Haikus, liras, sonetos, submarinismo emocional...cine, series, baloncesto y algo de literatura; arrebatos y destellos para darle arraigo a la posibilidad. Lo mejor está por venir. A través de esa idea, vivo, disfruto y ordeno la realidad, que construimos juntos cada día :-). Un blog de Pedro Fernaud Quintana
martes, noviembre 30, 2010
Cometa Di María
Pinta de cómic.
Orgullo para luchar.
Bala en costados.
Disparo seco.
Voy a dejarte sentado.
Fe en el futuro.
lunes, noviembre 29, 2010
Guardiola, Mourinho, la elegancia
Corren tiempos abundantes en controversias en el fútbol español. La crisis ha acentuado el dualismo de nuestro fútbol en las simpatías y fobias que despiertan nuestros trasatlánticos: Real Madrid y Barcelona. A estas alturas de curso, podemos consignar lo siguiente: el Barça ganó la Supercopa española tras una buena remontada al Sevilla. A partir de ahí confluyen las trayectorias estos dos equipos: ambos están en octavos de la Copa del Rey y ambos navegan también plácidamente en la Champions, donde lideran sus respectivos grupos. El Madrid gobierna el grupo G con cinco puntos más que el Milán, segundo clasificado. Por su parte, el Barcelona encabeza el grupo D con cuatro puntos más que el Copenhague. En la liga, ya sabéis, la cosa está muy igualada: el Real tiene el mando con sólo un punto más que el Barça (32 por 31) cuando se han disputado 12 jornadas.
Llevo algunos días pensando en el proceder de los timoneles de los clubes que más facturan de nuestro fútbol: Pep Guardiola y José Mourinho. Temía caer en la repetición de lo ya escuchado, cuando me guió una vieja amiga oriental. “Lo que buscas está en la dualidad del Yin Yang”. Me hice el escéptico, pero a la mañana siguiente había dejado un manuscrito encima de la mesa de la cocina y no pude evitar leerlo.
El yin yang es un concepto fundamentado en la dualidad de todo lo existente en el universo según la filosofía oriental. Hasta ahí, conforme. El Real Madrid es el orgullo competitivo, el mestizaje de estilos, la búsqueda permanente de la excelencia, un equipo cuya enorme historia hace pensar “nunca es suficiente” a sus miembros y aficionados. El Fútbol Club Barcelona es la estética hecha eficacia, la apuesta por un fútbol coral a través de un modelo definido que se interpreta desde la infancia a la madurez, una manera generosa y solidaria de estar en el campo y en la vida; en el caso del club blaugrana su historia funciona como una precaución: “no acabo de creérmelo”.
Esta teoría oriental describe las dos fuerzas fundamentales aparentemente opuestas y complementarias, que se encuentran en todas las cosas. En todo se sigue este patrón: luz/oscuridad, sonido/silencio, calor/frío, movimiento/quietud, vida/muerte, mente/cuerpo, masculino/femenino…De acuerdo, esta división contiene una cierta carga machista. No hace falta ser un lumbrera para advertirlo. Tampoco para suponer que fue formulada por un hombre con…Digamos poco contacto con el universo femenino.
Por de pronto, diré que para mi la luz, el sonido, el calor, el movimiento o la vida son, por norma general, femeninas.
Volvamos a la teoría oficial. El yin es el principio femenino, la tierra, la oscuridad, la pasividad y la absorción. Vaya, parece que estén hablando del Barça: el grueso de sus jugadores (y jugones) son de la tierra o han sido amamantados en sus pechos desde que eran niños o adolescentes.
El yang es el principio masculino, el cielo, la luz, la actividad y la penetración. Me froto los ojos. No puede ser. Parece que estén retratando al Madrid. A su fútbol vigoroso y vertical. En caso de duda, los jugadores blancos practican un juego directo y penetrante, cuya personificación descansa en Cristiano Ronaldo; siempre activo, siempre ambicioso. Vale, a veces también pasado de vueltas y sobreactuado. A veces. Pero como dirían nuestras abuelas: “más vale que sobre que no que falte”.
Según las ideas de yin y el yang, cada ser, objeto o pensamiento posee un complemento del que depende para su existencia y que a su vez existe dentro de él mismo. Cierto, el Madrid no podría existir sin el Barcelona. Su sentido práctico de la vida (del juego) no podría encontrar tanto sentido si enfrente no tuviera a un equipo de ideales románticos, empeñado en cultivar su singularidad a fuerza de un rara mezcla de geometría en el pase y excelencia a la hora de probar el regate o definir las jugadas.
En el caso de los castellanos, les acecha el peligro de caer en la vulgaridad de la dictadura del qué, ignorando la importancia del cómo. No todo en esta vida es el resultado. Sin belleza, no hay emoción. El riesgo para los catalanes es precisamente una indigestión de arte, la tendencia al barroquismo; entre ambos equipos encontramos una perfección absoluta que acostumbra a estar diluida entre iguales complementarios como estos.
Todos estos matices quedarán concretados en el partido de esta noche. Es el súper clásico con más ingredientes de la historia. Este Barça-Real Madrid aglutinará a tres cuartas partes de la selección que este verano conquistó el Campeonato del Mundo. Por no hablar de los dos últimos balones de oro: Messi y Ronaldo. Para colmo de expectación, ambos equipos proponen una fórmula de juego apetecible para la vista.
El Barça son los Beatles. Es Spilberg. Es Hitchcock. También un oso panda. Hablamos de un equipo diferente y al tiempo irresistiblemente popular. Es una colección de talentos que provocan admiración e histeria a escala planetaria. Son chicos buenos, con una escala de valores irreprochable: humildes, sensatos, solidarios y trabajadores. Su fútbol es yin: el balón fluye a ras de tierra y tienen una filarmónica de jugadas corales que causan tanta fascinación en el espectador neutral como problemas y desajustes en su adversario. Hay tres jugadores que me impresionan en este equipo:
Leo Messi. El talento total. Regatea como Maradona pero con más velocidad, pasa con la clase de Platini y define con la voracidad de Ronaldo (Nazario).
Andrés Iniesta: Mi preferido. Juega con el balón cosido a las botas, cualidad con la que ha cincelado algunas jugadas para la memoria colectiva. Esta temporada ha mejorado su instinto como cazador (cómo olvidar su gol a Holanda) y filtra fases con un toque imprevisible que pone de relieve su aura de jugador mágico.
Xavi Hernández: El metrónomo. Un tratado andante de dirección en la medular. Lo ordena todo con un pase y, cuando llega el momento, tiene el don de la concreción, tanto para dar una asistencia definitiva como para definir cara a la portería contraria.
También es importante aclarar que el Barça no es sólo Yin. También tiene su parte yang (actividad, penetración), concretada en gente como Puyol, Piqué y Busquets. Si sólo tengo que mencionar a uno, me quedo con Piqué: ferreo y determinado jugando, bravucón y espontáneo cuando habla. Imagino que no le hará mucha ilusión escucharlo, pero por su forma de ser (y estar) podría encajar perfectamente en el Madrid actual (para ser justos, el tipo, como jugador, sería un regalo para cualquier equipo).
El Madrid es un tigre. Es fiero. Voraz. Pragmático. Gamberro. Muchas veces ajeno a las sutilezas. Un club totalizador en el que no importa de donde vengas ni de tu ideario. Lo importante es que apliques tu personalidad (y, más importante, eficacia) de acuerdo a un crisol de estilos. Puede que no gustes a todo el mundo, pero cuando gustas, gustas más que la media. Pensad en Di Stefano (cuando alguien dice que era mejor que Pelé, lo afirma con convicción), pensad en Puskas, pensad en Gento, pensad en Juanito, pensad en Santillana, pensad en Butragueño, pensad en Michel, pensad en Guti, pensad en Raúl…
El Madrid son los Rolling. Es Pulp Fiction. Es Marlon Brando. También Vargas Llosa. El Madrid es una leyenda que necesita alimentarse sin descanso, por eso es tan imposible cuajar un sólo método en su cantera, en el primer equipo y en el corazón de los aficionados. El Madrid es mestizo. El Madrid no descansa. Lo quiere todo. Y lo quiere ya.
