viernes, enero 20, 2012

Demasiado tarde


En el pliegue Andrómeda
de nuestro origen,
más de 50.000 destinos
apagados
gracias a
nuestros levísimos pensamientos.

Más de la mitad,
niños menores de

tiempo.

Un feroz sentimiento de vergüenza.

Somalia, Kenia y Etiopía siguen afectadas por
los escombros del cielo
y nuestra morosa decencia. 

El riesgo de sufrir horror
se deja sentir durante generaciones.

La sequía, la mala gobernanza, el alza del precio
de los víveres, la pérdida de cosechas y
 la muerte
de miles de cabezas de ganado.

Una mutua corriente de extinción:
no gastemos dinero hasta asegurarnos de que

la muerte es indestructible

(Gracias a José Miguel Calatayud, que nutrió este poema de realidad desde Nairobi y al poeta Ángel Guinda, de quien tomé sus láminas de la muerte y el cielo para hacer fluir la tristeza) 

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