Haikus, liras, sonetos, submarinismo emocional...cine, series, baloncesto y algo de literatura; arrebatos y destellos para darle arraigo a la posibilidad. Lo mejor está por venir. A través de esa idea, vivo, disfruto y ordeno la realidad, que construimos juntos cada día :-). Un blog de Pedro Fernaud Quintana
miércoles, agosto 25, 2010
La tentación de la melancolía y el orgullo de estar 'on the road'
Es domingo por la mañana. La práctica totalidad de mis amigos y yo mismo sobamos con un salvoconducto llamado ron macerado. Son las diez raspadas y nuestro protagonista trota por el Retiro como lo haría un leopardo que sigue su instinto de supervivencia. No por repetida, la anécdota pierde simbología como definitoria del carácter de Luis B., cuyas andanzas finesas inauguraron en su momento esta bitácora.
Luis ha estrenado este martes los 31. El tío está melancólico. Con esa rabia seca que da comprobar como te caen años como barriles de desencanto. Un amigo dice que la melancolía es la alegría de estar triste. En tal caso, habrá que convenir en que Luis sabe y ha vivido lo bueno de este viaje y por eso le fastidia que la vida le escupa sus memorias. L está soltero. L gana una cantidad de dinero bastante superior a la media. L trabaja en un sitio que le gusta, a ratos le exhausta, a veces le entusiasma. L siempre tuvo una relación cordial con sus padres y sus hermanos. L adora la música indie y en su pecho escode la irreverencia de la gente que reza a los Sonic Youth.
L vivió una buena historia con una chica gallega que ha dejado cicatriz en sus pensamientos. L se siente solo con más frecuencia de la que le gustaría. Es tímido. Educado. Buen conversador y elegante desde la contención. L abre las alas y bebe como si lo fuesen a bendecir. L pasa del fútbol y adora las chicas misteriosas que esparcen su belleza en tugurios como el Tuper Ware.
Él no se dio cuenta pero L me enseñó a hacer la compra. Era su rutina. Cuando la mayoría nos cagábamos en nuestros viejos, él cogía la aplicada lista que confeccionaba su madre y cumplía sus encargos con la misma rectitud con la que Madonna se propone abrir las piernas (en los conciertos, se entiende). Tantas veces repetía la maniobra que ya tenía memorizada la situación de los productos, empezando por los lácteos. Aquellas labores, paradojas, desarrollaron su visión espacial que meses más tarde maravillarían al profesor de dibujo que alentaría sus capacidades.
L se mueve por el mundo con la energía silenciosa de un cóndor. Tiene alma de poeta. Mira las cosas con cariño y distancia y le gusta cultivar un universo personal de canciones, películas y mujeres difíciles en las primeras citas. L se ríe con facilidad y es generoso de un modo despreocupado. Simplemente, se deja navegar por los días.
L siente el secreto orgullo de estar creativo en la partida. Desde hace unos cuantos años conduce su propia vida, también su coche. Y siente una mezcla de alegría, apego y responsabilidad hacia sus padres, que ganan años conforme su hijo modela su futuro.
A L le gusta dramatizar un poco. Pero en el fondo sabe que es un tío afortunado. En el sentido literal y figuradamente español del término. Es alto, amable y engulle sin grandes aspavientos los mejores desafíos. Antaño eran triatlones. Ahora son jornadas laborales que pueden incluir los siete días de la semana.
L me guió la primera y última victoria de mi vida en una prueba atlética. 10 kilómetros y 15 años. Un sprint salvaje. Y mi amigo, todavía medio cojo, enseñándome el camino de los laureles como recompensa a esos entrenamientos en el Retiro con los que nos fortalecíamos las piernas y vaciábamos las cabezas voladoras.
Esa dureza y recitad son tu emblema, amigo. Nunca la pierdas. Recuerda que los colegas siempre estaremos aquí para celebrar tu honestidad y generosidad. También tu buen gusto para vivir y escuchar. Disfruta de los 31, lo mejor está por venir…
lunes, agosto 23, 2010
El adversario
El adversario vivió con ventaja desde el principio.
Sus padres le explicaron la tormenta en tres idiomas.
Le llevaron al museo. Llenaron sus días de actividades.
Hoy violín. Mañana Judo. Pasado informática.
Adversario creció fuerte y pronto cambió el judo por el baloncesto.
Era alto, atlético, afamado, apolíneo, asilvestrado, atento, auroleado.
El adversario era el orgullo de la comunidad.
Guapo, divertido y de los que a la raíz.
Estudió sobresaliente, con matrícula en fiestas.