El Real (me gusta como llaman al equipo los periodistas italianos, denota respeto y admiración) tiene una selección mundial de talentos que han crecido en su marco, amparados por la exigencia de ser siempre número uno. El equipo actual tiene un punto macarra que acentúa la clásica chulería merengue, personificado en Cristiano Ronaldo, un atleta que hace de la excelencia una obsesión. Ganar y ganar y deslumbrar y volver a ganar.
Soy el mejor y te lo voy a demostrar en la cara. Zas. Creatividad. Barroquismo. Concreción. Violencia en el disparo. Gol. Montañas de dinero y deseo distinguen a ese leopardo blanco, tan hijo de este tiempo como plástico en su manera de jugar, tan admirablemente ambicioso como antipático por su egocentrismo.
Este Madrid es un vivero de soluciones. Puede jugar al primer toque como el Barça. O coger el cuchillo con los dientes e inyectar veneno a la contra, a la manera del Atlético de todos los tiempos o del común de los equipos italianos. Seguramente esa segunda versión sea la que veamos esta noche.
También tiene tres jugadores por a los que tengo una simpatía especial.
Iker Casillas: El colega que nunca falla. El novio perfecto. El tipo sensato al que desde el principio se veía que el destino lo había escogido para empresas importantes. Destino que ha cumplido con montañas de trabajo y humildad. Lo que más cautiva de este venteañero mostoleño es su naturalidad para digerir el éxito, siempre con ese punto de viejo anticipado con el que llena sus explicaciones de sentido común, generosidad y un liderazgo inclusivo. Ya adelanto que él es el ying del Madrid, perfectamente intercambiable por Guardiola, Iniesta o Xavi. Casillas es el principio femenino del Madrid, el ‘hombre tierra’ del equipo, el que le confiere la sensatez del aquí y el ahora.
Sergio Ramos: Ramos es una versión del siglo XXI de George Best. Pero en la retaguardia. ¿Quieres un lateral de largo alcance? Aquí está Ramos. ¿Un central de garantías? Pon ahí a Ramos. Es el talento en continua dispersión. También un hombre que simpatiza con la fiesta y con pocos pelos en la lengua. Un corazón salvaje. Pero con discursos de patricio romano. Y detalles brillantes en defensa y ataque. Así hasta que, de repente, comete fallos tontos. Eso sí, por encima de todo, un jugador que transmite sensación de facilidad y elegancia. Caballo loco será capital esta noche, seguro.
Xabi Alonso: El Don Draper de la medular blanca y la selección nacional. Elegante hasta decir fiable. Siempre a un toque. Es Guardiola y Schuster (juego raso, pases largos) fundidos en un solo jugador, cuya experiencia en Liverpool le mejoró en la faceta física y los fundamentos defensivos. Estamos hablando del ritmo y compás de este equipo, cuya serenidad para encajar las adversidades le convierte en líder que predica de obra.
No, sinceramente, no creo que sea casulaidad que mi elección de jugadores sea complementaria en una hipotética selección de talentos universales, el influjo del yin y el yang acaba impregnándolo todo...He dejado para el área de castigo de este artículo a los dos protagonistas del titular que funciona como puerta de entrada a estas líneas: José Mourinho y Pep Guardiola. Resumiré mi opinión sobre ambos a la manera de facebook.
José Mourinho.
Me gustan: Sus métodos elaborados y concienzudos, donde cada detalle es importante. Su inteligencia para leer las virtudes de sus equipos y construir un método ex profeso para ellos. Sus ruedas de prensa, siempre jugosas en reflexiones. Su capacidad para conectar con sus jugadores y sacar lo mejor de ellos. (Algunas de) sus divertidas salidas de tono, donde se muestra irreverente y sincero. Su carácter perfeccionista y su palmarés. El trabajo que está haciendo con el Madrid, concretado en la mejoría en su gama de recursos que han experimentado jugadores como Di María y Marcelo.
No me gustan: (Algunas de) sus chabacanas salidas de tono, como cuando fue a por Manolo Preciado, ejemplo de integridad y honradez en este negocio. Su falta de respeto al trabajo de otros colegas y a los árbitros. La manera en la que pone en el disparadero a algunos de sus jugadores. Para todos no funciona el mismo método y da la sensación de que, por ejemplo, está quemando a Canales. Su falta de elegancia en la victoria.
Josep Guardiola
Me gustan: Su discurso matizado y singular sobre los partidos y el fútbol en general. La manera en la que se pone en la diana cuando no le salen las cosas a su equipo. Su valentía para hacer propuestas sugerentes de juego y la cancha que da a los canteranos (también el modo en que mide los tempos de su integración en el primer equipo). Su humildad y su elegancia, especialmente cuando gana.
No me gustan: Sus sobreactuaciones para quejarse de los árbitros o para presumir de lucidez (no es de buena educación contar el dinero delante de los pobres). La manera en la que se ha prestado a ser filósofo de un banco…
Mi cómplice oriental acaba de pasarme una tarjeta con los principios que fundamentan la división de la vida entre el yin y el yan. Hay uno que me parece especialmente interesante para esta noche. Prometedor diría yo (no te extrañes, demasiado me estaba durando este traje de tipo ecuánime).
El yin y el yang se consumen y generan mutuamente. El yin y el yang forman un equilibrio dinámico: cuando uno aumenta, el otro disminuye. El desequilibrio no es sino algo circunstancial, ya que cuando uno crece en exceso fuerza al otro a concentrarse, lo que a la larga provoca una nueva transformación. Por ejemplo, el exceso de vapor en las nubes (yin) provoca la lluvia (yang).
Es decir, el exceso de excelencia blaugrana (yin), con la consecución de ocho títulos de máxima relevancia en la dos últimas temporadas ha provocado que el Madrid se haya reforzado fichando a los mejores jugadores del mercado en las dos últimas temporadas (Cristiano, Xabi Alonso, Di María, Ozil…) y el mejor entrenador que existe fuera del principado blaugrana, con lo que es fácil-lógico deducir que pronto empezara la lluvia de títulos blancos (yang).
Sólo me queda desear que esa transformación encuentre uno de sus primeros hitos esta noche. Disfruten del clásico…
sábado, noviembre 27, 2010
Venganza
viernes, noviembre 26, 2010
Bloques de creación
jueves, noviembre 25, 2010
Croupier
miércoles, noviembre 24, 2010
Hombre antorcha
Somos pocos para
combatirlos.
Somos demasiados para
morir.
.........................
Las manos en los brazos.
Las manos en la espalda.
Necesitarse dedicando.
.........................
Coreografía de la extinción.
Jadeos de supervivencia.
El agua crispada
y la dignidad sobre los hombros.
.................................
No te rindas. No te rindas.
Exclusividad salvaje.
..................................
Las facciones derruidas.
Ve de cara, muerte.
Apágamelo en la protesta.
.............................
La búsqueda puebla pulmones.
Todo con la tierra justo encima.
Y el agua en las lenguas.
....................................
lunes, noviembre 22, 2010
domingo, noviembre 21, 2010
viernes, noviembre 19, 2010
jueves, noviembre 18, 2010
Constelación de los personajes: una relación específica con el mundo
Cuando uno se propone modelar personajes, es pertinente traer a colación la reflexión que Miguel de Unamuno hacía respecto a dos formas de afrontar las historias. Don Miguel diferenciaba entre escritores ovíparos y vivíparos. Distinción que, explicada con sus propias palabras, implicaba lo siguiente:
Escritores ovíparos: “Cuando se propone publicar una obra de alguna importancia o un ensayo de doctrina, toma notas, apuntuaciones y citas, y va asentando en cuartillas cuanto se le va ocurriendo a su propósito, para irlo ordenando de cuando en cuando. Hace un esquema, plano o minuta de su obra, y trabaja luego sobre él; es decir, pone un huevo y lo empolla”.
Escritores vivíparos: “No se sirven de notas ni de apuntes sino que lo llevan todo en la cabeza. Cuando conciben el propósito de escribir una novela, pongo por caso, empiezan a darle vueltas en la cabeza al argumento, lo piensan y repiensan, dormidos, y despiertos, esto es, gestan. Y cuando sienten verdaderos dolores de parto, la necesidad apremiante de echar fuera lo que durante tanto tiempo les ha venido obsesionando, se sientan, toman la pluma y paren. Es decir, que empiezan por la primera línea, y, sin volver atrás ni rehacer lo ya hecho, lo escriben todo en definitiva hasta la última línea.”.
