Haikus, liras, sonetos, submarinismo emocional...cine, series, baloncesto y algo de literatura; arrebatos y destellos para darle arraigo a la posibilidad. Lo mejor está por venir. A través de esa idea, vivo, disfruto y ordeno la realidad, que construimos juntos cada día :-). Un blog de Pedro Fernaud Quintana
miércoles, diciembre 31, 2014
En el año que estamos a punto de abrir...
acuérdate de pasártelo bien
fluye fácil
baila con las palabras,
los gestos,
las acciones,
el tiempo como lugar de
confluencia
Pon a trabajar la orquesta de tus músculos;
da igual si es para amar
correr,
jugar
con
los
colegas
o nadar
(todo es más fácil en el agua)
En el año que estamos a punto de abrir...
trabaja con la cabeza centrada y el corazón abierto
(también para ganarte el pan)
Bendice cada una de las cicatrices que te dejó la vida
(el dolor es/puede ser un caudal de la conciencia)
Trabaja con tus manos,
estrecha a la gente que te importa con la sonrisa;
aprende a celebrarlos
con esas pequeñas imperfecciones
que les hacen océano en tu canción
En el año que estamos a punto de abrir...
utiliza la rabia
y el enfado
como un puente para
encontrar mejoras
la superación es una construcción diaria
En el año que estamos a punto de abrir...
dale alas a tu vocación
en una verdad llamada permanencia
Protege tus sueños,
cuida de tu familia,
cultiva su felicidad,
riega a los amigos
Baila en esa sombra interior que
te hace abrazar nuestras limitaciones
Bebe con los colegas
(aunque sea un aquarius)
y comparte,
pregunta al barro
por nuevos materiales que
te construyan
mientras coges el tren de estar
despierto
En el año que estamos a punto de abrir...
Báñate con la risa de un pensamiento con chispa
llámalo anécdota
broma
chiste
vuelo con los pies pegados a la tierra
(todos los hogares empezaron con una sonrisa)
aprende a acariciar el silencio
(silencio es la luz que serpentea entre
los daños de la tormenta)
Cuando el sol esté empezando a crecer
y se deje mirar,
desnuda su belleza
y entona despacio
un perfume de violenta ternura
En el año que estamos a punto de abrir...
construye pasos que
amplíen
y
repartan
nuevas
ramas
y
raíces
En el año que abrir a punto estamos...
Acuérdate de pasarlo bien :-)
el amor es una decisión suave y segura
aprender a conocer a la otra persona; celebrarla, respetarla, conocerla, aceptarla y aprender a...
quererla mejor
quererla mejor
miércoles, diciembre 24, 2014
Feliz navidad amig@s
Espero que estas fiestas las paséis con la gente que más os importa (no todos caben en dos noches :-) y que disfrutéis con ellos de días llenos de alegría, paz, humor y complicidad.
Un abrazo y muchos muaks, a repartir según vuestro humor y condición :P
Un abrazo y muchos muaks, a repartir según vuestro humor y condición :P
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martes, diciembre 23, 2014
St. Vincent; or heroes shrewish and children who come to improve their reality
It all started in a bus stop, with the following announcement. There are people who improve with age, Vincent is not one of them...
What it is: Oliver (Jaeden Lieberher) is a boy of twelve who just arrived in
Brooklyn with his mother. Shortly after arriving, run into her new neighbor
Vincent (one Bill Murray continues to grow in contention genius and
communicative with each new interpretation). Vicent is a destroyer drunk, their
little revenue is spent on punishing the bar, buy some cans of sardines for
dilettante cat, betting on horse racing and enjoy the services of a Russian
prostitute (chameleon Naomi Watts).
Anyway,
Oliver's mother, Maggie (Melissa Mccarthy, old friend of Gilmore Girls), has to
spend entire days working to finance his new life situation (her husband just being
unfaithful) with his son. She works as a medical assistant, making scanners by
people who have tumors and diseases like that. With such a scenario, no choice
but to hire the uncle Vincent as babysitting the little Oliver is. A
relationship that charge as unexpected as interesting tone, where the two,
especially the lad, end up being changed life.
Why I like. Because it is a story where nothing is quite
as it seems. Because it is entertaining, funny, unorthodox and made several
vital learning, with suggestive ideas that remind us that even when life gets very
complicated is room to share, enrich and discover new relationships. Without
ever losing sight of the sense of wonder and tone of "let's have fun"
that has made a career Murray.
