martes, mayo 17, 2011

La aventura


Nunca es suficiente.
La libertad baña nuestras lejanías.
Y necesitamos inventarnos un escualo,
terror invocado para disuadir al tedio.

Tallada brusquedad en la búsqueda,
existen alivios de rápidas rampantes
rutas ruinosas rumiadas para
ampliar la brecha.

Brecha entre estar y
esencia.
Me gustaría.
La musa que existió se niega el rostro.
Hay una danza de renuncias en estos viajes.

Una jaula en mis
proyecciones,
una más en la amplitud terrosa que nos circunda.
Pero no te olvides de la mirada.

La mirada, tu mirada, tiene algo elegante,
enfurecido, asombrado,
por qué no algo
de viento
viento de luz.

La mirada de quien cuida el fuego.

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