Don Miguel prefería la segunda especie. Consideraba que a través de ese método se expresaba con mayor precisión el yo íntimo, desplegando a chorro las emociones, miradas y pensamientos que el alma de cada personaje porta dentro de sí. Como constructores de guiones, nuestro método se perece más al de los ovíparos, pero es obvio que en plena tormenta creativa los gestos de nuestros pensamientos y anotaciones tienen mucho también de vivíparos.
Hecha esta introducción por mi cuenta y riesgo, paso a consignar las líneas maestras de lo que Elisa Puerto, inspiradora esencial de estas reflexiones sobre el guión, nos contó respecto al troquelado de los personajes de nuestra historia.
CLAVES DEL DOSSIER DE NUESTRA HISTORIA
1.- Descripción de personajes. Su pasado y su presente. Estamos en esa fase en la que conocemos la historia que queremos contar. También los personajes que la conforman. Pues bien, la función que cumple este dossier es la de indagar en la personalidad de cada una de nuestras criaturas. Si reflexionamos sobre su pasado (experiencias) e indagamos en los rasgos principales de su carácter, ambiciones, clase social pasada y/o presente, nos resultará más sencillo y orgánico entender por qué se comportan de tal o cual modo, al tiempo que tendremos el ‘empedrado de conducta’ sobre el que, por coherencia, se moverán.
2.-Relación entre personajes. Muy interesante. Este escribano todavía no lo ha hecho, pero sospecho que si realizamos este ejercicio con la gente que está más próxima a nosotros, encontraremos algunas claves importantes de hacia dónde se dirige nuestra historia y quiénes (y por qué) son los actores importantes de nuestra trama vital. El ejercicio consiste en nombrar la clase de relación que tiene cada uno de nuestros personajes con el resto de actores que conforman nuestra historia.
A grandes rasgos, estos son la clase de relaciones que pueden tener entre sí los personajes:
-Amistad
-Indiferencia
-Antagonismo (mal rollo)
-Amor sin sexo
-Afecto con sexo (amor)
-Sexo sin afecto
Llegados a este punto, tenemos que hablar de los roles actanciales. Elisa nos los explicó con una metáfora lobezna que funciona muy bien. La idea es cortesía del guionista chileno Julio Rojas.
Los roles actanciales a través de la manada de lobos
-En una manada, el lugar protagónico por excelencia siempre lo ocupa el macho alfa, que es el encargado de gobernar y guiar al grupo; el individuo que toma las decisiones que velan por la supervivencia de su comunidad.
-Entre sus aliados, cuenta con los machos cinegéticos (cazadores) que velan por la pervivencia de la manada en virtud de su instinto killer para proporcionar alimento a sus congéneres.
-El aliado mayor es el macho protector, que se encarga de guiar y orientar al macho alfa. En la misma línea funciona el alfa viejuno, cuyos momentos de gloria ya pasaron pero que acumula en sí suficientes experiencias y sabiduría como para asesorar con mucho criterio al macha alfa. Eso por no hablar de las lobas que se beneficia a cuenta de su privilegiado status (¿os suena el nombre de un tal Favio Briatore?).
-La bruja es la seductora. También estéril. Hablando en un modo coloquial, podemos decir que ‘pone brutos’ a sus compañeros de manada, que finalmente se descargan con la princesa lobo, que es la ‘proceadora’ de la manada.
-Princesa es pues la ‘suministradora de cachorros’ de la manada, con lo cual apenas puede darse respiros en el noble arte de juntar su cuerpo con el de todos aquellos que quieren tener una descendencia especial. Conviene recordar que estamos hablando del mundo animal, donde primero se hace y luego se pregunta…Un estado en el que muchos humanos todavía flotan-flotamos.
-Dentro de de este ecosistema también juegan un papel importante los machos beta lobo, que pretenden el poder y éxito reproductor del macho alfa y los cinegéticos, pero a los que la madre naturaleza no ha bendecido con un cuerpo tan grande como el de ellos, ni con un pelaje tan bonito, ni con unos colmillos tan ‘inspiradores’…
Como toda caricatura-esquema, esta ecuación funciona como mapa ilustrador de nuestra constelación de personajes en la media en que simplifica los roles de los personajes y los animaliza. Afortunadamente, en el mundo humano los machos beta tienen bastantes vías para acceder al poder y el éxito con independencia de su físico (poseen herramientas como la inteligencia, la labia, cualidades personales…) y la loba bruja no suele estar estéril y tampoco es tan bruja; normalmente, es un estado anímico transitorio del que sale si topa con el macho apropiado…Y del que si no sale, si por bruja entendemos a una mujer seductora y promiscua, mejora el mundo para muchos de sus congéneres.
3.-La premisa temática, en la que se explica el sentido-moraleja-esencia de la historia con una o pocas frases. Hay un método elegante y sintético para solventar este punto, se trata de escoger una cita que se adecue a la naturaleza de nuestra historia y que la desvele y enmarque con la sofisticación de quien explica las cosas con una sentencia con vocación de aforismo.
4.- Explicar el conflicto del protagonista central. Para encontrar y desvelar este conflicto basta con que giremos en esta doble dirección; por un lado, que comparemos lo que desea nuestro personaje principal (superficial, evidente, él es consciente de ello) y lo que necesita (inconsciente, profundo, motivación interna que lo mueve). Por otro, que tracemos la relación conflictiva que mantiene con algunos de los personajes o estamentos que modelan su historia.
5.-Primera versión de la escaleta. Es decir, una primera aproximación a la arquitectura concreta de la historia, sobre este particular indagaremos en próximos artículos.
6.-Story Line. Cinco líneas describiendo la trama de la historia que vamos a relatar. Es importante hacerlo con sencillez, precisión y sugerencia. A fin de cuentas, esas cinco líneas constituyen la invitación de entrada con la que vas a vender tu producto. Con la que vas a generar interés en el productor que se interesa por tu historia.
7. Sinopsis. 3-10 páginas. Se relata el audio y lo visual. Se relata, se transmite todo lo que pasa.
8.-Tratamiento argumental. Varía entre 40-60 páginas y 8-12 páginas, dependiendo de la longitud de la película. Permite indagar en las intenciones del personaje. El subtexto. Explora la vertiente emocional de los personajes. Por eso se redacta a partir de verbos viscerales como: replica, afirma, odia…Estamos hablando de las intenciones de los personajes, lo que hay por debajo de todo. También aquí es clave el racionamiento de la información. Más allá de la estética, dibujamos el ritmo y el tono de nuestra historia.
Las anotaciones que uno toma en un papel tienen algo de caprichoso pero a veces también algo de iluminador. Por eso me permito compartir con vosotros el contenido los últimos trazos que dibujé en los papeles de esta clase. Se trata de las recomendaciones literarias que dos buenos amigos, Raquel y David, me dieron tras la obra de teatro a la que asistimos (en mi caso, gentilmente invitado por mi amiga directora).
Todavía no he podido ‘visitar’ estos textos, el grueso de los cuáles pertenecen a la dramaturgia. Pero conociendo el criterio y la sensibilidad de mis camaradas, pronostico buenos momentos si os acercáis a ellos:
-‘Calígula’ del Albert Camus.
-‘Crimen y Castigo’ de Fiodor Dostoieski.
-‘La casa de los espíritus’ de Isabel Allende.
-‘Un trabajo muy sucio ‘ de Christopher Moore.
-‘After Sun’ de Rodrigo García.
-‘El carnicero español’. Rodrigo García.
-‘Mi relación con la comida’. Angelica Lidell.
-‘Y cómo no se pudrió Blancanieves’. Angelica Lidell.
-‘Perro muerto en la tintorería’ Angelica Lidell.
-‘Y los peces entran a combatir con los hombres’. Angelica Lidell.
miércoles, noviembre 17, 2010
La presentación de los personajes: el arte de la sugerencia
Antes de entrar en materia, una aclaración importante sobre la esquiva definición del antihéroe: estamos hablando de un personaje marginal y que tira por la no acción. La aclaración vino de parte de la generadora de estas reflexiones, Elisa Puerto. E se pasó la semana dándole vueltas al escurridizo concepto del antihéroe y nos regalo dos importantes matices: éste nunca elige, se deja arrastrar por la corriente. Asimismo, tiene una peligrosa tendencia a hacer o decir algo inapropiado en la común de las situaciones, con una inevitable tendencia al escapismo. Por ponerle nombre a esta especie, podéis pensar en la mayoría de los personajes interpretados por Woody Allen en sus películas.
