viernes, noviembre 11, 2011

Lomo de surf, ojos de afable 2.0


Siete metros.
Mido siete metros.
Tumbado a la manera en que ella
viaja entre la televisión y el cansancio.

Los sonidos, el salto, la danza,
¿Te gusta mi vagón acuático?

Sólo carne, sí.
Mejor, cerca de la costa.
Creo que lo llaman comunicación.

¿Por qué somos amables con las chicas curiosas?
¿Por qué la luna se deja acariciar por el sol?

¿Qué te enseña la espalda?
Largo como un bolígrafo saurio,
acuadinámico como una sirena profunda.

Dentro de la conciencia: agua y aire.
Fluido como una caída en el amor.
Modulado como un cantapenas.

Vivo en las redes sociales.
Tengo más de mil agregados.
Algunos parecidos porqués.
Cicatrices, competencia, mordeduras, hembras…

Y silbidos de frecuencia ruborizada.
Tan afinados como para alborotar
la falda de la María Grazia Cucinotta
de mis iguales.

Música de impulsos.
Silencio. Sonidos. Silencio.

La pista de corrientes marinas.
Y los ojos cerrados…
llámalo habitaciones de agua.

¿El futuro?
Que el capitán Kirk no tenga que echarnos de menos.

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