Moreover,
history avoids sentimentality and emotions with integrity and subtlety are
expressed, even portrays a handful of outsiders. Bukowski sure the teacher would take some beers with the creator of this story, Theodore Melfi, to give its approval for this film,
which fights, bazaars, beautiful women, gambling at the racetrack and humor to
counter intertwine, plus considerable dose of bad character and self-destructive
traits.
It has also
captivated me because it adds value to an idea that sometimes we internalize
costs. As time is not linear, the talent of some people, sensitivity, humanity
or transformative power of reality is not necessarily dependent (although probably)
age you put into your passport.
In other
words, children and teenagers can teach us important things crafty adults at
any given time. And, even better, there are some kids, like the case of Oliver,
the real co-protagonist of this story, which meet mature enough to stabilize
their environment and teach-remember-open the road, roads, the most important
people of his life.
The drawbacks: are the fault if you will not see it in
English; It would be heresy when a large part of the character of the characters
and the successes of the film rests on accents and tones using the characters.
When you need to see the movie. One day this Christmas to remember
that life is mysterious and that the chances of finding moments of happiness
are breaking even in the most adverse scenarios.
The icing. View Naomi Watts (muse muses, able to steal
the heart to the very King Kong) wearing garb and tacky looking, sexy apexes
while gaining disarms you with his rare blend of dance, anger, common sense,
humor and humanity.
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lunes, diciembre 22, 2014
St. Vicent; o sobre los héroes con mal carácter y los niños que vienen a mejorar su realidad
Todo empezó en la marquesina de un autobús, con el siguiente anuncio. Hay gente que mejora con la edad, Vincent no es uno de ellos…
De qué va: Oliver
es un chaval de doce años que acaba de llegar a Brooklyn con su madre. Al poco
de llegar, topan con su nuevo vecino Vincent (un Bill Murray que sigue
creciendo en genialidad y contención comunicativa con cada nueva
interpretación). Vicent es un chuzo destroyer, que se gasta sus pocos ingresos
en castigar la barra, comprar algunas latas de sardinas para su diletante gato,
apostar en las carreras de caballos y en el disfrute de los servicios de una
prostituta rusa (camaleónica Naomi Watts).
El caso es que la madre de Oliver, Maggie (Melissa Mccarthy;
vieja conocida de las Chicas Gilmore), tiene que pasarse los días enteros
currando para costearse su nueva situación vital (su marido acaba de ponerle
los cuernos) junto a su hijo. La mujer trabaja como asistente sanitaria
haciendo escaners a gente que tiene tumores y enfermedades de ese estilo. Con
semejante panorama, no le queda más remedio que contratar al tío Vincent como canguro
del pequeño Oliver. Una relación que cobrará un tono tan inesperado como
interesante, donde los dos, y especialmente el chaval, acabarán cambiándose la
vida.
Por qué me gusta.
Porque es una historia donde nada es exactamente lo que parece. Porque es
entretenida, divertida, heterodoxa y compone varios aprendizajes vitales, con
ideas sugerentes que nos recuerdan que aun cuando la vida se pone farruca queda
espacio para compartir, enriquecer y descubrir nuevas relaciones. Sin perder nunca de vista
la capacidad de asombro y el tono de “vamos a pasarlo bien” del que ha hecho
carrera Murray.
Además, la historia huye de los sentimentalismos y se
expresan las emociones con entereza y sutileza, aun cuando retrata a un buen
puñado de outsiders. Seguro que el maestro Bukowksi se tomaría unas cañas con el creador de esta historia, Theodore Melfi, para darle su aprobación por esta cinta, donde se entrelazan peleas, cambalaches, mujeres bonitas, apuestas en
el hipódromo y humor a contracorriente, además de unas considerables dosis de
mal carácter y rasgos autodestructivos.
También me ha cautivado porque pone en valor una idea que a
veces nos cuesta interiorizar. Igual que el tiempo no es lineal, el talento de
algunas personas, la sensibilidad, su humanidad o capacidad transformadora de
la realidad no depende necesariamente (aunque sí probablemente) de la edad que
pone en su DNI.
Dicho de otra manera, los niños y los adolescentes nos pueden
enseñar cosas muy importantes a los resabiados adultos en un momento dado. Y,
aún mejor, hay algunos chavales, como el caso de Oliver, el verdadero co-protagonista
de esta historia, que reúnen suficiente madurez como para estabilizar su
entorno y enseñar-recordar-abrir el camino, los caminos, a la gente más
importante de su vida.
