Los reyes del pop.
Descarada humorada.
Ritmo fluyente.
Fuente de foto: los 40 principales
Haikus, liras, sonetos, submarinismo emocional...cine, series, baloncesto y algo de literatura; arrebatos y destellos para darle arraigo a la posibilidad. Lo mejor está por venir. A través de esa idea, vivo, disfruto y ordeno la realidad, que construimos juntos cada día :-). Un blog de Pedro Fernaud Quintana
Esta semana, el pasado jueves 25 de marzo, tuve uno de esos regalos que dejan su impronta en la memoria y la emoción. Mi hermano me invitó a un concierto en la sala de cámara del Auditorio Nacional: “La Vita Nuova de Nicola Piovani. Cantata para narrador, soprano y pequeña orquesta”. El recital, obra del ya mencionado Piovani (ganador del Oscar de 1999 a la mejor banda sonora original por La Vita e Bella', La vida es bella, de Roberto Benigni) está edificado a partir de la obra homónima de Dante Alighieri.
¿El motivo? Por lo visto, nuestros hermanos italianos han querido ponerse a la altura de su leyenda como creadores de encanto y han elegido el 25 de marzo como El día de Dante (Dantedi, mis disculpas por hurtar los acentos italianos... Los recursos del teclado del móvil llegan hasta donde dan). El Instituto Italiano de Cultura de Madrid ha dado una muy buena difusión a la obra musical con la que se conmemora su genio creativo. No en vano, en una jornada como esa de 1300 el poeta iniciaba su viaje por la Divina Commedia.
El concierto se desarrolla como un ritmo in crescendo. Las mascarillas blancas gobiernan con mayoría suficiente en el parlamento de la seguridad del enjambre de butacas, como adecuado contrapunto a los tapabocas negros con los que los músicos armonizan su indumentaria. Poco a poco advierto que este concierto se sale de lo ordinario.
Un joven lleno de estilo y garra declama los versos de Dante con un repertorio expresivo que fluctúa de lo narrativo a lo expresivo, de lo elegante a lo conmovedor. Por momentos parece que se arrancará la camisa blanca para dar mayor verismo si cabe a unos palabras que flirtean peligrosamente con la belleza y la emoción. El muchacho, que al finalizar la velada averiguaré que se llama Matteo Gatta, portavoz veinteañero del inmortal bardo florentino, y sus palabras encienden el asombro y el misterio; se transmite lucidez, incandescencia sentimental y también, ya en los últimos compases, algo de serenidad, de epifanía cotidiana.
La cantata va convocando el asombro nota a nota. Está interpretada en su vertiente cantada por la soprano Valentina Varriale, que rezuma clase y potencia en sus intervenciones, también sensualidad, muy bien acompañada por la Orquesta de la Comunidad de Madrid. Asistimos a un rico entramado de música y vocalizaciones que recrean los inasequibles suspiros sugeridos en los sonetos más famosos de "La Vita Nova". Por momentos, uno se maravilla ante la cadencia tan afinada que surge del oleaje de instrumentos que articulan una melodia que conmueve e inspira, por instantes uno se acerca a identificar la procedencia de esos aterciopelados sonidos.
A la salida, me admiro una vez más por la elegancia con la que el personal asiste a estas funciones. Y, sobre todo, agradezco por disfrutar de la compañía y la generosidad de mi fratello Javi, que tantos buenas oportunidades me regala para disfrutar de la música más sofisticada.
Belleza y mala hostia.
Sensible bardo.
El periodista.
Narrador madrileño.
Mortal y rosa.
Fuente de foto: elestadomental.com
José Ortega y Gasset (1883-1955) es seguramente el filósofo con mayor resonancia y capacidad de análisis del pensamiento español durante el siglo XX. En esta ocasión, meditamos en torno a Estudios sobre el amor, en la que el creador del raciovitalismo disecciona sobre las claves principales del amor con tino y vocación universalista.
El libro contiene algunas perlas reflexivas que merecen mención propia: Por ejemplo: “amar una cosa es estar empeñado en que exista; no admitir en lo que dependa de uno, la posibilidad de un universo donde aquél objeto esté ausente".
La obra se estructura en torno a un triple arco: 'Facciones del amor', 'Amor en Stendhal' y 'La elección en el amor'.
La altura del amor es tanta que, como se señala en este libro, "Dante creía que el amor mueve el sol y las estrellas". Hay muchas maneras de acercarse a ese sentimiento gravitacional que saca lo mejor de cada uno de nosotros como personas. Me gusta, por ejemplo, el acercamiento que hacía Lorenzo el Magnífico, durante el Renacimiento, a este sentimiento, al que define como "el apetito de belleza".
También es muy estimable la definición que hace Ortega del enamoramiento como "un fenómeno de la atención". Así explica que en cualquier momento que sorprendamos "la vida de nuestra conciencia hallaremos un orden mínimo, una jerarquía en una pluralidad de objetos exteriores e interiores. En efecto, siempre hallaremos alguno de ellos destacado sobre los demás, preferido, especialmente iluminado, como si nuestro foco mental, lo esfumase en su fulgor, aislándolo del resto".
En ese sentido, es revelador el análisis de la atención que hace Ortega del ser humano y de su desembocadura en el gran afecto: "somos, antes que otra cosa, un sistema nato de preferencias y desdenes. Es pues, el amor, por su misma esencia, elección. Y como brota del centro personal, de la profundidad anímica, los principios selectivos que la deciden son a la vez preferencias más íntimas y arcanas que forman nuestro carácter individual".
Por el camino, disfrutamos de una narración tan entretenida como instructiva. Es la impronta de una de las cumbres intelectuales de nuestra tradición cultural y filosófica.
Sugata Mitra es un profesor universitario indio, especializado en "educación mínimamente invasiva". Su experimento más célebre consistió en dar acceso a un ordenador con Internet a los niños de un suburbio de Nueva Delhi. La experiencia fue un éxito de organización espontánea entre los peques y de transmisión de conocimiento (ellos mismos se enseñaron entre sí a navegar por la red de redes).
El experimento se replicó en numerosas ciudades del planeta, con resultados parecidos. Después vendría el método de la abuela y la nube de la abuela. Iniciativas que nos muestran que no hay que subestimar los efectos benéficos de una actitud amable y atenta, caracterizada por el afecto y la fe en las posibilidades de cognición de las nuevas generaciones, que se multiplican gracias al valor de la cooperación y las nuevas tecnologías.
En este enlace profundizamos en los métodos de Sugata Mitra, cortesía del formidable altavoz de Alas y Raices, colectivo del que formamos parte.
Prosa picante.
Habla popular, lírica.
Belleza aérea.
Fuente de foto: biografasyvida.com