Si suavizas la violencia interior (egoísmos) y exterior (dolor que no respira), el mundo tendrá más oportunidades de desarrollarse con cierta armonía (que incluye el conflicto como fuente de desarrollo).
Entretanto, nos queda un largo camino en el que el odio colectivo amenaza con complicarnos la evolución,
la existencia y el desarrollo del bienestar personal y el bien común
("Todos piensan en cambiar el mundo, pero nadie piensa en cambiarse a sí mismo", Alexei Tolstoi)
("Se el cambio que quieres ver en el mundo", Mahatma Gandhi")
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