La reputación es el dial de las posibilidades colectivas.
La reputación es el saldo de la cuenta democrática que una persona pública tiene para llevar a cabo sus proyectos (mejorar el mundo en el mejor de los casos).
Para una persona pública, la reputación significa algo parecido a lo que representa para tu banco esa nómina como trabajador indefinido que cultivas desde hace años;
no nómina, no hipoteca, no casa; no reputación, no confianza, no mejoras colectivas
Por eso a veces Obama a veces nos parece tan descafeinado, por eso Obama se esfuerza tanto por encontrar puntos de encuentro.
Lo diremos con palabras del seleccionador italiano, Cesare Prandelli: "no me gusta que la gente me vea cenando cuando he perdido un partido"; un sentimiento de vergüenza torera del que Don Mariano Rajoy nos ofreció admirable ejemplo cuando fue a ver a la 'roja' el mismo fin de semana en el que los amigos de la mutua europea nos financiaron el agujero negro del ladrillo de nuestros bancos.
Todo lo cual, se resume en un aserto que Marina, con un excesivo celo si pensamos en el principado de la juventud, le susurra a Javi cuando este empieza a llorar en las afueras de la discoteca Kafka:
"Cariño, no basta con que seas bueno, también tienes que convencerme todo los días de ello".
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