Muchas gracias Mamá por cuidarnos tanto y tan bien.
Siempre al pie del cañón, con el afecto como emblema
y con una discreción con la que velabas por lo esencial:
tratarnos bien y tratar al otro como nos gustaría ser tratados.
Hasta el final has sido un ejemplo de suavidad y alegría.
Muchas gracias por enseñarnos cada día a través de las acciones unitivas,
con una generosidad que no conoce límites y que, a partir de ahora, será un faro
en momentos de confusión o de zozobra.
Con tu sonrisa y tu compromiso has elevado nuestra vida para siempre.
Buen viaje mamá. Te queremos mucho.