Buenas noches
Bienvenidos/bienvenidas a esta cena vecinal que con tantas ganas organizamos año tras año. Esperamos que hayáis disfrutado mucho de las viandas y de la compañía. Para nosotros, la Asociación Humanista Entrevecinos, es una alegría juntarnos hoy con las personas con las que vamos tejiendo lazos en los diferentes proyectos que hemos ido desarrollando a lo largo del año. Esta fecha, 21 de diciembre, celebramos también el solsticio de invierno en este hemisferio norte, un hito que simboliza el renacimiento y la renovación. Hoy es el día más corto y la noche más larga del año; a partir de aquí los días comienzan a alargarse nuevamente, lo que a menudo se interpreta como la victoria de la luz sobre la oscuridad, un tema recurrente en mitologías y tradiciones.
Fieles a nuestra mejor tradición, queremos hacernos un regalo. Esta noche nos obsequiamos una pequeña libreta. Nos gustaría que esta cumpla un doble propósito. Por un lado, que sirva para ir anotando todos esos aprendizajes y comprensiones que se elaboran en el trazo cotidiano. Así como para ir captando esos chispazos y momentos de inspiración que vienen de otro lugar y elevan la esperanza. Momentos interesantes como los que se aprecian en la ilustración del pequeño bloc que acabáis de recibir, claves en el día a día y que nos aportan fuerza y claridad para saber cómo abrirnos camino.
Por otro lado, este año queremos sumarle otro intangible. Nos gustaría que dedicáramos la primera hoja de esta libreta para anotar una o dos aspiraciones de calado con las que queremos construir en este 2024 que estamos cerca de estrenar. Hablamos de una o dos cosas que queremos cambiar o hacer crecer. Planes que colaboran con la vida y nos ponen en la senda de aportar y aprender.
Pensamos que es muy importante eso de ponerse retos y aspiraciones…Horizontes que tengan el sabor de lo unitivo y pongan de acuerdo el mejoramiento de la vida personal y social, recomponiendo así el tejido que nos abre futuro a todos. De lo contrario, crecen las opciones de que nos desnortemos, de que otros nos impongan su escala de intereses, o de que bajemos los brazos, contagiados por un nihilismo en el que el individualismo campa, cada vez más, a sus anchas, en un mundo donde el dinero es el mito de nuestro tiempo…
Ojalá aprendamos en este 2024 que ya se divisa en la otra orilla a sintonizar con lo más interesante de nuestra interioridad: un ser humano que piensa en conjunto, un ser humano que tiene conciencia de sí y que siente al otro por dentro, un ser humano que hace a través del altruismo, la reciprocidad y la solidaridad.
Un Ser Humano, en definitiva, que aspira a tratar al otro como a sí mismo.