Es decir, estamos hablando de aquél que va a destiempo. El que no aspira a más. El que es conformista. Si pensamos en la adalid de las antihéroes femeninas, surge Bridget Jones V 1.0: gordita, bebedora, hedionda y con incontinencia verbal…
Si pensamos en masculino, un paradigma podría ser: Edward Norton en el primer tramo de ‘El club de la lucha”, cuando se manifiesta como la viva imagen de la resignación y el conformismo y pide ayuda para dormir. En suma, estamos hablando del antihéroe como sinónimo de perdedor. Las circunstancias no le dejan cambiar. Cede a la resignación y deja de tomar decisiones.
Aclarado esto, despegamos con el trazo de cómo presentar a un personaje. Cuando organicéis una escena, es importante que tengáis en cuenta que estamos hablando de una unidad dramática. A la hora de escribir, debemos estructurar el párrafo en esta triple coordenada: temporal, espacial y de acción. Tenemos la opción de realizar el cambio de espacio a través de una elipsis. A nivel simbólico, es importante pasar de un espacio a otro. Por ejemplo, para representar la soledad de nuestro personaje podemos colocar ésta en el dormitorio. Ah, y ya sabéis, varias escenas componen una secuencia.
El estilo con el que debemos configurar una escena haría sonreír a gente como Azorín. Debemos escribir de manera impersonal. Nada de valoraciones. Describiendo lo que se ve. Relatando los hechos, no haciendo interpretaciones. Además, es importante formular nuestras frases en estilo directo.
En cuanto a cómo presentar un personaje, empezaremos con una obviedad: éste debe estar bien construido. Para ello debe tener ingredientes como estos:
-Cualidades
-Defectos
-Círculo social
-Tics
-Manías
También es clave que el guionista escoja meticulosamente el momento de la vida del personaje en que lo presenta y lo inserta en su historia. Por ejemplo, en Titanic, se nos presenta al personaje de Jack (Leonardo di Caprio) como a un muchacho que cree en la vida. Con poco oficio y menos beneficios pero que contempla la existemcia como regalos. Como oportunidades. Intuiciones así flotan en la manera en la que él se relaciona con el mundo. La presentación de un personaje siempre debe ir ligada con la trama de la historia que estamos relatando.
En la primera y segunda secuencia de un largometraje deben introducirse la temática y los personajes. Resulta esencial definir con tiento los gestos, colores y postura ante la vida. Es importante escribir escenas sin diálogos. El cine, como la vida, es más interesante cuando entran en juego variables como la sugerencia, las no aclaraciones, el misterio. En esa línea, para definir un personaje es importante perfilar lo siguiente:
-Su manera de hablar
-De moverse
-Los colores que lleva en su ropa, por la carga simbólica que estos comportan.
-La clase social
Se trata de presentar su personalidad de un modo orgánico. A través de su comportamiento. Y de no tomar por tomar por idiotas a los espectadores. Lo mejor es ir racionándoles la información. La idea es ser sutiles, no abusar en el perfilado de los personajes. Si nos excedemos con los subrayados, el espectador percibirá a nuestras criaturas (aunque sea de un modo inconsciente) como burdas y acabará desconectando.
También es importante elegir la estancia donde presentamos al personaje. Por ejemplo, la habitación-puede que salón donde el señor Sherlock fuma en pipa- es una proyección de su mente. Inquirida por un par de ejemplos modélicos de cómo introducir un personaje, nuestra sherpa apuntó dos: ‘Azul’ y ‘Deseando Amar’. En ambos casos, queda de relieve que la esencia de una presentación radica en sugerir. Hablamos de luces. Microcosmos. Arcilla. Entorno. Atmósfera.
Es importante definir bajo qué luz se presenta a los personajes. El mundo en el que viven. Y los colores que definen su mundo y vestimenta. ¿Y a todo esto, qué agrega la dirección? Un componente orgánico fundamental. Hechos. Gestos. Textura. E considera que el cometido primordial de un director consiste en dirigir, guiar y orientar a sus intérpretes para que den el máximo de verosimilitud y sustancia a la historia.
¿Y después? ¿Cómo movemos a nuestros personajes? A través de una sinfonía de preguntas. No podemos dejar un solo hueco sin una sola pregunta. El plan es que el espectador no quiera dejar de mirar hasta el mismo final de tu historia.
Por el camino, hubo tiempo para preguntar por los colores. ¿Cómo saber lo que representan en un mundo que tiende a multiplicar y diversificar sus interpretaciones? Aquí van algunas sugerencias a tener en cuenta.
El rojo puede ser sinónimo de mentes que se estropean. De tensión y de peligro. Tendencias que aparecen magistralmente representadas en ‘El sexto sentido’. Pero si buscamos algo así como un baremo incluyente de las representaciones que pueden tener los colores principales, merece atender al ejercicio de condensación que nos ofreció E.
Rojo
-Eros (atracción sexual, amor, sexo)
-Pasión
-Vida
-Empuje
-Promoción de la estirpe
-Thanatos (muerte no violenta)
-Peligro
-Seducción
-Locura (ejemplo, amenaza psicótica)
Blanco
-Muerte
-Pureza
-Virginidad
-Simpleza
-Ingenuidad
-Inocencia
Negro
-La luz
-Pulcritud
-Control
Verde
-Esperanza
-Creatividad
-Espiritualidad
- Armonía con su naturaleza
Azul
-Tranquilidad
-Hogar
-Serenidad
-Nobleza
En concreto, el azul es el color más profundo. Da cadencia al sentimiento. Tranquiliza y seda. También proyecta alegría. Pero, al tiempo, en según qué circunstancia, también puede transferir sufrimiento y dolor. Es capaz, por ejemplo, de cobijar todo el dolor de la protagonista de la película de Krzystof Kieslowski. Estamos hablando del color más completo.
Asimismo, cuando hablamos del perfilado de personajes sería importante realizar un acercamiento competente al mundo de la psicología, para conocer así los principales modelos, esquemas y prototipos en los que está cartografiada la psicología humana. Tampoco está de más bucear en disciplinas como derecho y criminología. De todos modos, a la hora de abordar este trabajo E se refirió a un manual de referencia: ‘Estrategia del Guión Cinematográfico. Viaje del Héroe’, de Antonio Sánchez Escamilla.
¿Qué más darle a nuestro personaje? Meter dentro de él lo orgánico. Por ejemplo, el Gran Lebowski es un perdedor (palabra muy grande que podemos cambiar sin grandes pestañeos por la de pasota) pero cae simpático. Su presentación, al inicio de la película que lo incluye y baquetea, es de manual. Los hermanos Cohen no necesitan diálogos para decirle a los espectadores: señores, van a viajar ustedes con este personaje.
Con sus pantuflas. Su barba de siglos y su pelo de la edad antigua. Su andar perezoso, arrastrando los pies. Sus movimientos de ‘preferiría no hacerlo’. Su patanería para sorber algo de leche. O su excentricidad: el pago de una pequeña cantidad con cheque. También la tele que, temáticamente, no sitúa en el contexto de la película, con George Bush padre alentando sus ejércitos contra el Irak de principios de los 90… O la falta de sintonía entre ‘El Gran’ y la cajera, mientras que el primero prueba un flirteo, la chica que lo atiende ha puesto su mirada en modo evasión…. También merece la pena ver la presentación de ‘Lolita’ en la versión que Kubrik hizo del mito de Nabokov; en palabras de E “son infinitas las presentaciones de personajes que merecen la pena”.
Seguidamente, vimos diversos pasajes del arranque de la película ‘En la Ciudad’. Ejercicio muy recomendable para adiestrar la mirada y entender mejor cómo los pequeños detalles componen las realidades de unos personajes y los entornos en los que se desenvuelven. Por contra, si queréis contemplar un drama (literal) de presentación de personajes, escoged ‘Mi gran boda griega’, donde se satura al espectador de torpezas y subrayados en la introducción de los protagonistas.
