jueves, mayo 28, 2015

El Incal: viaje iniciático para vivir despiertos


Vivir despierto es surfear en el momento presente y disfrutar de los aprendizajes adquiridos durante el viaje, abandonando viejos valores (aquellos que ya no te sirven, aquellos que dejan de tener sentido durante el trayecto) y construyendo realidades más afinadas a través de la relación con el otro.

Sobre esos ejes gira el Viaje del Incal, uno de los regalos de cumpleaños que más ilusión me ha hecho de todos los que he recibido en los últimos tiempos. Esta novela gráfica es la suma del talento para el dibujo de Moebius y el conocimiento y la imaginación de Jodorowsky.

En la misma, se relata la singladura del detective John Difool, que de repente adquiere la condición de involuntario protagonista de un proceso de cambio en el universo. Un proceso que tiene mucho que ver con el despertar interno de este antihéroe protagonista. Un tipo que adora un baño caliente, la compañía de una hompeoputa (una androide prostituta) y el disfrute de un puro.

Hedonismo y desconexión. El emblema del comportamiento del protagonista de esta historia tiene mucho que ver con las tendencias de la sociedad que lo mece: teleadicción, escapismo, consumismo desenfrenado y unos líderes centrados en el lucro personal. ¿Les suena? Por el camino, uno disfruta de un viaje iniciático en el que se entremezclan aventuras, ciencia ficción, espiritualidad futurista (que comienza a colarse entre as rendijas de nuestro presente), cine negro, apología de la amistad y heroínas bellas y centradas en su sentido del deber.

El comic se lee con facilidad y, en ocasiones, hay que dosificarse para no devorarlo en un par de noches. Es entretenido y tiene buenas dosis de humor. Además, contiene un elemento revolucionario para nuestro tiempo: elude las respuestas violentas (hablamos del equipo protagonista que cataliza la historia) para resolver los conflictos y tiene una mirada integradora para aceptar las dificultades. Además, se estructura a través de un lenguaje de confianza en el ser esencial que late dentro de uno, en una historia que por momentos se parece a un videojuego.

La conclusión más interesante que teje la lectura de esta historia es la certidumbre de que hay que danzar con la realidad para crecer como personas; explorando nuestra individualidad, que debemos desarrollar en todo su brillo para, llegado el momento, disolvernos en armonía con el universo…Ya se sabe, un poco de esperanza nunca le hizo mal al cuerpo ;-).

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