martes, noviembre 09, 2010

Galáctica: personalidad y tormentos de nuestra especie


Bienvenidos a un futuro poco edificante, donde la humanidad está al borde de la extinción. Nuestra especie a duras penas sobrepasa los cuarenta mil individuos. Esta comunidad ha sobrevivido por puro azar a un holocausto nuclear que ha arrasado el planeta en el que vivíamos. Los responsables de semejante atrocidad no hemos sido exactamente nosotros. Pero sí fuimos los autores de su génesis. En un momento dado, creamos a una serie de humanoides para que nos hicieran el grueso del trabajo.

Tan humanas diseñamos a nuestras criaturas que les conferimos emociones como la conciencia del yo, el resentimiento o la búsqueda implacable del poder. Así las cosas, ahora nos toca poner las naves en polvorosa por medio universo, mientras escapamos de mala manera del acoso de unos robots con apariencia humana que sólo piensan en aniquilarnos. Aún reducidos a los escombros, este viaje nos demostrará que algunas cosas nunca cambian en nosotros: el afán de trascendencia, las tensiones para mantener una armonía en la comunidad o el amor abriendo brechas entre las obligaciones.

En suma, la búsqueda de belleza, verdad y justicia colocadas frente a nuestras pulsiones autodestructivas harán de esta odisea una interesante lectura sobre la personalidad y tormentos que caracterizan a nuestra especie. ¿Cómo llegué hasta esta historia? Gracias a uno de los mejores regalos que he recibido en mi historia de cumpleaños. El detalle corrió a cargo de Davide y Fran. He tardado medio año en recorrer esta experiencia, pero la despaciosidad ha merecido la pena.

Con una serie que te engancha ocurre algo parecido a lo que sucede cuando empiezas a salir con una chica: no sabes como has podido vivir sin ella hasta entonces. Los últimos meses con Galáctica han sido de necesidad. Quería averiguar cosas de esos personajes que habían pasado a ser postes de mi personalidad. Necesitaba sentir a través de ellos. Averiguar detalles de mi limitado mundo a través de sus comportamientos.

Battlestar Galactica (Reimaginada) saltó al ring televisivo en 2003. Su madre era una popular serie también estadounidense de 1978. Pero la nueva versión ha resultado más audaz, más compleja y mucho menos predecible. La nueva Galactica coge algunos hilos argumentales y muchos nombres de la mitología griega, pero le agrega personalidades en conflicto, diálogos llenos de chispazos metafísicos y una profundidad política y psicológica que se enmarca en la edad de oro de este género televisivo.

El tipo que parte el bacalao en el bando de la humanidad es el Comdante Adama. Adama, encarnado por Edward James Olmos (el Teniente Castillo de Miami Vice), es un tipo entregado a las bondades de la ataraxia. O lo que es lo mismo: alguien que controla sus pasiones, equilibra sus emociones y afirma su ánimo a través de una gimnasia mental diaria que le permite gobernar Galactica con pulso firme y por lo general bastante lucidez.

Si tengo que quedarme con sólo un personaje de la odisea, me quedo con éste. Cuando media humanidad está desesperada, hace falta tener mucha templanza, también valentía, para guiar con juicio sereno a tu tribu. Adama pertenece a la estirpe de nuestros abuelos, que preferían reventar por dentro a expresar algún síntoma de debilidad de puertas para afuera. Sea como fuere, el comandante no es inmune a las debilidades humanas: tiene accesos de ira, le gusta el poder más que a un ponsetti una bella latina y tiene una relación más que problemática con su hijo Apolo.

Apolo es quizá el personaje con el que más fácilmente se puede identificar la audiencia media de la serie. Es íntegro, está en conflicto (a medio camino entre el hedonismo y el que busca ‘ponerle corazón’ a las cosas cuando éstas vienen mal dadas) y es valiente. También tiene un amor (casi) imposible que puede llevarle a incinerarse, pero no evita fácilmente la pelea, por lo que todo puede suceder para este espléndido piloto de vippers (algo así como cazas espaciales).