La clase culminó con el visionado de dos momentos dicientes de ‘Apocalipsis Now’, esa obra cumbre del maestro Coppola. El primero, la presentación del Vietnam donde una generación de lugareños y estadounidenses se dejaron el alma. Y en bastantes casos la vida y también algún trozo importante del cuerpo y la salud mental. El despegue de la historia es espectacular. Grandilocuente. Sensual. Los helicópteros surfean sobre las olas. Hay magnificencia. Imágenes y sonido. Los diálogos estarían de más. Por eso es cine soberbio. Sugerencia donde la belleza del mar y la vida tranquila de los asiáticos está a punto de saltar por los aires al entrar en colisión con el virus de la guerra transportado por los norteamericanos.
La cumbre de lo sugerido en esa primera secuencia llega, unas cuantas decenas de sensaciones después, con la aparición del Coronel Kurtz, interpretado por Marlon Brando, que es tanto como decir hombre-dios hombre-abismo. Kurtz concentra en sí mismo una cantidad impensable de mitos: es la cueva más profunda, también el mayor miedo, un monstruo; pero al tiempo su personaje funciona como princesa que el protagonista debe rescatar. K ha estado omnipresente en toda la historia. Es un oráculo. Es vidente. También druida. Por supuesto chamán. Ha trascendido su humanidad.
K es el superhombre de Nietschze, aquella propuesta hiperrealista de un mesías. Asimila el dolor como parte de la vida y lo mira cara a cara. Un tipo que ha perdido la cabeza y la escala de valores que le convertían en alguien admirable cuando estaba en el trance diario de la vida occidental. Ha enloquecido, sí. No busca ser juzgado por nadie. Ni siquiera por sí mismo. En mitad de la violencia y la muerte, ha depositado su espíritu en un lugar llamado cinismo. Es un maestro de la lucidez, también un príncipe del sinsentido. Y del desencanto.
Él es el dolor, el dolor se lo ha tragado; lo ha bebido trago a trago hasta instaurarse en rey de su propia existencia. Se ríe del absurdo, se ríe del orden con el que se mueven las guerras. Horror. Horror. Se ríe de todo. Se ríe del ser humano. Está quebrado.
Y tiene el poder de objetivizar a las personas:
Coronel Kurtz: “Eres un chico obediente”.
Conciencia del capitán Villard (Martin Sheen): “Si yo seguía vivo era porque él quería”.
Un personaje convertido en guionista de su propio destino y el de su comunidad. Supongo que por eso triunfan esa clase de iluminados. Porque pasan de contar historias y prefieren la textura de la realidad para vivir su propio delirio de complacencia y satisfacción. Malos llenos de aristas. Malos que, en algún momento-varios momentos, caen simpáticos. Malos para la identificación. Por ahí funciona la cadena evolutiva de los guionistas. Personajes autosuficientes que transgreden la academia para dictar su propio lugar en el mundo. Buscad. Busquemos.
martes, noviembre 16, 2010
lunes, noviembre 15, 2010
La música, el baile, el ritmo
Sin prisa y sin descanso.
¿A dónde me quieres llevar?
Aconsejaría que te atrevas.
Estamos predestinados a la dispersión.
Tengo sueño.
Estamos cerca.
Los dragones bailan en la pared.
Me encanta tu ceño cuando te
concentras.
Tengo sueño.
Tú y yo a la vista del mundo.
Haz conmigo
haz.
La música, el baile, el ritmo.
sábado, noviembre 13, 2010
viernes, noviembre 12, 2010
Memoria de Lucrecia
jueves, noviembre 11, 2010
Esquina favorita
miércoles, noviembre 10, 2010
Estrellas distantes y poemas contra uno mismo
A veces ‘los que miran’ tiene ocasión de sacar su curiosidad a través de una ventana cultural llamada televisión pública. Ya sabemos que la segunda cadena nunca fue muy popular. Probablemente, ahora que la han despojado de los deportes, lo sea menos. Si yo fuera ella, no me preocuparía demasiado por las expectativas de los demás. Por fin, La 2 está siguiendo su vocación con la energía necesaria para desarrollar algo que realmente merezca la pena. Le diría que tenga cuidado con la autocomplacencia del ‘todo es arte’, pero seguramente esa observación sea gratuita porque la piba debe tener más o menos mi edad; puede que alguna castaña más.
Claro que no siempre llegas en el momento adecuado al vientre de una cómplice. Por eso, este mundo nos ofrece ver los programas que nos interesan por Internet. En la web de RTVE puedes encontrar los episodios de un programa con valor propio: Imprescindibles (imperdibles diría mi amigo Ezequiel). En sus primeras aproximaciones he encontrado dos retratos de dos escritores a tener en cuenta (por lo que compusieron y por cómo se comportaron): de un lado, Roberto Bolaño, alias ‘me voy a llevar la literatura por delante’; de otro, Jaime Gil de Biedma, alias ‘el humor me absolverá de mi mismo’.
Ambos escritores compartían su fascinación poética. Bolaño dedicó sus primeros vuelos a esa corriente y luego canalizó su hambre por medio de la prosa. Gil de Biedma tuvo el buen gusto de escribir poco y depurar hasta la excelencia. Sus himnos, como ‘Contra la Juventud’, pueden consultarse en la antología ‘Las Personas del Verbo’, que compendia toda su obra publicada y que es una demostración de buen gusto, contención y sugerencia. Con palabras cinceladas a través de la inteligencia y un oído privilegiado.
Me gustó más el documental de Bolaño. O quizá debería decir que simpaticé más con él. B fue contestatario punk en su juventud. Se cagó en Octavio Fuentes (no es nada personal, Octavio, el influjo todos los grandes precisa siempre de unas gotas de blasfemia) y vagabundeó de allí para allá mientras pensaba (y luchaba por) un mundo mejor. Como (casi) todos los jóvenes expansivos se emborrachó más de la cuenta y viajó por innumerables cuerpos y puede que también territorios.
Cuando joven, en Chile soltaban hostias como deportaciones. Y B prefirió iniciar un viaje vital que le conduciría finalmente a Blanes, un pueblo de la Costa Brava donde la vida tiene un tatuaje de amabilidad en sus gentes y sus mareas. Alí malvivió. Apenas se ganaba vida vendiendo cosas que no caben la imaginación.
En realidad, él no buscaba el favor de la realidad. Lo que quería era cortejar grandes historias. Cuando conoció a su mujer, se presentó como ‘escritor’. Y cuando sus colegas bromeaban con el hecho de que malviviera en la 2-B de la literatura él, simplemente, se encogía de hombros y aventuraba que algún día jugaría en la Champions.
Como el ‘nobelado’ Vargas Llosa (que no duda en glosar las cualidades del contador chileno en la pieza reseñada), Roberto tenía una poderosa autoconfianza fundada en sus castillos de lecturas, su talento y una intuición más allá de la normalidad. Con estos materiales, creó una literatura singular, a prueba de obviedades. Compleja y pegadiza, rítmica y múltiple, donde la realidad aparecía ligeramente intelectualizada para poder recorrerla con la apropiada fantasía y entrega.
He visitado dos libros suyos. El primero, ‘Los detectives salvajes’ como ‘tardouniversitario’. El segundo, un muestrario de relatos literarios y vidas del pueblo. En ambos demuestra elegancia y fantasía, también una capacidad de concreción que sólo se formula después de haber encajado algunos golpes a pie de tierra.
Roberto era un maestro de la sugerencia. Su corazón bombeaba humanidad pero él no se permitía la exhibición; lo conseguía gracias a unas palabras recortadas y pujantes donde dibuja el carácter de la gente con la misma destreza con la que sentencia sobre las cualidades de una buena novela o una criatura a tener en cuenta. Roberto era el que no se rinde. El que enferma. Aquel que sentía orgullo cuando el frío cercaba sus dedos y enfermaba comiéndole los pechos a su madura computadora, mientras recitaba estrellas distantes que luego prestaban su nombre a sus libros.
Gil de Biedma, por su parte, tenía la vida a favor. Un columpio de dinero y respetabilidad social que le dejó tiempo en su infancia para birlarle horrores a la guerra a través de la lectura y la buena vida de una familia burguesa con el corazón repartido entre Barcelona y Castilla. Jaime era un tipo simpático y ocurrente. Gran bebedor y mejor conversador que cuando ingresó en la universidad lo pasó en grande mientras le robaba secretos al mecano literario, en compañía de camaradas veloces como Carlos Barral, Ana M. Moix y, más tarde, gente como José Agustín Goytisolo o Juan Marsé.
Tenía suficientes medios. Abundancia como para que su vida fuera filmada cuando anónimo o como para permitirse el fracaso en su asalto a la vida diplomática. También bendiciones sudor como la entrega en carne y alma al trabajo como secretario de la Tabacalera filipina, oficio que de algún modo heredó de su madre. G parlaba perfectamente el inglés. Era elegante, diletante y despegado. También homosexual en un mundo que censuraba (sospechaba en el mejor de los casos) la diferencia.
Pero por encima de esas etiquetas era un escritor con garra. De esos que ponen la testosterona en los escritos para ponerle espejo al alma y por el camino dan palabras y un relato a los ‘sin consuelo’. Su voz era como un búfalo de agua, enérgica y dúctil. Y esa facilidad para la sugerencia a través de las palabras justas e irónicas le procurará un lugar en el futuro.
Gil de Biedma sobrevivirá como aquel que se pintó en el agua y se perdonó arrogancias con el recurso de la deportividad y el insulto amable. Bolaño viajará por siempre en la memoria de su chica y sus dos hijos a través de relatos de invención y cariño. Retratos de un fotomatón de una playa cualquiera que no se cansa de pensarle como una posibilidad. La posibilidad de qué otra cumbre podría haber cincelado tras 2666.
martes, noviembre 09, 2010
Galáctica: personalidad y tormentos de nuestra especie
Bienvenidos a un futuro poco edificante, donde la humanidad está al borde de la extinción. Nuestra especie a duras penas sobrepasa los cuarenta mil individuos. Esta comunidad ha sobrevivido por puro azar a un holocausto nuclear que ha arrasado el planeta en el que vivíamos. Los responsables de semejante atrocidad no hemos sido exactamente nosotros. Pero sí fuimos los autores de su génesis. En un momento dado, creamos a una serie de humanoides para que nos hicieran el grueso del trabajo.
Tan humanas diseñamos a nuestras criaturas que les conferimos emociones como la conciencia del yo, el resentimiento o la búsqueda implacable del poder. Así las cosas, ahora nos toca poner las naves en polvorosa por medio universo, mientras escapamos de mala manera del acoso de unos robots con apariencia humana que sólo piensan en aniquilarnos. Aún reducidos a los escombros, este viaje nos demostrará que algunas cosas nunca cambian en nosotros: el afán de trascendencia, las tensiones para mantener una armonía en la comunidad o el amor abriendo brechas entre las obligaciones.
En suma, la búsqueda de belleza, verdad y justicia colocadas frente a nuestras pulsiones autodestructivas harán de esta odisea una interesante lectura sobre la personalidad y tormentos que caracterizan a nuestra especie. ¿Cómo llegué hasta esta historia? Gracias a uno de los mejores regalos que he recibido en mi historia de cumpleaños. El detalle corrió a cargo de Davide y Fran. He tardado medio año en recorrer esta experiencia, pero la despaciosidad ha merecido la pena.
Con una serie que te engancha ocurre algo parecido a lo que sucede cuando empiezas a salir con una chica: no sabes como has podido vivir sin ella hasta entonces. Los últimos meses con Galáctica han sido de necesidad. Quería averiguar cosas de esos personajes que habían pasado a ser postes de mi personalidad. Necesitaba sentir a través de ellos. Averiguar detalles de mi limitado mundo a través de sus comportamientos.
Battlestar Galactica (Reimaginada) saltó al ring televisivo en 2003. Su madre era una popular serie también estadounidense de 1978. Pero la nueva versión ha resultado más audaz, más compleja y mucho menos predecible. La nueva Galactica coge algunos hilos argumentales y muchos nombres de la mitología griega, pero le agrega personalidades en conflicto, diálogos llenos de chispazos metafísicos y una profundidad política y psicológica que se enmarca en la edad de oro de este género televisivo.
El tipo que parte el bacalao en el bando de la humanidad es el Comdante Adama. Adama, encarnado por Edward James Olmos (el Teniente Castillo de Miami Vice), es un tipo entregado a las bondades de la ataraxia. O lo que es lo mismo: alguien que controla sus pasiones, equilibra sus emociones y afirma su ánimo a través de una gimnasia mental diaria que le permite gobernar Galactica con pulso firme y por lo general bastante lucidez.
Si tengo que quedarme con sólo un personaje de la odisea, me quedo con éste. Cuando media humanidad está desesperada, hace falta tener mucha templanza, también valentía, para guiar con juicio sereno a tu tribu. Adama pertenece a la estirpe de nuestros abuelos, que preferían reventar por dentro a expresar algún síntoma de debilidad de puertas para afuera. Sea como fuere, el comandante no es inmune a las debilidades humanas: tiene accesos de ira, le gusta el poder más que a un ponsetti una bella latina y tiene una relación más que problemática con su hijo Apolo.
Apolo es quizá el personaje con el que más fácilmente se puede identificar la audiencia media de la serie. Es íntegro, está en conflicto (a medio camino entre el hedonismo y el que busca ‘ponerle corazón’ a las cosas cuando éstas vienen mal dadas) y es valiente. También tiene un amor (casi) imposible que puede llevarle a incinerarse, pero no evita fácilmente la pelea, por lo que todo puede suceder para este espléndido piloto de vippers (algo así como cazas espaciales).
Aunque si hablamos de alguien sobresaliente en el pilotaje, artístico incluso, ésa es la señorita Starbuck, que es algo así como una amazona de las estrellas. Starbuck está hecha con los retales de todas las mujeres fatales y atormentadas que alguna vez se cruzaron en nuestra vida. Es sensual, divertida, irreverente, brillante, caótica y autodestructiva. Una mujer agresiva pero al tiempo vulnerable, que se crece ante las situaciones límite. También es una criatura clarividente, lastrada por su pasado pero vitalista hasta decir carcajada. Un bombón de personaje. Al que no te cansas de intuirla.
También merecen mención propia la presidenta Laura Roslin, algo así como el alter ego femenino de Adama, y el doctor Baltar, un reputado científico, fornicador compulsivo, que se verá en el vértice de buena parte de las intersecciones entre cyborgs y humanos. En el bando de los primeros, también hay modelos con un magnetismo especial. Es el caso de Caprica 7, una despampanante rubia cuyas habilidades seductoras pondrán en el desfiladero de la destrucción al género humano.
Pero mejor no entrar en mayores detalles sobre los personajes; corremos el peligro de desvelar broches clave de la trama. La gracia de este artículo descansa en la formulación de una invitación: echadle un ojo a esta Galactica, la indiferencia no será vuestra respuesta. Quizá os intimide su propuesta tenebrista de inicio, pero a los pocos minutos (tal vez capítulos) lo más probable es que os cautive.
Galactica es esencia de ciencia ficción. Plantea un escenario irreal de nutrientes reales (psicología, sociedad, relaciones personales) que nos ayuda a entender mejor nuestro destino como especie y como individuos. Al final, como bien explica Elisa Puerto, la ciencia ficción es análisis heterodoxo de política. Se emplean tramas aparentemente alejadas de nuestro día a día, para hablar de temas universales como el respeto de los derechos humanos, las fricciones entre poder civil y militar o los desafíos que implica articular una comunidad cuando los recursos escasean.
Factores que de una u otro manera nos resultan familiares. Hay también lugar para las paradojas y un sutil sentido del humor, también de la indagación, cuando se abordan de manera velada asuntos como la religión o la ocupación (y sometimiento) de territorios y poblaciones ajenas, lo que en el caso de Galactica, por el periodo en el que se facturó la serie, resulta una alusión clara a la invasión que EEUU hizo de Irak.
Reflexiones también en clave antropológica. En ese sentido, la ciencia ficción es el caldo de cultivo más propicio para proyectar una mirada llena de perplejidad ante las maneras laberínticas que muchas veces empleamos para relacionarnos y organizarnos. También para definir nuestro destino como comunidad, con esa constante batalla que la gente que lidera nuestros pueblos debe establecer entre lo actual y lo que vendrá.