Las pegas:
encontrarás las pegas si no vas a verla en inglés; sería una herejía cuando una
parte importante del carácter de los personajes y de los aciertos de la
película descansan en los acentos y los tonos que emplean los personajes.
Cuándo verla. Un
día de estas navidades, para recordar que la vida es misteriosa y que las
posibilidades de encontrar ratos de felicidad se abren paso aún en los
escenarios más adversos.
La guinda. Ver a
Naomi Watts (musa de musas, capaz de robarle el corazón al mismísimo King Kong)
luciendo atuendo y aspecto hortera, ganando ápices sexys mientras te desarma
con su rara mezcla de baile, enfado, sentido común, humor y humanidad.
Nikola Tesla: cuando la creatividad proporciona un salto cuántico a la ciencia
Hasta el 15 de febrero, la Fundación Telefónica, situada en
la Gran Vía de Madrid, acoge la exposición Nikola Tesla: el futuro es suyo. Tuve
la suerte de recorrerla con mi familia el pasado jueves y nos dejó fascinado. La
muestra recorre la singladura de uno de los científicos más brillantes que ha alumbrado
nuestra historia. Tesla tiene diferentes registros que le hacen especialmente
interesante.
Era un tipo de más de 1,80, que gustaba de vestir prendas
refinadas; un dandi en definitiva, algunos de sus accesorios pueden apreciarse
en la muestra. Un tipo que presumía de ser el hombre más elegante de Nueva
York, lugar del que primero se sintió muy despegado por la rudeza de su gente y
del que más tarde quedó cautivado por las posibilidades que ofrecía.
Tesla tenía una mirada que subyugaba a la gente. Esos ojos
penetrantes eran marca de la casa de este científico de origen serbio,
absolutamente obsesionado con el trabajo y las posibilidades que vislumbraba en
diferentes aspectos de la realidad. El adjetivo visionario a veces se queda
unos centímetros corto para definir su posición y hallazgos en relación al
tiempo que le tocó vivir.
Entre sus logros y descubrimientos, figura el descubrimiento
de la corriente alterna (que posibilita hoy día la electricidad en nuestros
enchufes), la invención de la bombilla (que rentabilizó Edison) y la creación
de las emisiones de radio (que se apropió de manera infame Marconi, que encima
se llevó el Premio Nobel y la medalla de haber invitado ese imprescindible
artilugio para los que en su momento estudiamos en la EGB).
Tesla tenía una mente inquieta y preclara, que le permitía
encontrar ideas estimulantes, muy novedosas para su tiempo (algunas de ellas
todavía lo siguen pareciendo para el nuestro). Esa inventiva le permitió abrir
nuevos caminos de desarrollo para la ciencia. Uno de los detalles que más me
llamó la atención es las visiones que decía tener respecto a lo que venía o lo
que ideaba. Visiones llenas de brillo, suponemos que encontradas en algún
estado entre la vigilia y el sueño vedado para la mayoría de los mortales, en
las que vislumbraba la realidad con un unas tonalidades y espacios de
representación que luego no encontraba en su mundo.
Imágenes como las de un mundo interconectado por pequeños artilugios,
de un tamaño tan pequeño como para guardarlos en un chaleco, que vencían las
distancias y nos permitirían (nos permiten ya) comunicarnos con independencia
de la distancia geográfica. Es más, Tesla consideraba que en el futuro seremos
capaces de proyectar nuestras imágenes mentales en una pantalla. Algo que por cierto ya sucede en cierta manera
cuando vamos al cine.
El caso es que Tesla era un ejemplar extraordinario. Para
muchos, representa el ideal del científico romántico entregado a la causa de
idear nuevos caminos para la ciencia y dotado con una extraordinaria capacidad
de trabajo, pero incapaz de rentabilizar luego esos avances o llevar una vida
con cierta comodidad en el trazo cotidiano. Algo que sí hizo por ejemplo de
manera compulsiva Edison. Esa incapacidad para desarrollar diferentes registros
en su personalidad (tanto disfrutaba ideando inventos) le llevó a sobrevivir de
regulona manera en los últimos días de su existencia, que terminó arruinado y
musitando ideas en los márgenes de la sociedad.
Pero eso no ha sido óbice para que sus miles de patentes hayan
ido cosechando asombro de manera gradual. Tanto es así que, con la llegada del
siglo XXI, su figura ha sido reivindicada ampliamente. Es como si el futuro,
ese territorio al que (con razón) él siempre decía que le pertenecía, empezara
a darle las gracias por tanto trabajo.
