Fuente de foto: hipertextual.com
Christopher Nolan (Londres, 1970) es algo así como el Steven Spielberg, el Stanley Kubrick y el Alfred Hitchcock de nuestro tiempo (aunque es verdad que ha crecido el nivel promedio de los cineastas respecto a épocas precedentes, la genialidad a la hora de contar historias en la gran pantalla cada vez escasea más y de ahí que sobresalga tanto la brillantez de este guionista y director británico, cuya última película es considerada como el gran lanzamiento cinematográfico de este 2020).
La comparación suena hiperbólica pero es así como funciona el cine de este seductor de mentes (con el don para conectar con el gran público de Spielberg, el talento para el suspense de Hitchcock y la singularidad en los argumentos y la forma de contar historias de Kubrick) cuya grandeza (a veces, grandilocuencia) como contador de historias es el reflejo de un ego astronómico y una complejidad que acaba resultando, por momentos, hipnótica gracias a su valentía para innovar en la manera de estructurar la narrativa de sus relatos (algo que ya pudimos apreciar en otras obras de su filmografía como Memento y Origen, pero que alcanza nuevas y sorprendentes cotas en esta peli, repleta de variaciones en el punto de vista y el entrecruzamiento de tiempos narrativos).
Fuente de foto: El Diario VascoCon Tenet, Nolan desafía nuestra inteligencia y conocimientos sobre física cuántica. También logra atrapar tu atención desde la primera secuencia a través de una sucesión de pirotecnias visuales y argumentales que casi le dejan a uno sin resuello. Como le dice al protagonista una de las introductoras a este universo, no lo pienses mucho, siéntelo... Y eso es lo que uno vive a través de este carísimo perfume cinematográfico (la producción de esta historia ha superado los 200 millones de dólares): un poema en prosa que apenas se entiende aunque se intuye su lucidez, y que contiene una oda a las héroes anónimos nada desdeñable.
Grosso modo, Tenet cuenta la historia de un espía estadounidense (intererpretado con buena nota por John David Washington, hijo de Denzel) que, probado su valor y lealtad, recibe el encargo de salvar al mundo de una situación límite. A partir de esa premisa, nuestro protagonista tendrá que ir tejiendo alianzas con nuevos compañeros de viaje, al tiempo que aprende una manera nueva de manejarse en el tiempo y el espacio...
Fuente de foto: Diario SportLa película es un prodigio de efectos especiales y articulación del sonido, con una banda sonora desbordante (a veces para bien, a veces para mal porque no a todo el mundo nos gusta que nos tomen por un niño de Hammelim al que hay que 'telegrafiarle' cada emoción...). Es una dinámica que por momentos roza la ópera visual y por otros provoca irritación, sensación comprensible hasta cierto punto si tenemos en cuenta que durante la peli, casi sin solución de continuidad, como espectadores, nos toca ponernos el traje de espía, bellezón en apuros, sobreviviente y soldado...
Fuente de foto: lavanguardia.com
El sentido del ritmo es, por momentos, vibrante y atinado. En otras ocasiones la trama es reiterativa y acaba surgiendo la impaciencia y el desgaste. Con el cine de Nolan me sucede algo parecido a lo que experimento con las cintas de Tarantino y Alex de la Iglesia; su cine es excelso en cuanto a poderío visual y destreza para articular acción y dinamismo...sin embargo, sus pelis no suelen dejar poso. Y uno lamenta que no haya (o no se transmita) un mayor trasfondo vital, como si sucede con las obras de genios de este arte como Ford, Scorsese o Coppola.
Es verdad que en el caso de las pelis de Nolan hay un celofán sofisticado, tremendamente bien sustentado en un sustrato de solvencia científica y hasta narrativa, pero sus pelis no dejan ese algo más en actitudes vitales o códigos de conducta que distinguen a las obras maestras de las películas que están muy bien ... No hay una profundidad que puedas decir que te conmueva o que cambie tu manera de mirar o sentir las cosas.
Fuente de foto: elespanol.com
En cualquier caso, como producto de entretenimiento y diversión Tenet es una artesanía sobresaliente. Y también es muy estimable la capacidad interpretativa que despliegan en sus roles, tipos y tipas como Keneth Branagh, Elizabeth Debicki o Robert Pattinson; este último, por cierto, demuestra en esta película que su elección como próximo Batman (prevista para el 1 de octubre de 2021) puede que no sea tan descabellada como parecía en un primer momento...
En resumen, cine palomitero de alta escuela: ideal para
vibrar, como ese ligue de una noche lleno de química y acción, pero cuya
conversación no invita a repetir aventura...
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