Supongo que no es casualidad teniendo en cuenta la magia de los contendientes. Éste fue mi particular homenaje para ellos, el panegírico que diría Don Avelino).

Antonio es emprendedor, inteligente, divertido, trabajador, honesto y valiente. También impulsivo y curioso. En cierto modo, su manera de ser y vivir evoca la de aquellos pioneros que un día lo arriesgaron todo para mejorar su civilización.

En la Antigua Roma, hubiese sido el tribuno de su ejército. Si la revolución francesa lo hubiera escogido, se hubiese revelado como uno de sus librepensadores más solventes, uno de esos que inspira a todo el vecindario. En los tiempos del salvaje oeste norteamericano, es fácil imaginarlo como uno de esos tipos resistentes al hambre, la desesperación y el peligro, que cincelaron el manual del sueño de las 50 estrellas: una familia, una casa rodeada de una enorme extensión de tierra y un código inquebrantable de valores para hacer que todo eso funcionara.

En nuestros días es un tipo de fiar, el amigo que siempre está a tu lado en los momentos delicados. El tío inquieto que te graba una cinta de rock para que te adentres en la poesía cotidiana y aprendas a reír, a dejarte llevar cuando eres adolescente. También el colega que te cautiva con su determinación para explorar las noches y conciliarlo con notables notas durante de la carrera. Todo eso mientras se obstinaba en currar los fines de semana y entrenar su cerebro, sus músculos y su sentido de la responsabilidad para cuando le tocara fundar una familia. Aunque lo que siempre te ha hecho único, Chiki, es ese corazón que no te cabe dentro. Un corazón que te impulsa a buscar un mundo más libre, más justo y más solidario.

Ese día ya está aquí. Pero no se asusten. Esto no es un comienzo. Esto no es como siglos atrás o como cuando nuestros abuelos pasaban por la vicaría. Esto es una meta volante. Porque María y Antonio ya llevan tiempo juntos disfrutando del camino. Esto sólo es un pasito más adelante. Y sí, ya sé lo que están pensando. Pero no, Chiqui no me ha prometido una jarra extra de sangría a cambio de estas palabras para cuando luego estemos cenando. Y sí, tienen razón, ha sido una descortesía hablar primero de él y no de la guapísima novia. Pero la historia había que contarla así porque conozco al señor Antonio de cuando teníamos diez años y nos jugábamos el postre en el recreo del comedor, en el colegio.

Por eso, porque le conozco un poquito, estoy tan contento de que sea María quien le vaya a acompañar en este viaje. María es atenta, imaginativa, lista, tenaz, divertida; sorprendente. Conserva intacta la capacidad de asombro que hace especiales a algunos adultos. Por eso conecta con tanta facilidad con los peques. Porque siempre está dispuesta a reír y descubrir. Encima, es una trabajadora inagotable, una de esas pocas personas que no ceden hasta hacer realidad sus sueños. María, tú completas a Antonio.

Hay algo elegante y enigmático en María que remite a una princesa japonesa. Algunos lo llaman fascinación. Porque ella perfectamente podría ser la heroína de una de esas pelis argentinas donde una princesa se disfraza de normalidad y hace más agradable la vida a la gente del barrio, mientras guía con serenidad a sus alumnos y enamora a su chico. Hablando de cine, la prueba del algodón de que hoy estamos en el momento y lugar apropiado es proyectar una película muda. Cierren los ojos. Piensen en los momentos en los que han coincido con Chiki y María. Les resultará sencillo sonreír, porque hay vibraciones que no necesitan palabras.
Enhorabuena, chicos, que disfrutéis del viaje.

sábado, septiembre 06, 2008

Tu manera abatible de mover el cuerpo


Imagina que, por una noche, tienes la energía y el hambre de los quince. Añádele unas dosis de sabiduría y confianza. No sé las cantidades. A veces conviene darle un corte de mangas a la tormenta.

Es viernes y el vagón está atestado. Una gorda te pega un empujón y algo te dice que será como una travesía por aquella charca senegalesa (diferente, peligrosa, emocionante).
En honor a aquellos 90, descorchas un par de sonrisas de Barceló en un sitio llamado San Mateo, aquella gruta donde las chicas impresionables te llenaban los labios de irreverencia y sal. Da igual cuantas tempestades puedan azotar tu cancha, porque algunos amigos arrimamos el hombro cuando el océano se revoluciona.
Tu camarada ofrece filosofía y honestidad al destino. Así que le escuchas y agradeces que el Sanma ahora sea lo más parecido a un club de jazz en la espalda de la Catedral acuática de Mallorca. Compartiendo impresiones, ladrillos y vuelos.
At the same time.