Tesla, ese hombre centrado en cuerpo y alma en concretar sus
ideas, renunció también a los placeres de la carne femenina, y eso que las
damas caían rendidas a su inteligencia y querían cita con él. Pero no era
posible. Hoy sabemos, a raíz de diferentes evidencias, que probablemente
prefería yacer con hombres. Otro territorio del que sólo podía disfrutar con
plenitud en el futuro. Por ahí también quizá se desarrolló esa sensibilidad que
tuvo a favor de dar más derechos y áreas de responsabilidad en la sociedad para
las mujeres, así como un desarrollo más integral de diferentes ámbitos de la
democracia.
Probablemente, uno de los secretos del éxito de Tesla era su
infinita curiosidad, que le llevó a armonizar y entrelazar amplios territorios
humanísticos y científicos. Si a eso agregamos una capacidad de trabajo que
deja en aficionados a los oficinistas japoneses, sus capacidades para las
operaciones abstractas en el ámbito de la ciencia y su inventiva y atrevimiento
(más propios de un poeta o de un hombre transversal en la excelencia como
Leonardo Da Vinci), encontremos los ingredientes de la ecuación de un genio.
Un hombre lleno de aristas, en suma, que está notablemente
retratado en la Fundación Telefónica, donde por el camino también conoceremos
algunos de los descubrimientos más notables de los científicos españoles de la
época, así como la vertiente pop del personaje (que en los últimos tiempos ha
sido motivo de inspiración de artistas, protagonista más o menos central de
algunas películas, como la famosa el Truco Final, otra joya de los hermanosNolan, e inspiración de creaciones callejeras en diferentes enclaves del mundo).
La valoración de los miembros de la familia no deja lugar a
la nota de esta exposición: un 9. El 10 se lo dejamos al maestro
serbio-americano, no queremos darle motivos para que le entren tentaciones de
emplear su célebre rayo de la muerte…
Pd2: gracias a mi tía Mela, por recomendarnos la exposición; tía, que Dios te conserve el buen ojo para ver las mejoras cosas aunque sea desde en medio del océano ;-).
martes, diciembre 16, 2014
Relatos salvajes: una catarsis para disolver el mal humor de la semana
De qué va: se
trata de una colección de relatos visuales que exprimen las malas ideas de una
cabeza cualquiera, enfrentadas a las dificultades de una vida, un día o una
situación límite.
Por qué me gusta:
por el anuncio que enmarca estas líneas. Porque contiene montañas de saludable
mala leche con las que neutralizar las dificultades de una semana cualquiera.
Cada una de las historias que integran este relato coral es una salida de
emergencia, desbocada, a la rabia acumulada que una vida promedio puede
acumular en un momento determinado de su vida. Son salidas salvajes,
desproporcionadas; que construyen toboganes a favor del “más enfado todavía”.
Por el camino, te disuelves del mar humor, te asombras,
sufres y, sobre todo, disfrutas. Todo combinado en un liberador mismo tiempo.
Porque tu animal salvaje comprende que no está solo. Claro que como animal
humano que se precie también acabas estallando en carcajadas ante tanta
liberación de mala hostia.
Las pegas: quizá
no sea la mejor idea visitar esta cinta en un día particularmente cínico (o sí,
si uno piensa en una terapia de choque). El caso es que la rabia, el enfado, el
mal humor, la desesperanza, el absurdo y la desesperación de muchas mujeres y
hombres fluyen con facilidad en este pentagrama de catarsis (purificación de
las pasiones del ánimo mediante las emociones que provoca la contemplación de
una situación trágica; Liberación o eliminación de los recuerdos que alteran la
mente o el equilibrio nervioso).
Cuándo verla.
Entresemana, en la cima de un enfado, del desencanto o el hartazgo, por esas
pequeñas miserias que no dependen de uno. Y en buena compañía (que con esta
película significa alguien que sepa, quiera, fluya con la música…Quien dice
música dice risa J
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Crítica Relatos Salvajes,
Damián Szifron,
Relatos Salvajes
lunes, diciembre 15, 2014
20.000 días en la tierra: la vida de un salvaje centrado en cantar historias
De qué va. Esta
película, a medio camino entre el documental y la ficción, retrata el alma y el
trazo cotidiano de Nick Cave, un músico australiano del que tenía alguna
noticia gracias a la prensa…
La cinta revela el paisaje vital de un tipo con una
sensibilidad fuera de lo común, que celebra sus 20.000 días en la tierra (57
palos para los no habituados a estas cuentas) con un rastro en el que se
entremezclan sus recuerdos de infancia (llena de aventuras y una oreja pegada a
los raíles del tren para anticipar el sonido de la locomotora) con anécdotas de
su vida como ídolo de masas y sobreviviente a los excesos con las drogas.
