jueves, agosto 27, 2020

La tragedia de Macbeth: el sin sentido que emerge cuando te entregas a la ambición desmedida y la superstición


  • Fuente de foto: Wikipedia.org

Seguimos repasando las obras principales compuestas por el maestro de maestros de la dramaturgia universal: William Shakespeare (Stratford-upon-Avon 1564-1616).

En esta ocasión, queremos analizar La Tragedia de Macbeth (que se estrenó en 1606 y que se representó por primera vez en España en 1838), en la que el bardo inglés disecciona  con tono certero los descoloques mentales y el temor que surge cuando el protagonista de la obra, el noble Lord Macbeth (instigado por su esposa, Lady Macbeth) mancilla su buena reputación como valeroso soldado y asesina al rey Duncan en aras de la ambición de reinar Escocia, tal y como le habían vaticinado tres brujas, 'Las tres hermanas fatídicas'.

Fuente de foto: Amazon.com

Un acto, todo hay que decirlo, que habla maravillas del sentido de la gratitud del protagonista, que había sido recompensado con la condición de noble por el propio Duncan tras sofocar la rebelión de algunos nobles escoceses y el ejército de los noruegos.

A parir de ese asesinato lleno de cobardía (se cargan a Duncan cuando duerme por la noche), tanto el protagonista de esta tragedia como su mujer entran en una espiral de desconfianza, miedo y alucinaciones que reflejan su estado de desintegración y remordimientos interiores (cuando tus actos dañan al otro, esperas del mundo lo mismo... Un circuito, por cierto, que también funciona a la inversa).


Fuente de foto: Wikipedia.org

Un fenómeno que la física cuántica denomina “colapso de la función de onda” o “efecto observador”. También podríamos hablar de la relación entre la conciencia y el mundo, lo que a nivel subatómico se corresponde con que la energía responde a tu atención y se convierte en materia. ... Y si la materia está hecha de energía, tiene sentido que la conciencia y la energía estén tan vinculadas que sean lo mismo....tal y como explican con gran pedagogía en la web inslip.es.


Fuente de foto: inslip.es

No entraremos en más detalles sobre la obra, que conviene contemplar con las expectativas lo más limpias posibles (podéis hacerlo en la espléndida versión cincelada para Estudio 1, de RTVE, en 1966, disponible en You Tube, con Francisco Piquer, José Maria Escuer, Irene Gutiérrez Caba, Tomás Blanco y Julio Núnez, entre otros, como principales hacedores).

Lo que sí podemos plasmar en este escrito es nuestro asombro ante el ingenio, tono sentencioso y por momentos lucidez que Shakspeare desplegaba para explicar la vida a través de los diálogos de sus personajes. 

Aquí teneis algunas de las perlas que contiene la obra:

Sobre la codicia...
"La ambición arde en tu pecho; pero te repugna ver con las flores las espinas, con el amor el desdén. Te repugna jugar falso, mas no ganar con doblez si no fraguas tú el engaño. En tu mente el interés te enseña cómo has de obrar".

Sobre los actos desintegradores, que no pueden ser escondidos por unas formas refinadas...
"Mis acentos te causan maravilla; no quieras penetrar en lo que callan; pues las obras que en mal se principiaron solo el mal las prosigue y las acaba".


Fuente de foto: sensacine.com

Sobre la ambición que corrompe...
"Las ventajas de la vida codicias; mas a perderlas te resignas, si es preciso alcanzarlas con la fuerza. ¿Vivir quisieras cobarde allá en tu propia creencia? Ves el fruto apetecido que tu ardiente gula anhela, y le pierdes cual la zorra de fabulosa leyenda".

Macbeth es pues todo un tratado sobre la maldad, la codicia y la ambición que encarcela el corazón y el futuro. Muy recomendable pues verla para tener buenas digestiones...

Bromas aparte, la grandeza de Shaskpeare es que siempre encuentra algunos granos de luz en medio de territorios tan sombríos, como cuando define en esta misma obra la dicha de vivir: "¿Qué más brillante adorno, qué manjar exquisito se hallaría mas sabroso que amor y que alegría?"




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