jueves, febrero 17, 2011

La religión de la mezcla


Su esencia no cupo en las enciclopedias.
Belleza de logros.
También abusiva manera de perder el anonimato.

Inventó y lo hizo hambriento.
Esa palabra está pintada en todos los idiomas.
En tu compañía, el azul es sombra.

Hambriento de felicidad.
La barbilla dentro de la introspección
y la gabardina celebrando desvíos.

Cíclicas trivialidades.

La mirada dispersa,
una dispersión mucho más profunda
en cantos, indagaciones, orígenes.

Viaje al centro de nuestra conciencia.
Allí donde los olores piensan expectación.
Memoriado hacedor de universos se
pone a darse cuenta.

Te mereces el consenso.
Con un poco menos de biblioteca también
nos habríamos imaginado.
Todos los clichés de una leyenda.

Cíclicas averiguaciones.

Qué buena memoria.
Compartiremos noches con el
alimento metafísico de sus
entretenimientos hoguera.

Te hiciste laberinto
y repartiste intuiciones y elegancia.
El conocimiento es un medio.
Herramienta de plenitud y propia luz.

La paz y alegría que deseas y también
mereces
acabarán
viajando
con ti,
para ti.

Desde ti.

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