Por el camino, queda de relieve la piel absorbente de un tío
que estructura su vida a partir de la escritura de historias, su mujer, el
cuidado de sus hijos y el proceso integral de contar, cantar y deformar con
terciopelo esas historias.
Por qué me gusta. Porque es divertida, porque es irreverente
y porque el protagonista tiene carisma y se mueve con suficiente elegancia y
humor como para que su sombreado universo esté poblado de sorpresa y destellos
de esperanza.
Cave es suficientemente valiente como para abrir la gruta
emocional de una estrella del rock y por el camino quedan de relieve sus principales
motivaciones vitales, mientras charla con un psicoanalista (emocionante cuando
evoca la figura de su padre), sus músicos (y sin embargo, amigos), así como
antiguos compañeros de viaje, con la tremendérrima Kylie Minogue ocupando un
puesto muy especial.
Las pegas: Tanto
se retuercen las galaxias sobre las que gravita este trovador del XXI que a
veces te cansa, lo mismo que otras veces te hace gracia: el peligro de que tu
agujero negro (atención de estrella) conceda demasiados planos a tu ombligo…
Cuándo verla. Por
la noche. Envuelto en asombro y con buena compañía para luego saborear con
pausa los sofisticados disparates de este ‘bebedor’ de historias.
Las guindas:
Cuando explica (y cómo lo explica) el big bang
interior que sintió al conocer a su mujer.
El momento en que el ve Scarface junto a sus hijos.
La elegancia (el traje, los pasos, el humor
negro) de este rockero que viste trajes de caballero con sombra.
sábado, diciembre 13, 2014
La Sal de la Tierra: deslumbramiento, horror y esperanza
La historia está dirigida por Win Wenders (El Cielo de
Berlín, Paris Texas) y el hijo de mayor de Salgado (Julian). El documental
discurre a través de cuatro voces: la del propio Salgado, la de su padre, la de
su hijo y la del director alemán, que parece haber recuperado su swing gracias
a sus últimos trabajos como documentalista. En esa línea, el tío Win estructura
un relato articulado de las imágenes de Salgado, evocadores grabaciones
fílmicas y los testimonios de los narradores.
Por qué me gusta.
Porque viaja a la esencia de la condición humana sin edulcorantes, en sintonía
con el trabajo de Salgado. La película conmueve desde el principio. Por sus
silencios. Por la vibración suave de su banda sonora. Por la fuerza expresiva
de sus imágenes y la lucidez de Salgado para explicar el mundo y la sal de
esta: las personas.
El trabajo de Salgado ha abarcado diferentes ámbitos de la condición
humana; la realidad de los refugiados, el hambruna de numerosas regiones
africanas, como El Sahel, los hábitos y las estructuras sociales de las tribus
amazónicas y los pueblos andinos, también el horror del genocidio ruandés…
Su trabajo concilia el mérito de encender belleza y al
tiempo documentar realidades humanas diversas (difíciles, atroces, estimulantes…)
con un extraño equilibrio de poesía, compasión y asombro. Eso sí, para alguien
humanista como él, el peaje para modelar estas miradas, por retratar esos
mundos, ha sido bastante elevado. “Mi alma llegó a enfermar” afirma tras el
relatar el horror que captó (y vivió) durante el conflicto ruandés.
Dos frases condensan la esencia de su mirada. “el hombre es
un animal feroz”. “No es un problema de catástrofe natural el nuestro, sino de
reparto de riqueza”. Para regenerar su fe en el género humano, se embarcó en un
inspirador proyecto, que tuve la suerte de contemplar este verano en Tenerife.
Este muestrario de fotos devela la fuerza y diversidad
ecológica, animal y antropológica que todavía contiene nuestro planeta. Una
riqueza que conecta con dos de los momentos más sobresalientes de la historia:
la lentitud conectada de los pueblos andinos y la dureza adaptativa de los ‘cowboys
siberianos’.
