miércoles, mayo 11, 2011

Un buen día


Es soleado por este miércoles. El periodista trapero ha dado un pequeño recorrido envuelto en la expectativa. Esta tarde entrena a su equipo de jóvenes (simpáticos, extravagantes y muy jóvenes) guerreros en el partido más importante de la temporada. El primer partido en el que contará con los 10 chavales que conforman la plantilla (ventajas de los miércoles no madrugadores) y con el pabellón poblado de su gente.

Es una aventura entrenar a un equipo. Periodista sabe que debe encontrar un equilibrio entre la pasión con la que se anima a los tuyos y la serenidad y mano izquierda (personalizar mensajes, reforzar aciertos y atrevimientos, corregir ofuscaciones) de quien ha sido escogido para guiar a la manada. Enfrente, un adversario propiciatorio. El mismo al que han llevado al límite de la derrota en dos oportunidades.

¿Fortalezas de este colectivo? Buen rollo entre la generalidad de sus integrantes. Talento para crear bromas: “estamos estéticos, digo estáticos”. Irreverencia para liderar juergas amablemente tóxicas. Picardía para aventurarse con sus coetáneas amazonas. Y, lo más importante, afán de juego. Vocación de lucha. Habilidad para interpretar (“nos va a estallar la cabeza con tanta táctica, mister”) mensajes codificados…

Y lo menos negociable. Fiebre por el baloncesto. Piernas de gato (“somos un equipo bajito, toca correr”) para robar la bocha en primera línea de pase para anotar en posiciones acrobáticas y el corazón “de los jugadores grandes (Lele Molin dixit)”, que juegan todos los partidos como si fuesen una cuadrilla de soldado vietnamitas; sólo con un afán: preservar su aldea del horror trasatlántico. En suma, piensa fácil, instinto.

¿El partido más importante de la temporada? Porque el contador a cero en una fiesta llamada Torneo de Primavera. Aunque las mentes más libertinas estén imaginando a hawaianas bailando en mitad de las piscina, hablamos de baloncesto. Sí, baloncesto. Puede que estos guerreros no sean los más puntuales o que a veces se dejen seducir por el pueblo, la falta de rigor de un tiro o un despertador. Pero esta tarde demostrarán su halo y desplegarán las alas para jugar en un teatro llamado cámara lenta de los sueños.

No hay comentarios: