sábado, noviembre 10, 2007

Tren atardecido


Ocho de la noche. Invierno. La mayoría de los pasajeros nos sentamos sobre nuestro cansancio. Suena mi móvil. No es mi móvil.

-¿Sí? Soy Guillermo. Bueno, pues su hermano gemelo (risas).

…………

La voz joven, como de corredor de triatlones, pertenece a un chico con dos mechones canosos y la cara congestionada por la coca cola.

-Eso no me lo puedes decir por teléfono (voz grave).


-Esas cosas se dicen a la cara. Tienes que mirarme para saber si me pongo rojo. O nervioso. Por teléfono no tiene mérito.


Y el equilibrista lo sigue pasando bien.

entretanto, la locomotora tiembla con la mirada de una chica
chica del continente luz.

No hay comentarios: