viernes, junio 19, 2009

Lagrimas de cansancio


Me dijiste que lo había dejado.
Es verdad, lo había.
Pero las noches se vuelven cielo
Y no puedo ignorar esas aberturas.

Diletante comía galletas
y miraba su carnet de estoy empezando.
Sus ojos eran invitación en tempo lento.

Dos mujeres hablan de los hombres que se follan.
No percibe un atisbo de ternura en sus miradas.
Y, oleajes, se me hacen simpáticas;
quizá por su deseo de haber nacido hace décadas.

La libertad es muy variable.
Por eso los ojos me están de luz.
No creo que pueda con todo este desconcierto.
Ella era sincera y mi dispersión el viejo problema.

Amo a las mujeres que dicen lo que sienten.

4 comentarios:

Tam dijo...

me ha encantado Peter...

Anónimo dijo...

Muchas gracias Tam :-)

Sara dijo...

Buenísimo, Pedro!

Anónimo dijo...

Grazie mille, Sara!