lunes, diciembre 18, 2006

La velocidad de tu cuerpo


Lo he intentado. Pero es difícil dejar de imaginarte; olvidar el modo en que inclinaste el cuerpo cuando nos cruzamos en el avión. Esa mirada detendrá tu perfume sobre mi espalda. Tus hombros parecen el mejor atajo hacia una batalla de espuma en la piscina. Deja de mirarme. Tu boca me mira. Tus ojos me invitan. Y lo intento. Pruebo a disimular las ganas de probar la lenta velocidad de tu cuerpo incinerando estrellas. Nice to meet you. Me too. A través de esa sonrisa veneciana consumo el veneno de la piel horas y horas delante del firmamento.

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