viernes, mayo 18, 2007

Cuerpo hambriento


Al sur de Madrid acaban de ser editadas las notas de un náufrago. Su nombre resultará familiar a los lectores de este periódico: Eugenio López García, el escritor maldito de Griñón, el hombre lobo de nuestros tiempos. De día, educado librero; por la noche, escritor voraz. Entre medias, mujeriego melancólico. Con un estilo sencillo, Eugenio retrata al detalle la conquista del cuerpo femenino. Una excusa para fijar su adoración por la inocencia de las adolescentes, la derrota de las meretrices y los mejores arañazos junto a su compañera.
No sé si alguien se animará, pero López merecería una película como Ed Wood, aquella genialidad de Tim Burton en la que se daba cuenta de la vida de un cineasta lleno de ingenio, un tipo entregado a su obra, tan involuntariamente desastre como el autor de Nada de nada (Ediciones Calipso). La experiencia es la gasolina de estos relatos pero no es la vida de su autor. Más bien, es la disección de sus obsesiones. de ahí esa mujer repentinamente confinada en un asilo. O los guiños a sus hijas. Estremece esa historia donde sentimos, simultáneamente, como un secuestrador y su víctima. Hay demasiada repetición, pero, de repente, surgen deslumbramientos como un “miedo nuestro que estás en los cielos”, el monólogo de una cabeza sin cuerpo o una autoparodia quijotesca.

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