La vieja puerta tiene varios arcos y la solidez de un dragón maduro.
Encima de ella, algunos angelotes se hacen los diletantes a la hora de repartir el veneno del amor...
el río de coches y de elefantes metálicos quiere robarle protagonismo,
nada nuevo para un lugar que parece decirte: no llores, vuela, con los pies bailados en el asfalto...
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