El futuro descansa en una
localidad bañada por copiosas cantidades de nieve. El cambio climático sí ha
salido como en nuestras más inspiradas pesadillas.
Por lo demás, la gente se
desplaza en unos automóviles bastante parecidos a los de nuestra época. La principal
diferencia estriba en la presencia de robots que hacen la vida más sencilla con
una eficiencia que convierte nuestros movimientos en los de un bebé.
En ese ambiente se cimenta ‘Eva’,
ópera prima de Kike Maílo, el cineasta que ha pilotado una película española de
ciencia ficción que merece el calificativo de interesante.
La historia cuenta el
encuentro entre dos hermanos, brillantes en el campo científico, al tiempo que distantes
en el ámbito personal. Entre ambos, dos vínculos con un extraño magnetismo; de
un lado, una mujer hermosa y pegadiza por su forma de estar, también
científica, y una niña cuyo carisma es inversamente proporcional a su
irreverencia y temeridad.
Con esos ingredientes, la película
nos adentra en una atmósfera fascinante, donde nada es exactamente como parece.
La historia tiene un despegue cautivador y hace de la necesidad una virtud para
trazar un futuro sugerente, no tan diferente del nuestro y, al tiempo, con
bastantes más posibilidades.
Una edad de hologramas y
pensamientos como deseos. Un tiempo en el que los humanos podemos escoger a
discreción una conciencia para nuestra inteligencia artificial o, por ser más
cotidianos, donde una abandonada casa se convierte, en el curso de una sola
mañana, en una cabaña palaciega.
La película se deja ver con
agrado. Lástima que le falte épica y conflicto en el tramo decisivo de la
historia. Sea como fuere, posee ingredientes que no se encuentran todos los
días en nuestro supermercado audiovisual. A saber: ritmo, imaginación,
sugerencia y sabia dosificación de la información a través de unos diálogos depurados.
También merece admiración
algunas interpretaciones (Lluís Homar, Daniel Brül, Claudia Vega), la
fotografía de la cinta y el deje poético de algunas frases y juegos que se
establecen entre humanos y robots. Si queréis pasar un rato entretenido este
fin de semana, daros un garbeo por esta historia; os llenará la cabeza de
futuro.
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