Por el camino, una preferencia: contemplad la serie en versión original. Mejoraréis, reforzaréis vuestro conocimiento la lengua llave de este mundo y de paso apreciaréis más matices de unos personajes inflamados, que cómo suele suceder con el común de los intérpretes yankees, tienen un timbre de voz hipnótico.
Cavernoso. Como el mismo dilema humano.
lunes, noviembre 08, 2010
Serenidad y movimiento
A principios del mes de junio de este 2010 tuvo lugar la boda entre Raquel&Sergio. El enlace fue una dedicatoria a la elegancia y la emotividad. Una condensación de las mejores emociones tuvo lugar cuando tomó la palabra uno de los abuelos de Sergio. Su discurso, rimado y creciente, hablaba de conceptos como el respeto y la constancia. Invitaba a los novios a no emplear el orgullo como refugio vital y a vivir cada día como un regalo donde la conciencia, el trabajo y la alegría fueran los ejes. Contemplar su dignidad para transportar el antiguo cuerpo y percibir la emoción de sus depuradas palabras fue una inspiración cuya textura contagió la cena y el baile posterior.
La emotividad estaba cincelada conforme al carácter de la pareja homenajeada. Comenzaré hablando de Sergio, viejo amigo del instituto. Sergio ingresó en mi colegio cuando éste se había metamorfoseado en instituto (algunos tuvimos la suerte de trazar de forma continuada el recorrido de primero de EGB a COU por obra y gracia de la configuración de nuestro centro educativo). Desde el principio, S me pareció un tipo simpático. Excelente conversador y con esa cualidad que delata a los que viven con fiebre vital: mucha curiosidad y capacidad de asombro.
Recuerdo con cariño aquellas primeras conversaciones en las convivencias que teníamos la gente que estábamos emprendiendo el camino de la confirmación (como católicos pensaba entonces, como cristiano prefiero señalar ahora). Sergio quería un mapa del poder, también de la amistad y la belleza, con la que funcionaba nuestro curso. Rulo y yo le introducimos lo mejor que supimos; por el camino, empezamos a forjar una camaradería de roble.
Transcurrió el tiempo y compartimos algunos hitos importantes en nuestra biografía. S, dos o tres amigos más y este que consigna inauguramos nuestro viaje nocturno, con unos primeros vuelos rasantes en los Bajos de Arguelles. Nunca olvidaré el sabor incitante de un mini de kalimocho que se mezclaba de colores con las miradas huidizas de aquellas chicas con las que tanta timidez nos daba conversar miradas. Tampoco las bromas que compartíamos en el sentimiento pionero de robarle mediocridad a las semanas de estudio y tedio.
Hacíamos cosas que nos conectaban con la noche y nuestra alegría: partidos al futbolín, saltos que ponían a prueba la energía de los Offspring y fotografías mentales de guapas inaugurales que tenían la romántica costumbre de vestirse de blanco. Ya sabéis, inocencia, deslumbramiento, idealización. También la irreverencia de quien está empezando. Como cuando el tío Alex se inventó como portero de un garito y las bellas incautas le entregaron, una por una, su documento nacional de identidad, que nuestro creativo gamberro aprovechaba para escanear a las principiantes con una prometedora mezcla de complicidad y juego.
Hubo también primeros viajes de aprendizaje, nieve y noches. De esquí durante la jornada diurna (donde S se manejaba con notable pericia). De noches no autorizadas en las que a los dos nos gustaba aquella enigmática grunchera del curso anterior.
O como cuando Charlie y yo no podíamos evitar estallar de risa (perdona amigo) por las expresividades de nuestro entregado colega cuando jugaba al futbolín. O cuando veíamos el fútbol…Donde, por cierto, no había consenso. Pero así es mi colega, simpatizante de los momentos cumbre de la vida. Indio irredento. Consciente de las cantidades industriales de repetición en el vencimiento que contiene una existencia cualquiera.
Pero también romántico y sabio como para celebrar las esporádicas grandes alegrías de este viaje (de su equipo, prolongación orgullosa de la común de las existencias) con toda la entrega y diversión que merece el evento (Neptuno temió por la integridad de su barba cuando mi viejo camarada estaba encaramado en su lomo, celebrando esta primavera esa Europa Leage que el Atlético le ganó con justicia, 2-1, al Fulham).
Pasaron los años universitarios como quien vive en el trópico. Pero S y yo mantuvimos un hilo irrompible de amistad, que nos llevó por ejemplo a seguir emborrachándonos y disparatando cuando la fiesta nos hermanaba. Siempre me hizo la gracia la risa de Sergio.
El tío ve broma donde el resto ven curso inexcusable de naturaleza. La sonrisa de mi camarada, por ejemplo, de cuando nos encontramos un día en Alonso y yo estaba con una recién incauta me hizo darme cuenta de las posibilidades de un salón que entonces no conocía.
Así podríamos seguir numerando anécdotas. Pero lo importante es que por el camino S ha conservado su risa y su asombro y les ha agregado buenas dosis de conciencia y aguante. Conciencia de las cosas realmente importantes. Conciencia, por ejemplo, del valor sagrado de unos principios para conducirse por esta vida.
También aguante, llámalo fortaleza, para soportar las tentaciones del camino fácil en el trabajo y comportarse como un tipo íntegro. Estamos hablando de un dedicado industrial que, a base de gastar nuestras modernas luces de ya no petróleo conoce, maneja y mejora las mañanas como consultor; o lo que es lo mismo, que se ha convertido en un master de los secretos de la negociación y la eficiencia en los procesos de una empresa. Por el camino, punto crucial de esta historia, Sergio tuvo una revelación. Envuelta en la niebla de la discoteca palacio encontró a Raquel.
Raquel es una extraordinaria conversadora. Paciente, muy trabajadora y llena de sentido común. También divertida. Las veladas que hemos compartido me han transmitido una impresión de cabalidad y serenidad poco frecuente. Pasar un rato con ella y Sergio es envolverte en ‘lo agradable de vivir’. R ahora está trabajando duro en Barcelona para labrarse un porvenir próspero en Madrid junto a su marido…
Ya veréis como todo va a salir bien, chicos. Vuestra calidad personal, paciencia y esfuerzo lo merecen. Irradiáis alegría y templanza, algo así como serenidad y movimiento. Cualidades que componen este retrato que os tomaron en pleno corazón de la fiesta de vuestro enlace. Ahora que se cumplen los cinco meses del mismo, aquí va mi homenaje de celebración y agradecimiento del mismo.
Disfruten del viaje.
domingo, noviembre 07, 2010
Ancianidad
viernes, noviembre 05, 2010
jueves, noviembre 04, 2010
Príncipe de las tormentas
Príncipe siempre intuyó que algo especial pasaba en torno a sí. Pero pasaba de darle muchas vueltas al asunto. Simplemente, peleaba por pasar un buen rato. Un día era jugando al fútbol. Otro, flirteando con sus compañeras de clase. Había tiempo también para balancear su cabeza expansiva en algunos pedazos afilados de literatura.
Sus momentos de complicidad, hablamos de adolescencia, lo conducían invariablemente a su grupo de amigos. Un grupo con el que pasarlo bien. Algo mejor, una manada con la que sentirse fuerte. Una camada con la que las mejores juergas podían aparecer en cualquier momento. Y, por encima de todo, una colección de cómplices con los que las risas, la confianza y la aventura estaban garantizadas.
Dice príncipe que la primera vez que nos conocimos le miraba con cara rara. Dando por bueno el diagnóstico, es seguro que esa cara de pocos amigos no se debía a su presencia. Por aquel tiempo, tenía demasiadas cosas en la cabeza. No digo que el problema se haya resuelto con el discurso de los años. Pero al menos ahora disimulo mejor.
Mi amistad con P se fraguó en innumerables viajes a Miraflores, una localidad del norte de Madrid en cuya radio cometieron la imprudencia de dar el mando de sus programas de deportes a un puñado de joveznos universitarios, comandados por el tío Charlie. P era compañero de CH en la Facultad de Periodismo CEU y desde el principio fue pintado por mi viejo amigo como un tipo fuera de lo ordinario.
