
Mueve la insurgencia con la misma insinuación con la que memoriza el viejo mundo. Acaricia. Baila en el colchón de la discoteca y preferiría no tener que decidir. Sabe ganarse la ecuación del futuro. Pisotea convencionalismos y enciende canciones cuando le viene en gana. Le gusta estudiar la osamenta del genio inglés. Deslumbra en el vagón.