( El Alta Gestión pone contra las cuerdas al Regal Barcelona, pero finalmente un bloqueo ofensivo local a principios de último cuarto facilita el definitivo triunfo blaugrana)
Hay derrotas que suponen el cimiento hacia un nuevo camino: más sólido, más fructífero, más emocionante. Algo así supuso la derrota de este domingo del Alta Gestión ante el Regal Barcelona, en un partido trepidante, caracterizado por la abundancia de acciones espectaculares, que dejó unas cuentas buenas noticias para el bando fuenlabreño.
Hay derrotas que suponen el cimiento hacia un nuevo camino: más sólido, más fructífero, más emocionante. Algo así supuso la derrota de este domingo del Alta Gestión ante el Regal Barcelona, en un partido trepidante, caracterizado por la abundancia de acciones espectaculares, que dejó unas cuentas buenas noticias para el bando fuenlabreño.
La primera de ellas, el extraordinario debut de Nikol Tsikitisvilhi, el deseado ala pívot georgiano quien por fin se enfundó la zamarra naranja y lo celebró embocando triples de todas las facturas (6 de 7 en venticinco minutos de acción). Semejante arreón anotador también tuvo un efecto contagio entre sus compañeros, con Leo Mainoldi a la cabeza. El argentino protagonizó su mejor encuentro de la temporada hasta ahora (8 puntos, 5 rebotes y 1 asistencias) en sólo 14 minutos de acción. Juntos, los ala-pivots naranjas (gracias a sus 2,12 el georgiano también puede jugar de center) comandaron un tercer acto soberbio (29-22), que puso a los locales con opciones de ganar el encuentro.
Pero, lástima, enfrente estaba el equipo con mejor plantilla de la ACB y quizá el club europeo en mejor estado de forma, como pudo comprobar en carne viva el Panathinaikos esta misma semana. Los chicos de Xavi Pascual se volvieron a encomendar al talento y el carisma de Juan Carlos Navarro, que ha vuelto para ofrecer su mejor versión (23 puntos, 2 asistencias). A su lado, funcionó como un general David Andersen, quien recordó al pívot que asombraba en Moscú y se puso a bailar ballet en la zona para anotar casi todo lo que probaba (9 de 11 en tiros de 2).
Junto a ellos, Basile justificó sus 31 minutos de presencia con una hoja de servicios irreprochable: 14 puntos, 3 rebotes, 1 asistencias y 1 recuperación). Demasiada munición para mantenerse vivo. Por mucho que de tu parte cuentes con Brad Oleson, el mejor pistolero de la segunda mejor liga del planeta, que sumó 22 puntos y 2 robos en otro partido sensacional, sobre todo habida cuenta de la sobrevigilancia defensiva a la que se vio sometido.
Así las cosas, el mejor resumen del partido lo puso el técnico visitante, Xavi Pascual, quien valoró al Fuenla como “un equipo muy sólido en las dos orillas, que preveo va a dar muchas alegrías a su afición a lo largo de esta temporada”. Su felicidad era contenida, pero tenía una explicación clara: “ha sido el primer partido que hemos ganado esta temporada jugando mal”.
¿El mérito? Pertenece a la defensa fuenlabreña, que quizá sea todavía demasiado irregular, pero que a veces regala momentos emocionantes. Como el balón que Saúl (8 puntos, 3 asistencias y 3 rebotes) robó en el centro de la pista a Navarro y que terminó con un mate de concurso. Es el resultado de una defensa delimitada por su carácter solidario, abundantes dos para uno y pretensión por defender en cada centímetro del parquet. Una idea ambiciosa, que demanda tiempo, paciencia y muchas horas de vuelo.
Entretanto, la clave de este partido residió en los primeros compases del último cuarto, cuando los locales encajaron un parcial de 0-12, producto de un momentáneo bloqueo anotador que se hizo largo como una película experimental coreana. Al margen de ese lapsus, el equipo demostró orgullo y carácter para sobreponerse, pero enfrente había un equipo que suda talento y se postula como favorito número uno para ganar el torneo.
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