lunes, julio 05, 2010

Fútbol, poesía y armazón


Un portero santificado y un delantero de sí.
El sábado, vivir un sueño. Vivirlo en plural.
Primera persona de la
amistad.

De noche, misterio del toque.
Mujeres de agua.
Soñando el principio.
El oro nunca envejece.

Tostada complicidad.
Tu perfume es hipnosis.
La noche, un palacio de cortinas.
La música, un tendón colectivo.

Salvando veranos.
Copazos de humo.
Arden las faldas.

En el siglo XXI las mujeres interesantes
pasan de ser musas.

Practican la insinuación.
Como multiplicada. Como depurada.
Será este jueves.

Ocurrirá en una cueva.
Con bastantes rincones.
Fluidez de bohemios.

El lugar se llama Oeste Celeste.
La hora, tres horas antes del corazón.
Hablamos de brisa y jarras insaciables.

Para ir en Atreyu, una aldea llamada Tirso de Molina.
Para encontrar la cabaña, una calle nombrada Buenavista.
El umbral está pintado como dieciocho.

A veces es juego un fácil.

(Dicho en agua: recital colectivo este jueves día 8. Será las 21.00, en el Café Oeste Celeste. Calle Buenavista 18. Metro Tirso de Molina. Todos están todos. Invitados. Calienten los corazones).

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