Un momento es muy poco tiempo. Cuando nos dimos cuenta, dos rones con limón caían por el sumidero de la primera playa. Sonaban los Smashing, The Editors o algún grupo perfecto que no serás capaz de recordar. Los dedos entonan su propia sinfonía. Y ya no sabías si las pibas te miraban o simplemente las adorabas. Dos cosas que no quiero que me robe la marea: asombro para seguir descubriéndote y fe para ver lo mejor de cada compañero de viaje.
Cabeceamos como si las olas no estuviesen derritiendo la escarcha de chicos felices. Sí, nena, eso debe ser lo más parecido.
Ahí arriba, en el cielo de los bohemios, las ángeles tienen bkinis sesenteros. ¿Algún sitio en este barrio? Traficante de ideas, te has fijado en lo rubia que puedo llegar a ser. Bailemos. Cinco nombres. Una mujer sabe cómo demorar el licor y no soy quien para interpretar el camino.
Ahí abajo, en el infierno del tupper con el que nuestras abuelas mantenían alerta el sueño. Flúyeme, parece decir la incierta parisina. Me desconciertan los chistes de su amiga venezolana. No sé donde cojones aterrizo. Pero lo interesante es que esto solo acaba de despegar y mi viejo camarada y yo llenamos brillantes páginas de la literatura del sumidero que nunca tendrán ventana. Así son las mejoras. Mañana tenemos que fregar la plaza mayor con las manos. ¿Me das un beso de despedida?
Lo siento, pero aquí no pegan tus vocales de rock. El otoño está al lado, pero por esta noche Davide y buscador le damos largas. Llegado el momento, designamos a la princesa de las fresas como musa del rap. Como si ella nos hubiese escuchado, le pregunto por el tamaño del palacio y a cambio me señala eternidad. Qué importa sean dos instantes. Sugerencias sobre el mestizaje. Tienes una manera abatible de mover el cuerpo. Y se lo digo con las manos.
Llueve como si el verano se arrepintiese de tu palabra de honor. Gente como Enric González o Carlos Boyero son entronizados por su disparatado sentido del resistencia. Las chicas quieren antorcha. Nos la jugamos a pares o nones. Ya no sé si ella quería velocidad ahí dentro.
Hablamos de conejos subsahariano y nos enredamos entre lo falso y lo divertido, lo real y lo poético. Por un momento tengo la sensación de que la broma es un bonito enredo. Como si el ruido, sinfonía de desencantados británicos, fuese la receta del consuelo.
Preguntamos a un par de apariciones bellamente desquiciadas, pero nos orienta un sobreviviente del sueño español, que no ve el momento de zamparse aquello le ha sido prohibido durante la luz de arena.
Llueve. Pero seguiremos riéndonos por todo lo bueno que ha sucedido por el camino. Igual vale una cena de diez años por el instituto que una redención en forma de viaje neoyorkino, donde se aprende del lado cómplice de la capital del mundo.
Nos quitamos el sobrero de cowwoys. Y aterrizamos en un lugar llamado barco donde las rubias beben daikiri con la misma prisa que la actriz daba por encendida la tarde madrileña. Estamos en un escenario ambulante de indígenas colocadas.
¿Cómo te lamas? Laura, estamos pidiendo una canción para cambiar la temperatura. Y me dan ganas de decirte tengo ganas, pero a cambio muevo, simpático, la mano.
Y qué pocas veces una caribeña te da su invitación. Muy pocas vibras con la alegría de que todo es posible. Poquísimas no pareces un niño dormido.

Te admiro loco, nunca dejes de explorar, hay que montarse en esa serpiente y tener el estómago preparado para los próximos virajes.
Entretanto, escucharemos el mejor rock cincelado por las subversivas de peluche.

Vuélvete a nacer y mira por asombro. Un choque de manos en forma de viejo abrazo. Y la convicción de que, después, esas uvas pueden bailar en los muslos de wonderwoman.

Nena, suenas como no recuerdo.
Me gusta cuando miras, porque estás como robando estrellas.

Y lo mejor es que puedo también oh sí puedo reír por todas esas viejas anécdotas mientras cabalgamos la ola. La ola y sus próximos sabores. Toca explorar.

