miércoles, agosto 25, 2010

La tentación de la melancolía y el orgullo de estar 'on the road'


Es domingo por la mañana. La práctica totalidad de mis amigos y yo mismo sobamos con un salvoconducto llamado ron macerado. Son las diez raspadas y nuestro protagonista trota por el Retiro como lo haría un leopardo que sigue su instinto de supervivencia. No por repetida, la anécdota pierde simbología como definitoria del carácter de Luis B., cuyas andanzas finesas inauguraron en su momento esta bitácora.

Luis ha estrenado este martes los 31. El tío está melancólico. Con esa rabia seca que da comprobar como te caen años como barriles de desencanto. Un amigo dice que la melancolía es la alegría de estar triste. En tal caso, habrá que convenir en que Luis sabe y ha vivido lo bueno de este viaje y por eso le fastidia que la vida le escupa sus memorias. L está soltero. L gana una cantidad de dinero bastante superior a la media. L trabaja en un sitio que le gusta, a ratos le exhausta, a veces le entusiasma. L siempre tuvo una relación cordial con sus padres y sus hermanos. L adora la música indie y en su pecho escode la irreverencia de la gente que reza a los Sonic Youth.

L vivió una buena historia con una chica gallega que ha dejado cicatriz en sus pensamientos. L se siente solo con más frecuencia de la que le gustaría. Es tímido. Educado. Buen conversador y elegante desde la contención. L abre las alas y bebe como si lo fuesen a bendecir. L pasa del fútbol y adora las chicas misteriosas que esparcen su belleza en tugurios como el Tuper Ware.

Él no se dio cuenta pero L me enseñó a hacer la compra. Era su rutina. Cuando la mayoría nos cagábamos en nuestros viejos, él cogía la aplicada lista que confeccionaba su madre y cumplía sus encargos con la misma rectitud con la que Madonna se propone abrir las piernas (en los conciertos, se entiende). Tantas veces repetía la maniobra que ya tenía memorizada la situación de los productos, empezando por los lácteos. Aquellas labores, paradojas, desarrollaron su visión espacial que meses más tarde maravillarían al profesor de dibujo que alentaría sus capacidades.

L se mueve por el mundo con la energía silenciosa de un cóndor. Tiene alma de poeta. Mira las cosas con cariño y distancia y le gusta cultivar un universo personal de canciones, películas y mujeres difíciles en las primeras citas. L se ríe con facilidad y es generoso de un modo despreocupado. Simplemente, se deja navegar por los días.

L siente el secreto orgullo de estar creativo en la partida. Desde hace unos cuantos años conduce su propia vida, también su coche. Y siente una mezcla de alegría, apego y responsabilidad hacia sus padres, que ganan años conforme su hijo modela su futuro.

A L le gusta dramatizar un poco. Pero en el fondo sabe que es un tío afortunado. En el sentido literal y figuradamente español del término. Es alto, amable y engulle sin grandes aspavientos los mejores desafíos. Antaño eran triatlones. Ahora son jornadas laborales que pueden incluir los siete días de la semana.

L me guió la primera y última victoria de mi vida en una prueba atlética. 10 kilómetros y 15 años. Un sprint salvaje. Y mi amigo, todavía medio cojo, enseñándome el camino de los laureles como recompensa a esos entrenamientos en el Retiro con los que nos fortalecíamos las piernas y vaciábamos las cabezas voladoras.

Esa dureza y recitad son tu emblema, amigo. Nunca la pierdas. Recuerda que los colegas siempre estaremos aquí para celebrar tu honestidad y generosidad. También tu buen gusto para vivir y escuchar. Disfruta de los 31, lo mejor está por venir…

8 comentarios:

Anónimo dijo...

Gran post-felicitación Peeeeeeete.

¡¡ Felicidades Blankoso !!

Pedro Fernaud Quintana dijo...

Grazie mille Davideeeee.

!Feiciaddes otra vez Luisito!

Anónimo dijo...

Bueno Pedro, qué puedo decir !! Me he quedado de piedra con semejante post .
Muchísimas gracias!! Te aseguro q me lo imprimiré ... y cuando la alegría de estar triste me invada, me lo leeré en la pared donde estará enmarcado.
Por cierto has adivinado a una de las mujeres de mis sueños !
Grazie mille Peeeeeeete
Grazie mille Davideeeee

Pedro Fernaud Quintana dijo...

Me alegro de que te haya gustado tanto Luisito, para eso están los regalos :-)

Anónimo dijo...

una vez mas...impresionante post, te superas una y otra vez crack.
Señor Fo.

Pedro Fernaud Quintana dijo...

What can I say? Merci Beaucoup Mr Fo :-)

Anónimo dijo...

Gran Post, Pedrito, sí señor. Encontrarse con semejante muestra de talento, sensibilidad y ternura el día que uno vuelve a trabajar después de cuatro semanas de vacaciones resulta reconfortante.

Un abrazo fuerte

(paco)

Pedro Fernaud Quintana dijo...

Molto grazie Paco, y ahora qué digo :-), bienvenido a casa camarada!!