Priorizar nítido.
Superar sufrimiento.
Componer gestos.
Son solidario.
Ordenar nuestra vida.
Es lo unitivo.
Cuidar Escuela.
Aportar y comprender.
Aprender coral.
Haikus, liras, sonetos, submarinismo emocional...cine, series, baloncesto y algo de literatura; arrebatos y destellos para darle arraigo a la posibilidad. Lo mejor está por venir. A través de esa idea, vivo, disfruto y ordeno la realidad, que construimos juntos cada día :-). Un blog de Pedro Fernaud Quintana
Superar sufrimiento.
Componer gestos.
Son solidario.
Ordenar nuestra vida.
Es lo unitivo.
Cuidar Escuela.
Aportar y comprender.
Aprender coral.
En este contexto, un médico perteneciente a ese conjunto humano, Pedro, se debate en una encrucijada amorosa: sus apetencias oscilan entre seguir aspirando al amor de su vida, Pilar, o sucumbir a los voluptuosos encantos de un atractiva colombiana, Luz Gabriela. Ese es uno de los ejes vertebradores de esta apasionante historia. El otro tiene que ver con conocer (y enamorarse) del pueblo colombiano y sus gentes. Al tiempo que indagamos en algunas de las realidades más difíciles y violentas del país de García Márquez y la biodiversidad con mayúsculas.
Con estos mimbres, el novelista madrileño Sergio Fernández Frey compone una historia llena de matices y claroscuros, que cautiva la imaginación del lector gracias a su pulso certero, vibrante por momentos, a través del que hilvana esta historia con un aroma cinematográfico, de manera que logra que leas esta narración con fruición. En esa línea de compleja sencillez, resulta muy estimable la construcción de los personajes de esta novela, hechos con rasgos poliédricos, en los que se combinan a un tiempo la cercanía, la simpatía, las sombras, la nobleza, la valentía y un amplio abanico de matices emocionales que te sorprenden en cada esquina. En un escenario adverso por momentos, también desfilan seres humanos dañados por la codicia y el afán insaciable del deseo de venganza.
La historia funciona a muchas capas. Perfectamente, podría encarnarse en una película para el cine o en una serie para alguna de las grandes plataformas televisivas del momento. Tiene momentos de comedia y mucha acción, así como buenas dosis de drama y suspense. A pesar de la visión desesperanzada que a veces se filtra en la voz del autor a través de algunos de sus personajes, sobre todo el principal y el narrador omnisciente que nos relata la historia, prima una sensación de futuro abierto y esperanza para quien visite esta historia y los personajes centrales que la pueblan.
La esperanza, eso sí, no siempre funciona con las coordenadas estrictamente existenciales. Hay en esta epopeya un canto a la vida. Hablamos de un relato que es ejemplar es la manera tan minuciosa en la que se relatan los pliegues de los usos costumbres y carácter de pueblo colombiano y español, así como detalles vinculados a las herramientas del arte de la guerra y la curación que ponen en juego los artífices de la historia. Hay fe en la infancia como recipiente primigenio de nobleza y maravilla humana. Hay confianza en la fuerza de los sueños, el afecto y las más nobles causas. Hay también estupor y horror cuando acaba imponiéndose el sinsentido que a veces deben afrontar los cooperantes en entornos muy adversos.
Y, por encima de todo, hay un suave perfume de búsqueda más allá de las apariencias. Una singladura en la que nada es exclusivamente como lo habíamos imaginado. Hay una esencia (que se desliza en esos juegos metaliterarios, llenos de humor, en los que el autor revela sus aprendizajes laboriosos sobre los excesos de primeras veces) en los que late un deseo genuino de buscar más allá de lo superficial. Hay, en definitiva, una búsqueda de la belleza con significado que solo se puede encontrar en la vida cuando metes el cuerpo (y el alma) en la tarea que te propusiste. Por eso deja poso este libro: porque entretiene sí, pero sobre todo porque algunos de sus personajes muestran una íntima rebelión contra la violencia y las injusticias. De ese manantial incandescente, hecho de intención y bondad, están conformados esos personajes que nos muestran lumbre de futuro a esa Comunidad que construimos cada día, en un camino hecho de pequeños detalles, en el que acaba emergiendo la esperanza de un porvenir que dé sentido a este viaje de aventura, sufrimiento, dolor y esperanza que llevamos algún tiempo componiendo como especie.
Suelo inestable.
La apertura al mundo.
El espejismo.
Hipnotizarse.
Casero y traicionero.
Más perspectiva.
Acariciarlo.
Comprensión (ganar en).
Fuerza: el mundo.
La obra nos cuenta el duelo que el dramaturgo uruguayo Sergio Blanco hace por el fallecimiento de su madre. Lo hace a través de la autoficción, que se entremezcla (intuimos) con verdades honda que ligaban a esa mujer, profesora de literatura e irreductible alentadora de la vida, con su hijo, que se expande y se contrae como monólogos, diálogos y juegos musicales con los que teje una grata y por momentos conmovedora, triste y hasta desgarradora conversación con tres antiguos alumnos de la profesora que partió (gracias Bro por invitarme a sitios tan edificantes), mientras rompe con maestría la cuarta pared y los convencionalismos narrativos, situando al espectador en un continuo ejercicio interpretativo que eleva el misterio del relato y enriquece la mirada de quién cohabita la narración.