En suma, me gusta esta historia porque sintetiza la belleza
de las imágenes de Salgado con su peripecia biográfica y la realidad a menudo
adversa de los mundos que estamos desarrollando. (No me puedo quitar de la
emoción las imágenes de las minas de oro brasileñas con las que despega el
documental).
Las pegas: Wenders compone una oda en toda regla al amigo
brasileño. El autor (y da la sensación que la persona) merecen la admiración
pero a veces se echa de menos algo más de sutileza y de contención (menos énfasis)
en la narración y los rotulados. Menos es más…
Cuándo verla. Por
la tarde. Cuando estés pleno de energía y atención. De lo contrario, corres el
riesgo de entrar en semisueño con este trípitico de belleza-pesadilla-canto a
la esperanza. Procura verla en momentos de vigilia atenta, ya que la historia te
conmoverá te destruirá y construirá a un tiempo…Con un estimulante mensaje de unidad
con la naturaleza como epilogo esperanzador.
viernes, diciembre 12, 2014
Ladrones de esperanza, rincones de cambio
De qué va. Cuenta
la historia de un grupo de niños y adolescentes brasileños que sobreviven en un
poblado de favelas que linda con un vertedero, donde los chavales y toda una
comunidad de familias sobreviven día a día rescatando cosas de la basura. Así
hasta que uno de ellos descubrirá una cartera que cambiará para siempre el
curso de sus vidas.
Por qué me gusta.
Es dinámica, fresca e irreverente. Pone el foco en la denuncia social, pero no
se queda ahí. Agrega buenas dosis de acción, fantasía y ternura, sin escatimar
tampoco en raciones de humor y un ritmo bastante conseguido.
Además, es impagable ver falar portugués e inglés
alternativamente a Martin Sheen, que en esta película hace de sacerdote yankee
que funciona como referente moral de la comunidad.
Las pegas. Por
momentos, tiene toques de irrealidad (rollo Matrix, las balas se hacen las
erráticas con una milagrosa obstinación…). Da igual, lo pasas teta con el humor
y el mundo interior de los chavales y la delicadeza y valentía con la que se
protegen. Además, el director demuestra pulso para moverse entre lo mágico y lo
real para acabar construyendo un relato sólido, que tampoco esquiva ninguno de
los rincones sórdidos del mundo que retrata.
Cuándo verla. Muy
apropiado para los días en los que estás adormilado o de resaca. Te
revitaliza.
martes, diciembre 09, 2014
Las mudanzas de la camaradería y la mala hostia masculina
Elegancia. La elegancia fluye, ha fluido, en el trazo
cotidiano de miles de historias de nuestra historia reciente, que es lo que se
retrata en es este poema en movimiento.
Tipos de acero, subyugados por el destino, que conservan su
poder y vibración mientras martillean. Una gigantesca ola de sonido y rabia que
genera suficiente facilidad como para ir bosquejando armónicos deslizamientos
sincronizados y gestos directos.
Una seguridad llena de locura y armonía gestual que ha
estructurado las relaciones de trabajo (con su balsa de camaradería) y
sobrevivencia, también dominación, durante decenios. Para eso está la danza
contemporánea, para destilar esa belleza y fundir los músculos de la orquesta
corporal con los del baile interior de los espectadores.
En los peores momentos, casi nos transferimos extinción.
En los mejores, más abundantes de lo que parece, hacemos de
la risa, la atención y la persistencia un poema colectivo de proyectos
definidos.
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lunes, diciembre 08, 2014
El amor es extraño
De qué va
Una pareja madura decide por fin formalizar su relación tras
decenios de feliz convivencia. El asunto en sí tiene su miga, sobre todo si
consideramos el hecho de que sean homosexuales y uno de ellos trabaje en el
coro de una iglesia.
El asunto se complica cuando esa misma Iglesia, que hacía
hasta hora la vista gorda cuando vivían en pecado, deciden aplicar el peso de
la absurdez (injusticia) de su código ideológico y poner al director de la
calle.
A partir de ahí, todo lo que parecía armónico encalla con la
realidad cotidiana de mujeres y hombres asediados por sus egoísmos, temores y
aceleración cotidiana.
Por qué me gusta
Debo aclarar que me costó entrar en la historia. Por
momentos, algunos de sus protagonistas me parecían seres ensimismados y algo
llorones, cuando no egoístas. Sin
embargo, conforme discurre la película aprendes a apreciar a los personajes y
te deleitas con sus toques de humor, generosidad, frescura y vulnerabilidad.
