domingo, diciembre 05, 2010

Palacio de simpatía


El pirata sorbe su vodka azul con
la condescendencia de quien se está conteniendo.

La entrevista dura más que la niebla.

Mientras, las mujeres de juguete abren los ojos,
universal preparación para los excesos.

Mujeres recipiente seducen a las tinieblas
y prefieren la risa del descubrimiento.

Hay salones que tiemblan de despegue.

El pirata las mira con imaginación.
Más sabe el diablo por sexo que por diablo.

La noche parpadea
y pirata está a punto de comerse el barro.

Siente a Dios mientras se corre.

2 comentarios:

Insurgentemente dijo...

Hola Pedro,
llego aquí A TRAVES del blog de Sara.
Verás, me ha pasado una cosa curiosa mientras leía tu poema, en los últimos versos mientras leía "la noche parpadea y pirata está a punto de comerse el barro" he pensado "yo hubiera puesto correrse en lugar de comerse", sigo leyendo y ahí está.
Todos somos un poco piratas al fin, y gracias a Dios, o a esa energía, o lo que sea que mueve ésto... y el que no lo sea, ¡que se joda!!.
Volveré.
Kisses.

Pedro Fernaud Quintana dijo...

Hola Irene

Qué sorpresa ver tu comentario. Merci beaucoup. Claro que todos somos un poco piratas, animales salvajes enfundados en un traje (más o menos) cívico.

Energía para abordar o dejarse abordar...Antes o después, todos nos vemos en ese trance. Será un placer que sigas leyendo A TRAVÉS de aquí.

Besos