Con Rosario vibrando todo será menos abismo.

martes, septiembre 02, 2008

Manos, movimiento


Yo había nacido para dibujar los barcos que descansaban en el muelle. Los eternizaba mientras mi novia napolitana me quemaba los labios con sus besos de impaciente y despaciosa. En cierta manera, era la esperanza de la tribu: talentoso, despreocupado y mujeriego. Pero las preferencias del firmamento son ceniza si algo arde en tu interior. Está feo que lo refiera, pero por aquel tiempo mi alma se parecía a uno de esos salvajes bosques canadienses que fascinan a las universitarias neoyorkinas: una inmensa capa arbórea llena de promesas, frío y belleza.
La primera vez que la encontré, sentí hambre y no paré la sonrisa. Napolitana me mordía los labios en una tasca del pueblo donde la gente vive para memorizar chistes. Napolitana me deseó y ya nunca pude detenernos. Sus palabras eran sus dedos y cada uno de ellos contenía una nueva respiración; pórtico incontestable del acércate. Si sigo trabajando tanto, mañana seré vieja. Quizá, pero lo que yo quería decirte es que intensa eras tú, intensa esa manera sin copia de acariciar las olas. No dejes de acostarte tarde, acuática. Acuáticos son tus pechos, acuática tu vulva. Y de ya tus inmensos ojos. Napolitana prefería que no le dijese guapa. Tampoco le gustaba leer los ingredientes de los cereales. A cambio, se empeñaba en que hiciésemos música con los cuerpos. Sólo música , mi cielo, sólo música. Todavía timidezco cuando noto tu mano recogiéndome las migas. Y sí, el bosque se incendió con los dos dentro. Fue en agosto.
Todavía no había viajado en pérdida.

domingo, agosto 24, 2008

Amo este deporte


Algunos de los mejores momentos de mi vida han pasado dentro de una cancha de baloncesto. O muy cerca de ella. También a través de la caja fácil. Hoy he disfrutado otra vez como un niño. España ha ofrecido una lección de dignidad, talento, ambición y clase. No ha podido ser. Pero siento como si de alguna manera el lugar, el país en el que vivo hubiese concretado todos los progresos que ha experimentado en los dos últimos decenios en el capítulo social, cultural, emocional y económico en la final olímpica que esta mañana han jugado un grupo de talentosos gigantes frente a Estados Unidos.

Admiro a esta selección porque sus integrantes han sabido aprender de las cagadas que han cometido en partidos o momentos puntuales de sus carreras deportivas y se han hecho más fuertes y versátiles gracias a ellas. El partido de hoy ha deparado vibración en estado puro. A un lado, superatletas egocéntricos buscando su particular redención. Aunque varios de ellos lo parezcan, no son estúpidos. Saben que medio planeta se mofa de sus aires de grandeza. De sus limitaciones técnicas, de su distraída deportividad y, sobre todo, su escaso conocimiento del juego en grupo. Aún así, existe algo valioso en este grupo de jugadores: su determinación ganadora, su ambición, su inmenso talento individual y un afán de superación que simboliza el alma de una nación como la de las 50 estrellas cuyos habitantes, amarrado a sus ideales de pioneros, nunca se cansan de creer que las cosas van a salir bien por derecho divino y que basta con la fe y una voluntad desmedida de trabajo para hacerlo real. Los yankees también son eso. Cómo no admirar el prolongado vuelo de James para esquivar el brazo de Rudy y anotar el contraataque a una mano. Esos chicos son hidroaviones acorazados, de una potencia física y voracidad competitiva que otorga mayor mérito a la hazaña de la gente de Aíto.

El campeonato ha sido notable, pero no soberbio. Y ya sabemos que de los más grandes nunca se esperan medianías, por lo que a los españoles les han caído más palos de las que merecían. No obstante, existe una consideración general de que el partido ha sido épico. Digamos que los Juegos Olímpicos merecían una nota de 8 hasta esta mañana.
Pero algo cambio esta amanecida. Alguien, medio borracho y fascinado, encendió la batalla. Esta vez era imposible quedarse dormido. Hubo un principal responsable: Rodolfo Fernández, carne de NBA, pero con el alma cultivada en los refinamientos tácticos de los europeos. Rudy nos ha hecho sentir orgullosos de pertenecer al antiguo final del imperio. Su actuación ha sido un compendio de virtudes callejeras, fundamentos y también de instinto: descaro, manejo vertiginosos de la pelota, triples subiendo al marcador como copos de nieve eufóricos y una jugada que ocupara un lugar privilegiado en la iconografía de los adolescentes serbios, italianos o griegos que nos disputarán la supremacía del basket en los próximos lustros: un mate en el careto de un All Star. Rodolfo, ese chico prepara los partidos escuchando música, a su bola, en el autocar de la selección, ha cogido la pelota con una determinación primitiva. Ha hecho un par de fintas y ha saltado con toda la rabia que le conceden sus 84 kilos. El resultado: se ha colgado del aro con una sola mano, sorteando una montaña de músculos llamada Dwaine Howard. 2+1. De esos que nos han endosado a cholón los americanos.
Cuando tenía que entrar una canasta, entraba, cuando precisábamos un triple, se embocaba.

La sensación era ésa. Las sensaciones. Dulce condena, sí, Davide. Pepu ha dicho que se lo pasado teta. Yo también, el corazón me rebotaba como en las grandes ocasiones y ya no tenía por qué conformarme con que Pep Cargol le robara un balón a Larry Bird.
Esta vez hemos escenificado el lema con el que jugaba (y muy bien, por cierto) el señor Solana cuando estaba en Fuenlabrada: si compites, no eres inferior a nade.