Porque el gran mérito de esta historia es que toca la delicadeza de la que
todos estamos hechos con un sentido de la verosimilitud y la emoción admirable.
Hasta el punto de que la historia principal y otra menos esperable te
conmueven.
Las pegas: resulta difícil (me resulta complicado) empatizar
con la mayoría de los personajes durante algunos tramos de la película. Y, por
momentos, la historia te genera inquietud, buena señal (paradoja) si pensamos
que estamos sintiendo la vida promedio yankee (de las clases blancas medias
altas) sin salsas ni aditivos.
Cuándo verla: con
serenidad de espíritu y ánimo reconfortado.
La guinda: ver a
la sexy Marisa Tomei en camisa, luciendo sus espléndidas piernas y poniendo
morritos cuando reflexiona o tiene que salir de apuros cotidianos.
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película
martes, diciembre 02, 2014
domingo, noviembre 30, 2014
sábado, noviembre 29, 2014
una definición de éxito
éxito es trabajar con tus manos, tu corazón y tu cabeza para ser feliz y hacer feliz a la gente que te importa
Foto de Marc Riboud
Foto de Marc Riboud
viernes, noviembre 28, 2014
Zlatan Ibrahimović: poeta furioso, karateca de lo sutil
Algunos futbolistas, como algunas personas, generan tal sensación de facilidad en lo que hacen que a menudo dejan la impresión de que podrían dar algo más. Es el caso de Zlatan Ibrahimović. Cuando uno ve en acción al gigante sueco (de madre croata y padre bosnio) la primera imagen que te viene a la cabeza es la de un chaval que está jugando en el recreo del colegio con niños dos o tres años más pequeños que él.
La impresión es algo más que subjetiva. El tipo mide 1,95 y
gasta un físico fuerte y fibroso a un tiempo, producto de muchas horas de
gimnasio y probablemente también de una temprana afición al boxeo y el taekwondo.
En el campo, el internacional sueco alterna algunos comportamientos de niñato
(con desprecios a algunos compañeros y rivales –de los periodistas ni
hablamos-) con destellos de superclase.
La sensación que me ha quedado cuando le he visto jugar con
cierta continuidad es que este tipo tiene algo de Romario gigante (por su habilidad
para el regate y facilidad goleadora); cualidades a las que agrega algunos
gestos de sutil pasador (vean por ejemplo el pase con el que se inicia el
primer gol del Paris Saint Germain este pasado martes ante el Ajax,
donde nuestro protagonista ajusto la mirilla para marcar el segundo tanto de la
noche).
No creo que haya ningún otro delantero en el mundo que
armonice tan bien la rabia, la plasticidad, la violencia en el golpeo del balón
y la eficacia goleadora. El enfant terrible del área parece disfrutar de verdad
fuera de ella. Es como si todas las horas de su vida que ha gastado jugando a los
videojuegos cuajaran en una fijación animal por embocar la pelota en la
portería con disparos de 35, 40 metros; patadas voladoras que conectan
precisión y potencia.
Cuando se quieren dar cuenta, los porteros se han convertido
existencialistas franceses, dudando hasta de la rotación de sus caderas. La
singularidad de este tipo se fraguó pronto. A los dos años, sus padres se
separaron y él creció en un barrio ajeno a las grandes corrientes de la ciudad.
Amaba jugar con sus colegas de toda la vida. Hasta que subió el nivel y fichó
por el Malmoe con doce años. Esa parte de su singladura está relatada con mucho
sabor en este programa de Fiebre Maldini.
El caso es que el tipo se hizo jugador profesional de fútbol
de primer nivel y se hinchó a marcar goles y ganar títulos de liga en Holanda
(Ajax de Amsterdam), Italia (Juventus –aunque los títulos con los turineses
quedaran anulados con el tema de los amaños de los partidos, el famoso MoggiGate-, Inter y Milán), España (Barcelona) y ahora Francia (Paris Saint Germain). No
obstante, con su selección no ha pasado de tener alguna actuación puntual
brillante en partidos de grandes citas (más allá de su regular frecuencia
goleadora). Tanto es así que por ejemplo no logró liderar una clasificación del
combinado escandinavo al mundial de este año, ni al de 2010.
Durante este tiempo, el gigantón ha atemperado algo su mal
carácter (en el que probablemente jugaron un papel importante el alcoholismo de
su padre -atormentado por la Guerra en su Bosnia natal- y la temprana
separación de sus padres) y ha ido ganando en regularidad y frecuencia
goleadora. También ha tenido tiempo para unirse a una bellezón sueca, empresaria
y 11 años mayor que él, Helen Seger Svensson,
con la que ha tenido dos hijos. En los últimos tiempos, se advierten signos de
mayor madurez en su temperamento.
