Haikus, liras, sonetos, submarinismo emocional...cine, series, baloncesto y algo de literatura; arrebatos y destellos para darle arraigo a la posibilidad. Lo mejor está por venir. A través de esa idea, vivo, disfruto y ordeno la realidad, que construimos juntos cada día :-). Un blog de Pedro Fernaud Quintana
miércoles, febrero 20, 2008
Borges baila un twist en una vieja cervecera madrileña
Es fácil imaginarlo como un profesional de la memoria, riendo, proyectando a través de su cerebro complejos mecanismos para explicar el universo, también el rostro de una bella muchacha o la lucha en algún arrabal porteño de finales del siglo XIX, donde luego ubicaría algunos de sus poemas. Sus escritos son misteriosos y exigen máxima concentración.
La leyenda habla también de que tanta exigencia le hacía un hombre poco sociable.Pero los mitos están para desmontarlos. O para relativizarlos. Por eso funciona tan bien la exposición que la Comunidad ha organizado en el Complejo El Águila (en el intercambiador de Delicias emerge esa antigua fábrica cervecera remodelada como funcional centro de exposiciones). Se trata de la muestra fotográfica El Atlas de Borges, un conjunto de imágenes donde se aprecian los últimos viajes de este buscador de historias.
En las fotos se ve a Borges en plena senectud, acompañado de quien primero fue su secretaria y luego su esposa, María Kodama.El genio está erosionado, camina con bastón y ya no ve. Pero todo eso es una impresión superficial, porque Borges está más contento que nunca. Se nota en el pulso de los textos que completan las fotografías.
Maravilla su habilidad para captar la esencia de un sitio en un solo párrafo. ¿La receta? Mezcla unas gotas de historia con un toque de humor y una pizca de sensaciones en primera persona. De tal forma que, no se sabes muy bien cómo, pero te encuentras bailando un twist con el viejo maestro, riendo fascinado.
martes, febrero 19, 2008
¿Es un genio?
miércoles, febrero 13, 2008
La imaginación humana se ha extinguido
Un silbido agudo, entrecortado y tenue fluye por
la coca cola cenagosa del río.
Largos hocicos tienden a pedir cielo
pero a veces se extravían
a causa del ruido constante o de la vibración de las excavadoras.
No escuchaban los mensajes de sus compañeros de manada.
Un delfín blanco
perdido
aterrado
probando músicas
músicas sin respuesta.
Sin silbidos con los que abandonar su ensimismamiento.
Música ahogada por las manos de un simio cerebro,
simio moderno escogido por el planeta para ser de nuevo planeta desierto.
¿Qué siente el último anciano de la última tribu?
En algún lugar de las aguas del Yangtsé ha sucedido
o está sucediendo.
(Para Raúl B, el hombre niño que todavía habla con los perros y que un día me contó la historia de los delfines blancos, a los que los humanos también hemos encontrado un cromo en el álbum de la extinción)