Los pies se llenan de liviandad y confianza y bailas en
armonía con el grupo. Como en un sueño, los cuerpos de las estatuas te transfieren
proporción, fuerza y decisión. La energía abre un caudal de cambio en el pecho.
Ríes con la gente, compartes miradas y mestizas aprendizajes.
Te disuelves feliz en el grupo y transitamos como un río de
personas que musican sus avances; es la alegría de sentir pensando, actuar
sintiendo y pensar con los pies enraizados en el cielo.
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