Aunque trabajando emergió su verdadera personalidad.
Este chico llegará lejos.
Ojos pantano. Labios carnosos. Cuerpo pop.
Trabajando fue cuando se comprobó líder.
Simpático, creativo, afinado.
La gente veneraba su compañía. Las mujeres le pedían hora.
Todo era posible cuando escuchaba The Smiths.
Bajo control (todo). La vida placer sólo merecía más (todo).
Por aquel tiempo era el que tiene la luz.
Me pides ahora que le odie. Me exiges que le ignore. Me incitas a que lo desprecie.
Pero con tanta facilidad la mayoría también hubiésemos cambiado de bando.
Así que le dejaremos abierto la misma compuerta que al señor Vader.
Esa redención algún día nos puede encontrar a todos: completos incompletos.
(Lucifer: el que tiene la luz.
Satán: El adversario).
domingo, agosto 22, 2010
Calor azul
El agua es aceptación.
El agua es cambio.
El agua es viaje.
Duermo secretos.
Cultivo cansancios.
Pruebo sonrisas.
El agua es respira.
El agua es casa.
El agua es expectación.
Como arroz.
Siento frío.
Recorro miedos.
El agua es mundo.
El agua es posibilidades.
El agua es espejo.
Lamo calidez.
Leo almas.
Disparato contigo.
El agua es mentiras.
El agua es promesa.
El agua es juntos.
Disparo fuego.
Pienso aproximaciones.
Bailo absurdo.
El agua es música.
El agua es ven.
El agua es muévete.
Muerdo labios.
Muero alegre.
Comparto miradas.
El agua es emoción.
El agua es dentro.
El agua es aquí.
Canto inviernos.
Construyo mejoras.
Rezo cambios.
miércoles, agosto 18, 2010
Mongolito Gómez
Mongolito Gómez es el bar de un nombre que
quizá nunca exista.
También el emblema de una luz.
A mi amigo Luis no le gustan ni los haikus
ni las ausencias de rimas.
No es fácil conseguir una buena rima en este viaje.
Luis es prolongado y se parece a un guerrero mineral.
Bromas instantáneas, sentido del ritmo y
la mirada láser definen sus merecimientos.
El tío Luis hace apología de la amistad
y descifra encantos en los gestos de las sin nombre.
La apología la detalla con
su generosidad.
El tío Luis bromea el mundo, comprende relámpago
y reconoce cuevas de la gente.
Cuando se toma una copa,
la indeferencia no existe.
Y Mongolito se parece a los sueños que se comprenden.
(Para Luis, con dos días de adelanto en relación a su prometedor 31 cumpleaños).
martes, agosto 17, 2010
Poema de identidad, toma uno
lunes, agosto 16, 2010
Elegant James
sábado, agosto 07, 2010
Balada verano
martes, agosto 03, 2010
La religión, las leonas y la mirada
Personas imprimiéndose lealtad a la vida en
sus palabras.
Sobre todo esas: las invisibles.
Pase lo que pase,
terrible o desgraciada,
el instinto autoconstructivo.
Lo susurra bengalí con la cara de cera,
lo mastica sudanesa con los hijos en la memoria.
Puedo imaginarme cualquier cosa.
El paraíso está en mi cabeza.
El infierno me pide de comer todos los días.
Prefiero morir a perder a Dios,
esa idea suprema con la que tejo
algo mejor que la supervivencia.
lunes, agosto 02, 2010
El opositor
La memoria es una cadena de montaje.
El montaje contiene fechas, dudas, conceptos y próceres.
Próceres en la vida de este aspirante son los colegas y tres mujeres.
Mujeres son cómplices, solícitas y piensan que también exclusivas.
El opositor ha gastado treinta millares de lunas en encontrar un orden en el sitio.
Orden es trabajo por la mañana, duermo el post almuerzo y gano el doble que la media.
Opositor entiende mal lo del punto de equilibrio.
Ahí reside su grandeza. También su jaula.
Opositor contagia el disfrute. También la risa.
Es un tipo de la vieja escuela.
Bebe sin reservas, ama sin reservas;
interioriza toneladas de pensa-mientos.
Tiene una idea concreta del mundo pero una dispersión por latidos.
Opositor gasta una biografía fuera de lo común.
Ha cultivado sus aspiraciones y conservado la cabeza.
Ha derrotado la desidia y sucumbido al desánimo.
Su vida le pide orientar el mundo.
Él, más humilde es,
y se conforma con sus emociones.
El mundo es un apartamento de treinta metros,
placeres respetando el plástico
y muchas horas de trabajo duro que invocan premio.
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