Puestos a hacer guasa, podría afirmar que normal no era ni la cantidad de gomina que empleaba para domeñar su irreverente melena ni las bellas mujeres con las que le alternaba en las primeras noches de botellón que compartimos. Tampoco era muy normal su afición por las poses de tipo atormentado y pegadizo, una suerte de River Phoenix en versión amable de las calles madrileñas.
Ese personaje, tan cautivante como generador de envidias, le valió un día el apelativo de “grunchero de postal” de parte de un desconsolado compañero de facultad. Desconsolado porque no podía soportar la popularidad de nuestro retratado. Sea como fuere, el secreto de ese éxito social y ese aura de enigmático descansaba precisamente en que P pasaba de esa receta tan común en todas las edades de “ganas de caer bien”.
P era un buen tipo, pero pasaba de exhibir sus credenciales con un molde convencional. Ya desde muy joven, tenía conciencia de su singularidad y cultivaba su diferencia con cantidades demenciales de literatura, música, cine y…Viajes. Si algo le gustaba a P era jugar. Recuerdo un garito de los entonces espumosos Bajos de Arguelles donde nuestro protagonista se sentía feliz y motivado.
En aquel tugurio los minis de calimocho tenían un precio democrático. Sonaban con frecuencia Los Héroes del Silencio (después serían Los Planetas y a día de hoy grupos como Belle & Sebastian) y solían abrevar un par de dulcineas que personificaban la dualidad de gustos de este buscador. De un lado, una chica rubia, bella como una Christina Rosenvinge y etérea como una criatura de Dante. Que jugaba al sí pero no. De otro, una morena juguetona, que se dejaba querer con una fórmula de sí pero sí.
Al final, no pasó nada con ninguna de las dos. En el caso de la morena, mi amigo respetó que le molaba mucho a un colega suyo. En el de la rubia, me resulta difícil recordar qué pasó exactamente. Quizá ya tenía novio. Tal vez simplemente le gustaba otro muchacho.
Sea como fuere, esa atonía era la versión menos frecuente en la vida de este trepamuros nocturno. P también podría ser definido como Mister Feromonas. En mi vida he visto un imán semejante para atraer el interés de las mujeres: camareras que le invitaban a una copa, desconocidas escándalo que jugaban a tirarle la caña con la convicción de que el pez merecía ser pescado, criaturas misteriosas que se desnudaban sentimentalmente en la primera conversación…
Como buen epicúreo, P tiene algunas historias delirantes que recordar. Me precio de haber compartido unas cuantas con él. Si me preguntan el secreto de su éxito vital, no sólo mujeriego, diría lo mismo: cuestión de actitud. Pocas veces he conocido a alguien con una personalidad tan definida y con un abanico de intereses vitales tan diversos.
Pongo un ejemplo reciente para ilustrar de lo que hablo. Los dos últimos veranos, P ha viajado en compañía de su alma paraíso, Natalia, a Guatemala y Nepal para realizar voluntariado. De acuerdo, por el camino ha descubierto territorios y comunidades fascinantes. Pero por encima de esa inquietud de antropólogos espontáneos se ha impuesto la humanidad de mi amigo y su novia. Su enorme corazón.
En ambas experiencias han acompañado a chavales con muy pocos recursos. Han jugado con ellos a través del lenguaje universal de la broma. Han enriquecido y se han enriquecido con esa moneda de cambio tantas veces ignorada: desinterés afectivo. Un lujo que gente a la que se lo comento estos días envidian (nadie es perfecto) en voz alta.
Llegados a este punto, es justo y necesario hablar de Natalia. N es guapa como esa actriz recién llegada a millones de hogares una noche de lunes. Guapa y elegante. Es discreta, divertida y generosa. P encontró a N detrás de una barra. Y el flechazo fue instantáneo, con velocidad de ida y vuelta. Fue de este modo como la Gwyneth Paltrow de la acera de los gatos se colocó en el centro de la vida de nuestra protagonista.
El mejor resumen que puedo hacer de su irrupción en la existencia de mi amigo es que desde entonces Príncipe ha ido perdiendo sus tormentas. Sus ansiedades de hombre en traslación se han ido diluyendo en la serenidad que confiere haber encontrado tu lugar en el mundo.
Como dijo Juan Bonilla (uno de los primeros de autores de cabecera de P, cuyos cuentos-y algunos de sus poemas- son brillantes edificaciones), la patria es ese lugar en el que fundas tu alegría. Natalia es la patria de Paco. Y es una patria con la que es muy fácil simpatizar y sentirse cómodo. Así pues, viva la península Natap.
No le quedan muchas líneas a este pergamino. Así que iremos al turrón: Muchas felicidades Sir Paco. Felicidades por esas flamantes 32 castañas. Felicidades por tu trabajo de escribano cualificado en el Diario Marca, en el Plus, en el Mundo. Felicidades por los principios y la imaginación. Felicidades por esa familia que te contagió una manera recta y generosa de entender la existencia. Felicidades por tu alegría. También por esos gruñidos de hombre ajeno a lo ritual con los que la disimulas. Felicidades por esa unión con Natalia, siempre en perfecta reinvención de los días.
Tres imágenes de postre.
Un caserío en León. La generosidad de tus padres con el forastero. Contagio de lecturas. El olor de la bahía gallega. Un abundante plato de berberechos en Sansenxo. Las risas y el disparate. Los enfados por el sueño del poeta dormilón. Un millón de copas en la madrugada. Sentimentalismo de exploradores. La epifanía. Aquel bombón con acento.
Aquella chica rubia. El apartamento lleno de explosiones de luz.
La playa de Lanzada. Horas fuera de brújula. Una sensación de lentitud y posibilidades.
Y, por encima de todo, la amistad. Amistad es cuando tu amigo se lía a pegarle hostias a tus primeros escritos, criticando su vena fantasiosa y la falta de rigor o lecturas que arrastran. Y te jode y te picas y…Cambias de registros simplemente por llevarle la contraria. Amistad es cuando te regalan ‘Las Flores del Mal’ cuando todavía no tienes veinte. O cuando te invitan a un concierto de ‘La buena vida.’
Amistad es cuando no tienes un pavo y tu colega se lía a retirar copas como una prolongación de la noche. Siempre con elegancia y asombro por todo lo que está sucediendo o podría suceder alrededor.
Amistad es cuando tu colega te devuelve a casa en un buga más mamado de la cuenta. Amistad es cuando tu colega te da ideas para salir de tu atolladero profesional. Amistad es cuando P te cuenta experiencias y situaciones dolorosas pero que también conectan. Amistad es cuando, sin pretenderlo, Príncipe te enseña el arte del flirteo. Amistad es cuando tu viejo camarada te presenta a tu mujer musa y no se enfada (al menos no más de la chanza) cuando partes rumbo al palacio de ella.
Amistad es cuando cualquier camiseta se presta para montar la broma y ríes sin pensarlo. Amistad es cuando tienes a un colega con el que compartir el hambre vital. Amistad es ese amigo que te guía en nuevos gustos musicales. Amistad es cuando P fuerza el protocolo de libranzas para ver recitar a su viejo amigo. Amistad es la fidelidad de un colega que nuca falla a la fiesta de tu cumpleaños.
Gracias por todo, compañero. Ojalá tres veces 32 en el cómputo global de este viaje.
Por bromas, curiosidad y canciones no va a quedar.
miércoles, noviembre 03, 2010
Armado con una guitarra
Carisma sin molde.
Música de impulso y barro.
Desnudos sentimentales.
La rabia de una generación.
Cenas que sólo se beben.
Mujeres con teatro espejo.
El oleaje de los cambios.
La vida en una camioneta.
El orgullo de la vibravida.
Conciencia de la postración.
Alegría en el sabor cotidiano.
El emblema de muchos sueños.
martes, noviembre 02, 2010
Mapa despierto
lunes, noviembre 01, 2010
Vitoria
Sabores privilegiados
encienden la noche
mientras te entra un ataque de niebla;
nostalgia de una vida que no encontrarás.
También elegancia para todos.
Y una ciudad decididamente bosque.
Catedral de personas que no insultan su destino.
Entretanto,
la amistad se abre paso con la discreción de
unas sonrisas
colocadas al lado del milagro.