Haikus, liras, sonetos, submarinismo emocional...cine, series, baloncesto y algo de literatura; arrebatos y destellos para darle arraigo a la posibilidad. Lo mejor está por venir. A través de esa idea, vivo, disfruto y ordeno la realidad, que construimos juntos cada día :-). Un blog de Pedro Fernaud Quintana
jueves, abril 23, 2015
El chico que cierra las grietas y la doble castiza de Taylor Swift
Sergio Ramos, tan admirado por sus conquistas femeninas y tan bromeado por sus carencias académicas, marcó la pauta en un Madrid ciclón, que jugó desde el primer minuto como si hubiera que noquear al rival. El partido se pudo ver en un bar atestado de gente, en el envés de una de las esquinas del cuadrado mágico de Plaza de Castilla.
Chicharito compuso una oda a la fe desde el primer envite. Jugaba con todo el cuerpo y, por momentos, miraba el flequillo de torres humanas que no terminaban de sofocar su ánimo libertario. El Madrid jugaba como el Séptimo de Caballería y la camarera, con cara de mucha vida y con chaqueta rosa a juego con sus zapatillas, servía un aquarius y un montadito, montado en sus labios, de bacon y queso. Entretanto, el Atlético exhibía el alma de metal que alimenta su orden dinámico.
Hay algo heroico en la manera en que esos obreros de la pelota preservan su arco. Con un poco de aire, también dibujan esquirlas de acierto que marcan su recorrido en la excelencia. Esta vez apenas demostraron su pólvora; mérito de un Madrid bien armado en defensa, que jugó con vibración, sinfonía y vaivenes, mezclando el violín con algunos riff de rock duro. Ramos demuestra entereza mental en sus declaraciones y una afirmación en el juego que concuerda bien con su manera valerosa y técnica de marcar la pauta en el centro del campo.
El bar sigue lleno de cañas en despaciosa ebullición. La novia de Modric abraza a su chico mientras disecciona la táctica merengue. Un par de flamencas despistadas escogen la esquina para iniciar el despegue nocturno, un padre acompasa a su hija ante un envite legal y dos viejos colegas se fríen a collejas mientras la novia de uno de ellos hipnotiza silenciosamente al personal con sus vaqueros gastados, su pelo recogido y esa belleza limpia de una Taylor Swiff castiza que no puede evitar la tentación de pintarse sus tumultuosos labios.
Entretanto, el combate discurre como la vida en sus mejores batallas. Montañas de concentración y aspereza, con cada contendiente peleando por la brizna de precisión que a veces regala el césped. El Madrid apela a la emoción cuando más vulnerable se siente, y el sortilegio surte efecto: Cristiano deja de llorar, taconea para encontrar la conexión y acaba por esquivar un par de melés para darle la gloria a Don Javier, que empuja el balón con la misma fe asfixiada con la que ha inflado el globo de la posibilidad. Gol. Marabunta en el bar. Chicharito. Arriba esos cacharritos.
Y el premio colectivo personificado en un tipo que habla de paciencia, confianza, fe y constancia. Valores llenos de polvo en un mundo que lo quiere todo y lo quiere ya. Por suerte, hay mucha vida detrás de los tiempos muertos con los que los días nos enseñan a afinar nuestro espíritu de superación.
miércoles, abril 22, 2015
martes, abril 14, 2015
El ministerio del tiempo: pasados que se resisten a curarse
Es una alegría cuando tus gustos personales coinciden con los de la mayoría. Hay algo acogedor en saberte identificado en una admiración, un entretenimiento o un disfrute. Eso es lo que me ha pasado con el Ministerio del Tiempo, la serie del año (de estos tres meses y medio que llevamos del 2015) para muchos espectadores y también para ese gremio poco complaciente de los críticos.
La serie me ha gustado porque trenza imaginación con rigor histórico y unas dosis abundantes de entretenimiento y humor. En esencia, cuenta la historia de un ministerio secreto que trabaja para mantener las estructuras de la historia de nuestro país. Lo hace a través de patrulleros del tiempo que, cual amanuenses vitales, se afanan en que el pasado no se trastoque, algo difícil cuando el flujo pasado presente empieza a estar regido por la posibilidad y las bajas pasiones.
Es fácil cogerle simpatía a Julián, el hombre de nuestro tiempo que enlaza con este equipo. Un trabajador del Samur atormentado por la pérdida de su esposa, que no logra curarse de esa herida. Demasiado joven para morir, demasiado ex-feliz para olvidar. Sobre algunas cicatrices importantes bullen también los personajes de Amelia Folch (una mujer del siglo XIX con el alma de vanguardia) y Alonso de Entrerríos, un soldado de la España imperial, tan fiero como inocente en una escala de valores que queda difuminada por las tonalidades de confusión y aceleramiento de nuestra época.