Les hemos mirado a los ojos. Felipe Reyes ha demostrado que el instinto carpanta que hizo tirar para delante a nuestros abuelos sigue corriendo por nuestras venas. Un instinto que es una sinfonía de orgullo propio, valentía y perseverancia en la mejora.

Pau estaba sobrevigilado, pero ha hecho un partido notable, mejor que cualquiera de sus hombres altos. Ha completado el mejor torneo de su vida. Las finales NBA le han curtido. Anota y rebotea como un ganador. Siempre lo fue. Pero ahora es una versión mejorada. Ruge. Con sus consejos y unos cojones quizá mayores, el tío Marc también hará fortuna en la NBA. Mi elogio también para Navarro, capaz de sobrellevar la tormenta con una sonrisa y que esta mañana ha impartido un curso completo de manejo de balón, pase y canastas bombeadas (lo que te limita también te puede hacer grande) para reivindicarse como uno de los escoltas más brillantes de nuestro baloncesto.
Mi reconocimiento también para Raúl López, al que le están cayendo ostias como panes desde todos los frentes. Al tío no le han entrado los tiros, pero nunca le ha perdido la cara a ningún encuentro, ha seguido jugando con intensidad y ha defendido como nunca.

Por supuesto, que he echado de menos la vena imaginativa del Chacho, pero estoy convencido de que pronto volverá a surtir a este combinado con sus genialidades.
Capítulo aparte merece el señor Garbajosa, otro al que le han cuestionado hasta la marca de leche que toma para el desayuno en los últimos meses. Su compromiso con este grupo y con nuestro deporte le ha costado una salida con cajas destempladas de la NBA. Y ya sabemos que la adversidad mide la talla de los hombres. Garbo lo ha pasado fatal. Se jugó la salud por acudir a un europeo donde estuvo errático pero batallador.
Primero en Toronto, donde la lesión no ha cicatrizado y sus dirigentes se han olvidado de la persona para poner la saca. Después, con los aficionados que le afean que se vaya a Rusia por la pasta. Y obvian el tentador proyecto deportivo. Además, quién en su lúcido juicio va a decir no a 6 millones de euros limpios por dos años. Pasará frío, pero sabrá templar el temporal porque es un currante nato y uno de los jugadores más inteligentes que he presenciado en una pista, uno que lee los movimientos del adversario con dos décimas de anticipación, lo que le convierte en uno de los defensores de más valiosos de Spain. Eso por no hablar de sus intangibles (y que por fin vuelven a llover sus triples).

Enfrente, Kobe representa lo mejor y peor de los viejos amos del negocio. Como esto es un negocio, los bisnietos del Tío Sam han tenido barra libre para cometer pasos de salida e ir dopados hasta las cejas (sí, otra vez no han pasado los controles). Unas ventajas que no invalidan su triunfo, pero sí le restan legitimidad. Es como si comparásemos el devenir amoroso de un muchacho en una semana cualquiera con el de otro muchacho que un día (y durante una semana) amanece con la jeta y el porte de José Coronado, con su chorboagenda…Too easy, que le diría el agente Caladero a su colega sueca. Kobe es lo mejor porque es un tío que ha sabido redimirse. Y ama este deporte por encima de todas las cosas. Respeta a los deportistas y a su oponente (bonito gesto con Pau). Es un respeto que no le ha venido de serie. Y al margen de consideraciones éticas, porque es un superclase, un grandísimo jugador que ha prestigiado este campeonato, con un último cuarto para la videoteca: 13 puntos, con triples en escorzos imposibles. Kobe a veces es lo peor porque la prepotencia le puede y, en el fondo sigue perdonando la vida…pero ha mejorado como jugador (defiende con pasión) y como persona. Esto ha molado porque les hemos llevado al límite, ha exprimirse.

Y casi les tumbamos. ¿Y ahora qué? Ahora toca seguir progresando en la esperanza de que en cuatro años el mago de Masnou siga maravillando en Londres. Para entonces, Ricky seguirá explorando su límite en la NBA. ¿Dónde está su límite? No lo sé, sólo sé que este niño hombre que madruga a las 6.00 cuando no está de vacaciones, también nos ha cautivado en esta final con su clase para robar balones, haciendo sencillos los pases y derrochando criterio en la dirección (mientras jugaba con la mano medio rota).

Y esto no es como algunos melancólicos vocacionales anuncian, esto no es irrepetible, esto sólo es un capítulo más fascinante de una historia que a veces vivimos en tercera persona, otras en segunda y, cada miércoles en una cancha destartalada del semicentro madrileño, en primera.
Gracias, chicos.