Eso sí, sin perder la arrogancia que (paradójico o no) le ha granjeado muchas simpatías entre los aficionados de medio mundo, especialmente los más jóvenes. No parece casual. Hay algo de superhéroe atormentado en este gigantón de condiciones improbables: grande, elástico y resolutivo. Ha marcado muchos goles, sí. Algunos de espléndida factura. Y ha mejorado por lo general a los equipos con los que ha competido (para sumar un total de 9 ligas en cuatro países diferentes, además de una Supercopa de Europa y un Mundial de clubes, entre otros títulos).
Pero su historia habla también de sus problemas para vivir
en armonía con los compañeros de su mayoría de sus equipos; en cualquier momento
puede perder la paciencia o los nervios. En su historial también pesa la
ausencia de una Champions en sus vitrinas (con esa cicatriz especial de la
temporada en el Guardiola Team, que todavía le escuece. Es curioso, en ese
sentido, como no pierde la ocasión para mandar ninguneos al ‘filósofo’,
aunque luego sea capaz de votarle para entrenador del año).
Lo cierto es que su carácter melancólico tampoco ha ayudado
a encajar las piezas y a darle una mayor continuidad en el juego (podría, por
ejemplo, fabricar más pases de gol o ser más solidario en las labores
defensivas). Da igual. Él ya está de vuelta de todo eso. “Juego para
divertirme”. Si no, para él no tiene sentido el juego. No es ni siquiera una
cuestión de que ahora sea multimillonario. Lo sentía y expresaba igual cuando
era un adolescente y estuvo a punto de dejar en una cuneta al juego que le había
elegido y que tanta gloria le reportaría.
En esa línea, le encanta bravuconear y soltar patadas hasta
para bromear a sus compañeros (que se lo digan a Cassano) y ahí sigue el tío.
Quizá no tengo los registros, la capacidad y la continuidad de Messi (Superman)
y Ronaldo (Batman). Él no puede, como
ellos, escribir en prosa (aunque sea una prosa beatnik como la del portugués).
Sin embargo, le ha bastado su condición de poeta furioso
(con goles de espuela que parecen sacados de Matrix) para enamorar a medio
planeta, sentido del humor incluido (Ironman podría ser una buena comparación para él). Así hasta ser considerado por la mayoría
como el tercer mejor delantero del planeta del fútbol actual. Y eso que merece
la pena considerar la valoración de este jugador que hace mi amigo Gus. “Podría
haber sido un grande, a la altura del primer Ronaldo o Zidane, pero la cabeza
no le ha acompañado. Y eso que ahora parece que empieza a tomárselo más en
serio…".
No obstante, el protagonista de estas líneas no pierde la idea
de ser el mejor: “esa es mi motivación. Siempre estoy pensando en mejorar el
nivel”. Tanto, que no tiene empacho en autoproclamarse Dios, sin ahorrar
adjetivos elogiosos a sus compañeros favoritos de viaje.
Mi sensación: en algún lugar de nosotros, nos cae bien Ibra
porque todos quisimos ser alguna vez ser el chico malo del barrio. Sonreír ante
todo atisbo de crítica, sobre todo cuando estamos enfadados. Responder a todo
desafío con un: ¿conoces a Zlatan? (que remite al “soy el más grande, soy el
más grande” de Alí). Y destilar la violencia interior en unas bellezas que
combinan fotogenia, plenitud y gol. Éxito centrifugado en décimas de furia y
coordinación.
A sus 33 años, el capo rebelde da síntomas de haber centrado
más su cabeza (nunca dejó de pensar en el fútbol) y parece emitir sutiles
señales de haber comprendido que el juego es una sinfonía colectiva. No sabemos
si es un espejismo, un deseo de aficionados sedientos de evolución en la
variedad de reyes o la constatación de una realidad en marcha.
Sea como fuere, en un tiempo en el que Cristiano y Messi se
disputan el cetro de jugón de jugones, Saint Germain cobija al que puede ser
tapado para liderar la victoriosa tropa del
año (equilibrio, talento y coordinación no le falta al equipo francés), que de
momento subyuga al Barça a la
segunda plaza de su grupo.
¿Nuevo rey de Europa en la vieja París? Quizá el rey sol
esté de vuelta…
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