Ocho de la noche. Invierno. La mayoría de los pasajeros nos sentamos sobre nuestro cansancio. Suena mi móvil. No es mi móvil.
-¿Sí? Soy Guillermo. Bueno, pues su hermano gemelo (risas).
…………
La voz joven, como de corredor de triatlones, pertenece a un chico con dos mechones canosos y la cara congestionada por la coca cola.
-Eso no me lo puedes decir por teléfono (voz grave).
Y el equilibrista lo sigue pasando bien.
entretanto, la locomotora tiembla con la mirada de una chica
chica del continente luz.
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