Al principio,
mis venas suavemente cosidas
mecían a esos chicos
en unos atrevimientos
a lo alto del océano.
Copas
labios
prisas
tacto bocado despacio.
Le dicen mantel.
Ya no te acuerdas,
pero tus pies enjabonados
con mis cuerdas le dieron
dimensión a esa cabaña que hoy ignoras.
Ahora
mis músculos,
resecos y compactos,
aguardan a que el espejo de tus manos
concedan trance a esta mañana canción.
mis venas suavemente cosidas
mecían a esos chicos
en unos atrevimientos
a lo alto del océano.
Copas
labios
prisas
tacto bocado despacio.
Le dicen mantel.
Ya no te acuerdas,
pero tus pies enjabonados
con mis cuerdas le dieron
dimensión a esa cabaña que hoy ignoras.
Ahora
mis músculos,
resecos y compactos,
aguardan a que el espejo de tus manos
concedan trance a esta mañana canción.
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