martes, noviembre 11, 2014

América desembarca en el Thyssen con su impresionismo salvaje



El impresionismo son unos puntos de luz que tamizan la sensibilidad y abren la aceptación al cambio. Un cambio que se mueve cada día en las manos y la cabeza de estos valientes escritores de la mirada.

Eran estadounidenses. Llovían color y bebían del atrevimiento y también magisterio francés.

La exposición del Thyssen ofrece diferentes ángulos de belleza a través de la vibrante pincelada de yankees enamorados del orden y la decadente elegancia europea. Elegancia plasmada en un ejército de apacibles carruajes. En ese oleaje de luz, laten con fuerza algunas imágenes:

Mujeres que domestican el horizonte con su elegancia en forma de gesto

Una mujer y su amiga (su amante tal vez) descansan en el caudal relajado de un río donde la barca se pone de color sangre y textura del terciopelo. (Dos mujeres dormidas en una barca bajo los sauces. John Singer Sargent).

La melancolía tiene un sabor de plata y unas texturas que prefirieron dejar de ser azuladas. (Nocturno. Azul y Plata. Chelsea. James Abbott McNeill Whistler).

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