Aunque si hablamos de alguien sobresaliente en el pilotaje, artístico incluso, ésa es la señorita Starbuck, que es algo así como una amazona de las estrellas. Starbuck está hecha con los retales de todas las mujeres fatales y atormentadas que alguna vez se cruzaron en nuestra vida. Es sensual, divertida, irreverente, brillante, caótica y autodestructiva. Una mujer agresiva pero al tiempo vulnerable, que se crece ante las situaciones límite. También es una criatura clarividente, lastrada por su pasado pero vitalista hasta decir carcajada. Un bombón de personaje. Al que no te cansas de intuirla.

También merecen mención propia la presidenta Laura Roslin, algo así como el alter ego femenino de Adama, y el doctor Baltar, un reputado científico, fornicador compulsivo, que se verá en el vértice de buena parte de las intersecciones entre cyborgs y humanos. En el bando de los primeros, también hay modelos con un magnetismo especial. Es el caso de Caprica 7, una despampanante rubia cuyas habilidades seductoras pondrán en el desfiladero de la destrucción al género humano.

Pero mejor no entrar en mayores detalles sobre los personajes; corremos el peligro de desvelar broches clave de la trama. La gracia de este artículo descansa en la formulación de una invitación: echadle un ojo a esta Galactica, la indiferencia no será vuestra respuesta. Quizá os intimide su propuesta tenebrista de inicio, pero a los pocos minutos (tal vez capítulos) lo más probable es que os cautive.

Galactica es esencia de ciencia ficción. Plantea un escenario irreal de nutrientes reales (psicología, sociedad, relaciones personales) que nos ayuda a entender mejor nuestro destino como especie y como individuos. Al final, como bien explica Elisa Puerto, la ciencia ficción es análisis heterodoxo de política. Se emplean tramas aparentemente alejadas de nuestro día a día, para hablar de temas universales como el respeto de los derechos humanos, las fricciones entre poder civil y militar o los desafíos que implica articular una comunidad cuando los recursos escasean.

Factores que de una u otro manera nos resultan familiares. Hay también lugar para las paradojas y un sutil sentido del humor, también de la indagación, cuando se abordan de manera velada asuntos como la religión o la ocupación (y sometimiento) de territorios y poblaciones ajenas, lo que en el caso de Galactica, por el periodo en el que se facturó la serie, resulta una alusión clara a la invasión que EEUU hizo de Irak.

Reflexiones también en clave antropológica. En ese sentido, la ciencia ficción es el caldo de cultivo más propicio para proyectar una mirada llena de perplejidad ante las maneras laberínticas que muchas veces empleamos para relacionarnos y organizarnos. También para definir nuestro destino como comunidad, con esa constante batalla que la gente que lidera nuestros pueblos debe establecer entre lo actual y lo que vendrá.

Por el camino, una preferencia: contemplad la serie en versión original. Mejoraréis, reforzaréis vuestro conocimiento la lengua llave de este mundo y de paso apreciaréis más matices de unos personajes inflamados, que cómo suele suceder con el común de los intérpretes yankees, tienen un timbre de voz hipnótico.
Cavernoso. Como el mismo dilema humano.

4 comentarios:

Chicharros Enlatados dijo...

curiosa serie.. suena a un mix entre El Planeta de los Simios y Terminator, habrá que echarle un vistazo!

por cierto Peter, has visto Buried? a mí me aburrió bastante, así que lo mismo a ti te encanta! jeje

1 abrazo nen!

Pedro Fernaud Quintana dijo...

mmm, interesante apreciación Rubens; sí, es una buena manerade definrla. Échale un ojo, no te defraudará...

jajajaja, hombre chacho si a ti te aburrió 'El Apartamento'...De todos modos, pondré tu opinión como contrapoeso, pq todo el mundo que había visto 'Buried' me había hablado muy bien de ella.

Un abrazo

Chicharros Enlatados dijo...

jeje, bueno, 'El Apartamento' no me aburrió, pero tampoco me divirtió.
En cualquier caso, 'Buried' es arriesgada e innovadora, pero se queda muy lejos de otras del estilo como 'Rec'. De todos modos, tal vez en la gran pantalla sea más impactante (yo la vi en internet).

Le echaré un vistazo a Galáctica, la verdad es que no tiene mala pinta!
1 abrazo 'mostruo'!

Pedro Fernaud Quintana dijo...

Muy bien Rubens, tomo nota de ambos matices en cuanto a 'El apartamento' y 'Buried'.

Y celebro que le vayas a dar una oportunidad a Galáctica.

Un abrazo