La historia sirve pues para honrar la memoria de esa creyente en el ser humano y su capacidad de aprendizaje, y por el camino nos deja valiosas lecciones vitales que valen para la vida de cualquier persona: ten fe en ti mismo y no desesperes…abre futuro con cada paso que emprendas…
Cultivaremos pues el camino; siempre es más agradable hacerlo en compañía de actores y actrices tan excelsos (con Andrea Davidovics, Soledad Frugone, Tomás Piñeiro y Sebastián Serantes componiendo emoción y verosimilitud a gran tono) como las que dan vida a este canto a la vida (con listas que detallan la alegría por vivir) que se concreta a través de la ayuda y el afecto que brinda la madre de Blanco a los protagonistas de esta obra de teatro, que deja un poso de esperanza y fe en el sentido de la existencia.
Fuentes de foto: Gub.uy, Entradas de Vanguardia, Centro Dramático Nacional
Luchar por vida.
Celebrar cada día.
Conmueve, goza.
Desdramatizar.
El canto aventurero.
Gracias, ayuda.
Aprender, pasos.
Cultivar relaciones.
Contar honesto.
Fuente de foto: RTVE.es
Es testimoniar.
Intencional, buen trato.
Pueblos, hermanos.
Cuidarse muy bien.
La energía para dar.
Es lo unitivo.
Intangible
El pegamento.
Sí: elévanos brújula.
Algo unitivo.
Los tangibles
Cuidar detalle.
Ligados al sentido.
Primar proceso.
Repetir mejor.
Aceptar cada cambio.
Salir nostalgia.
Juntar amigos.
Reírse de uno mismo.
Recobrar chispa.
Fuente de foto: Fotogramas
Trato liviano.
La firmeza en lo esencial.
Timón gratitud.
Genio volcánico.
Regatear: gol certero.
Espuelas: clase.
De mecha corta.
Divertirse y divertir.
Campeón Depor.
Fuente de foto: El Mundo
Es superarse.
Celebrar y compartir.
Un vibrar mutuo.
Evento global.
Es afinar el esfuerzo.
Gloria colectiva.
Fuente de foto: El Español
La necesidad.
Construir con coherencia.
¿Qué es esencial?
Atracción.
Los chispazos violentos.
La literatura.
Es un romance.
Sospechas e insidias.
Horror en poseer.
Fuente de foto: SensaCine
Oficio en ganar.
La paciencia y alta fe.
Vuelo de confiar.
Aguanta asedios.
Elabora jugadas.
!Vini y Carva, gol!
Tolerar golpes.
Un rebelarse interior.
Construir futuro.
Aprender coral.
Abre oportunidades.
Y la esperanza.
Fuente de foto: Fotogramas
La Fuerza y bondad.
Guia en sabiduría.
Bien emplazado.
Mimar proceso.
Es cuidar y cuidarse.
Escucha calma.
La ayuda activa.
Perspectiva profunda.
Unir futuros.
Fuerza en pioneros.
Construir, delicadeza.
Erigir límites.
La diversidad.
Superar la venganza.
Es el encuentro.
Fuerza de pares.
Amar las diferencias.
Romanticismo.
Viaje redentor.
Risas, diversión.
Afecto nuevo.
Superar trabas.
Reir y abismarse.
Superar miedos.
Fuente de foto: FilmAffinity
Cambiar egregio.
Es vibrar con el pueblo.
Guiar unidad.
Batalla cruenta.
Batallas que quiebran.
Absurdo guerra.
Vida, madura.
Desierto aprender.
¿Vale ese gesto?
Fuente de foto: SensaCine
Amor que vuelve.
La pillería y humor.
Paisajes de diez.
Momentos lúcidos.
Probar nuevos límites.
Dejarse llevar.
Fuente de foto: Espinof
La cena romántica.
Es la oda mejicana.
Renovar vínculo.
Estar en cima.
Donde reina superfluo.
Caer en la cuenta.
Despertar vital.
Es volver a las raíces.
Ser más humilde.
Cambiar espíritu.
Sí, de ganar a incluir.
Coral valía.
Fuente de foto: Amazon Prime
Avivar magias.
La comedia en familia.
Aventura amplia.
Un poco, miedo.
Acto valiente, orden.
Es la esperanza.
Afecto nuevo.
Mezclado con historia.
Común avance.
Hablar con perros.
Es confiar en la vida.
Trabajo coral.
Compartir juntos.
Las risas y anécdotas.
Diverso atender.
Es la gratitud.
Trayectoria que es coral.
Un afecto amplio.
Es testimoniar.
Celebrar sutilezas.
Valente y joven.
Común espíritu.
Diversidad de roles.
Aprender coral.
Abrir la mente.
Ejercitar el desapego.
Disfrutar, reír.
Encontrar eje.
Camino compartido.
Comunicarse.
Fuente de foto: Premios Goya
Vivas, pulcritud.
Hacerlo bien, con calma.
Y a conciencia.
Disfrutar vida.
Los pequeños placeres.
Respirar, desear.
Sonidos suaves.
Música y lectura.
Domar dragones.
Es expresarse.
Con un arte en silencios.
Tratarse muy bien.
Cuidar de otros.
Sin muchas estridencias.
Es conmoverse.
Un viaje épico.
Penalidades varias.
El tour más coral.
Es ser valiente.
Despertar del ensueño.
Arte de ayudar.
Fuente de foto: FilmAffinity
Disfrutar éxito.
La envidia y rencillas.
Un plan familiar.
Honrar camino.
Elegir es cuidarnos.
Amplia empatía.
Fuente de imagen: La Nación