miércoles, abril 20, 2011

El yin y el yang


A un lado, la filarmónica del balón. Una colección solistas bajitos que miman el esférico y le conducen a un triángulo de placer hecho de velocidad, precisión y fantasía. Una banda exclusiva que genera admiración universal en la misma medida en que representa a un pueblo lleno de sueños, arrogancia y una forma poética de ver el mundo.

Al otro, el instinto depredador de los perfeccionistas con leyenda. Gente alta, también veloz, y afinada en el propósito de darle vértigo y sentido al balón y a la felicidad millones de hinchas. Lo importante es el resultado, dice esta banda, que a veces desbarra en su hambre de excelencia. La suya es una manera incluyente de celebrar.

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