miércoles, septiembre 14, 2011

Un mundo sin tiempo


Influir en la nada.
Estaba cuidando las ovejas.

50 kilómetros y
40 grados centígrados.
El trabajo en la amanecida.

Los mejores tesoros han aparecido en la basura.


La vida.
Su ritmo.
44 años es la esperanza de existir.

 Pocos tienen memoria de alfabetos.

 Las trincheras de los otros.
La vaca fugitiva se les escapó.

Celebramos aquellos filetes a gritos,

para fastidiar a los otros.


Los días caen.

Una ración diaria de coñac te hace sentir vivo.
Una ración extra para envalentonarnos.


Aquí la hidra del terror
ha extinguido a mucho más gente
que en vuestras gemelas búsquedas.

La vida sigue.

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