Culpa y castigo; amor y perdón.
El perdón y la culpa, también el odio y el castigo, están
más en la superficie que el amor.
Con el tiempo me fui dando cuenta de que perdonar y querer en
uno mismo te amplía.
Te permite conectar contigo mismo y, por agua, con la pluralidad.
La mayoría de nosotros somos confrontativos:
describimos ponerse de acuerdo como falsedad,
cuando en realidad es soslayar las diferencias con el otro.
Para un mismo sentido, hay que tener un margen cauce de
coincidencia.
Quiero que me quieras. “Como todo ser humano, lo que te dice
tu mujer, tu hijo, tu alumno es:
Quiéreme de verdad.
No solamente cuando agrade, complete o destelle”.
Las personas desarrolladas se caracterizan porque comparten
la vulnerabilidad.
Las comunidades desarrolladas son los que se reparten pobreza
y trabajo (sucio).
La resiliencia es la virtud catedral de un luchador.
Es la capacidad que un cuerpo tiene de recuperar la forma después
de haber sido deformado.
Los grandes buscadores superan el dolor de una pérdida o
cualquier dolor que les produzca la marea.
El juego, la lucha, el fuego.
Los que tenemos que guiar colectivos queremos que todos sean
iguales.
Pero hay adversidades
en las que le pides a tu gente: “Inventen algo”.
Y te miran midiendo:
“¿Toda la semana
uniformados y a última hora me pides que sea diferente?”
Ahí empiezas a comprender lo singular del imprescindible.
Mejor acompañarse en la diferencia.
Todo junto se escribe separado.
¿Qué se supone que debo sonreír?
El cazador que hay en mí es tu cazador.
Recuerda: la intuición es la velocidad punta de la
inteligencia.
El pase es el regate del juego asociado.
Donde no te llegue el talento,
te asistirá la guitarra de un coautor.
Regreso.
Estamos acostumbrados a pedir ayuda, pero
estamos menos acostumbrados a
darla.
Si me dejas darte, me dejas recibirme.
Emotividad.
“Siempre les digo a los colegas que hay que estar 'cerca y dispuesto'.
El juego, la lucha es fundamentalmente un aire activado por
la emotividad".
Pase. "La comunicación tiene 36 formas posibles".
Desmarque. Desperté con un arco invisible de pasiones natales.
¿Cómo se aprende a soñar?
Viendo a los que se desmarcan bien muchas veces y sacando la
matriz, el eje,
la huella que identifica el movimiento.
La formación silvestre, natural, es la mejor de todas.
No tiene normas y los jóvenes la ejecutan espontáneamente.
Pero en este mundo apenas quedan bosques natales.
(Gracias a Marcelo Bielsa por 'regalarme' su faro vital y a Diego Torres por armarlo en el diario El País. Su trabajo es el molde que nutre este viaje)
Pero en este mundo apenas quedan bosques natales.
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