No ha aparecido ningún sospechoso con
un piano de cola.
Estoy grabada aquí,
en directo,
en escasos centímetros
cuadrados
de mi pequeño ambulante
teatro de piel.
Aquí, además, damos conciertos.
He sufrido también varias embestidas del
destino.
Aquí también me acabaron.
Y se oye hasta la respiración del intérprete.
Tocarte siete noches seguidas es un lujo.
Comer, rezar, sentir.
Y un abrazo.
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