En esta serie se intuye también (la erudición propia no puede pagar ese peaje) unas saludables capas de rigor histórico y chispazos de broma que hacen más grata la digestión de este batido de aprendizajes vitales y autoparodia "somos españoles, hagan lo que mejor se nos da: improvisen". Porque, no lo olvidemos, el pasado es siempre una perspectiva del presente. Y, desde unos una sensibilidad afinada, siempre se pueden rescatas historias y personas, proyectos y avances del pasado.
Lo que nos recuerda que el tiempo es elástico y que una parte importante de nuestra prosperidad como comunidad pasa por cincelar imaginaciones que hundan sus raíces en lo más afortunado de nuestro pasado (el sentido del honor de Lope, el librepensamiento de la Residencia de Estudiantes, la denuncia del horror de las guerras de Picasso) y en semillas de presente que se hacen grandes en el... futuro, ese país (quien sabe si mundial) por inventar.
Eso pensando en comunidades. Sin perder de vista que (se hartó de repetirlo Gandhi) el cambio de verdad empieza en uno mismo, donde las mejores experiencias vitales se fraguan en el día a día. Con avances de milímetros, reconciliaciones con el pasado y presentes que respiran un triángulo de destrezas entre reto, experiencia y habilidades que crecen para saber afrontarlo.
jueves, abril 09, 2015
Japón: el minimalismo, los haikus, las geishas, los samurais y el zen
El pasado es una perspectiva del presente. Desde ese barco, uno escoge para su camarote una decoración minimalista, que te recuerda que lo esencial late en el interior. Y que las habitaciones ordenadas facilitan claridad dentro de la conciencia.
Los haikus son fotos del momento, a las que no les sobra ningún detalle. Y donde las palabras presumen de su claridad descriptiva. Es el valor de cada momento.
Eso lo sabían los samuráis, cuyas espadas afilaban el miedo, manejadas con un código de honor que horneaba la prosperidad de aquellos a quienes servían. Las geishas supieron escucharlos cuando cambió la era y algunos se hicieron profesores y otros cayeron en una marmita de licor. El placer de esas profesionales del deleite se enciende todavía en la imaginación.
En un lugar en que el zen le da las buenas noches al sintoísmo, esa religión de mil tonalidades, uno recuerda la dimensión de lo sagrado. Respiras las jornadas sencillas, buscas los autógrafos de la unidad, firmados por la cambiante naturaleza que nos ha edificado.
Los haikus son fotos del momento, a las que no les sobra ningún detalle. Y donde las palabras presumen de su claridad descriptiva. Es el valor de cada momento.
Eso lo sabían los samuráis, cuyas espadas afilaban el miedo, manejadas con un código de honor que horneaba la prosperidad de aquellos a quienes servían. Las geishas supieron escucharlos cuando cambió la era y algunos se hicieron profesores y otros cayeron en una marmita de licor. El placer de esas profesionales del deleite se enciende todavía en la imaginación.
En un lugar en que el zen le da las buenas noches al sintoísmo, esa religión de mil tonalidades, uno recuerda la dimensión de lo sagrado. Respiras las jornadas sencillas, buscas los autógrafos de la unidad, firmados por la cambiante naturaleza que nos ha edificado.
martes, abril 07, 2015
Halcón Maltés: el material del que están hechos los sueños
Los sueños están hechos de mujeres fatales, ambición, lucro que quiere crecer, asesinatos, el peso de la leyenda y los márgenes de la vida. Sobre esos ejes, gira otra obra maestra del cine negro, donde lo impredecible y lo elegante se dan la mano, mientras el detective sabe decirle sí a la siguiente copa.
lunes, abril 06, 2015
el concierto más especial
Sentados, al fondo de la cueva. Tu preciosa caligrafía de gestos tintinea mientras tu mirada compone nuevas miradas. En el centro, y comedidamente lejano, el cantante arranca latigazos de blues y snfonías de rock a la guitarra.
El diálogo de dos cuerpos. Mientras tanto, el bajo sostiene la mirada al suelo y se bebe la camisa hawaiana; lo que sea para el que prota se lleve los flashes...mientras, el batería confunde la brusquedad con la vehemencia.
En el entreacto, la noche te concede un Batería que acaricia la fuerza y los amigos dialogan con la cuerda torrencial de la vida en directo. Esa misma vida que regala tus labios de diosa ajena al tiempo.
El diálogo de dos cuerpos. Mientras tanto, el bajo sostiene la mirada al suelo y se bebe la camisa hawaiana; lo que sea para el que prota se lleve los flashes...mientras, el batería confunde la brusquedad con la vehemencia.
En el entreacto, la noche te concede un Batería que acaricia la fuerza y los amigos dialogan con la cuerda torrencial de la vida en directo. Esa misma vida que regala tus labios de diosa ajena al tiempo.
Etiquetas:
Jaby Sánchez Blues Trio
jueves, abril 02, 2015
Suscribirse a:
Entradas (Atom)