lunes, octubre 18, 2010

Dos amigos


A veces los días se ponen de inercia y quedan postergadas postales justas y necesarias. Víctimas de ese descarrilamiento, quedaron sin comentar en su momento las dos islas en las que tuve la suerte (buena) de pasar mis vacaciones este año.

Por suerte, esta semana vamos a reparar esa afrenta. En primer lugar, toca hablar de Tenerife, imán de paraísos y la tierra donde vive la mayor parte de mi familia. Hay un buen número de motivos por los que me gusta visitar la isla dos o tres veces al año. Uno es la hospitalidad y el cariño de mis tías. También la opción de compartir más experiencias y momentos con mi hermano Javi. Otro la amistad que me une a unas cuantas lugareñas (la isla de los perros es un matriarcado, no me pregunten por qué). Asimismo, merece la pena mencionar las posibilidades de un clima tan seductor que convierte el año en un verano sin ínfulas de castigador.

Cuando era adolescente, me atormentaba la imposibilidad de emular el acento de los insulares. Supongo que no me gustaba la etiqueta de godo. Ni el distanciamiento que a veces ese resumen podía suponer. Conforme discurrieron los años, me di cuenta de que esa singularidad era mi ventaja. “Qué acento más bonito”. O expresiones como “la gente de aquí no es tan culta como tú” pasaron a jugar a mi favor. No me engaño. Eran otra vez las arbitrarias miradas. Pero si esta vez contaban a mi favor y no dañaba a nadie con ellas no iba a ser yo quien desmontara el encanto.

Estas líneas me sirven de preludio para enmarcar este verano, que ha sido sencillamente espectacular. Por un lado, he tenido la suerte de pasar grandes momentos con la familia; también con el matriarcado de lugareñas: Guaci, Ana, Silvia, pequeña Nora, o Rosario. Por otro, he contado el privilegio de estar con dos amigos que llevan un año poblando la isla con su simpatía e instinto aventurero: Aurora y Rubén.

Hablar de Rubens y Auro es hablar de la pareja perfecta. Periodistas. Lúcidos. Amigos. Divertidos. Compañeros. Inconformistas. Gente que cree en la vida. Todo empezó hace un lustro cuando encontré al señor Rubens en la redacción de un modesto periódico del sur de Madrid: ‘El Iceberg’. Allí cultivamos una sólida amistad. El tío Rubens podía darte la matraca con su sentido del humor, punzante y juguetón, a trasvés de dos o tres bromas que sólo él sabía convertir en una buena carcajada. A veces te mareaba un poco. Pero por encima de esa expansividad, brillaba un tipo noble y brillante; capaz de convertir una noticia anodina en un pedazo de literatura.

Por aquella época, empezó también nuestra fiebre por las bitácoras cibernéticas. Rubens se abrió una en la que figuraba como ‘nuevos perros guardianes’, apodo por el que todavía le conocen un par de buenos amigos. El blog es el medio natural en el que nuestro protagonista puede expresar su depurada habilidad para desvelar la realidad, de un modo espontáneo y ameno.

Hay varios aspectos de la personalidad de este buscador de ‘sanse’ que brillan con vivencia propia. Pero si me tengo que quedar con uno, escojo dos: su sentido del humor y su energía con talla XXL. Una energía que lo mismo le sirve para currar como un cabrón en un bar, un súper o escribiendo artículos como si éstos fuesen piezas de manufactura en una fábrica de automóviles. Así es Rubens, que emplea esa misma energía para beber como un búfalo por la noche, dormir tres horas mal contadas y llevar su auto hasta el sur de la isla al día siguiente para acariciar así las olas de una playa indómita. Con el señor Rubens se puede hablar de cualquier cosa. Mantener amplias conversaciones en las que el mundo deja, por un rato, de ser un animal salvaje.

Contribuye a entender mejor las cosas. Y te ayuda a conservar intactas las ganas de revolucionar la mediocridad. Sin perder de vista el sentido común y, al tiempo, reconciliándote y haciéndote amigo de tus debilidades.

Hasta el día de hoy he tenido el privilegio de hilvanar un número importante de aventuras con el tío Rubens. Gracias a él aprendí a conducir un poquito mejor. También tuvo el detalle de transportarme del nido al trabajo y viceversa en los días de oro del reporterismo en el sur de Madrid. Otra vez fue un fin de semana disparatado e impredecible; ora en Málaga, ora en Asturias. Este año un carnaval en Tenerife. Hace dos la celebración del último título de liga del Madrid. Y así podríamos continuar.

Por el camino, tuve también la suerte de conocer a Aurora, Auro para los colegas. Este domingo ha sido el cumpleaños de nuestra amiga. Felicidades ‘venteañera’. Esta semana, además, tuve la suerte de presenciar una conferencia que impartió en la Asociación de la prensa de Madrid. La charla entremezclaba voluntariado y periodismo, dos actividades en las que nuestra protagonista es una fuera de serie. Es decir, alguien que se sale de la cultura de adocenamiento en la que ha crecido nuestra generación.

Con Aurora es muy fácil sentirse cómodo. Es divertida, inquieta y conoce la alquimia de la escucha y la comprensión. ‘Calidece’ a la gente. También posee la elocuencia de las inmortales contadoras de historias. Estas cualidades se concretan en empresas como su bitácora: ‘Por fin en África’, un prodigio de sensibilidad, conocimiento y ganas de buceo en la realidad africana. Una realidad que, gracias a sus palabras deja, por un rato, de ser una gran desconocida para la gente que nos asomamos a sus páginas.

‘El Mundo’, Sudáfrica, Tenerife…Esta mujer no para. Quiere conocer el mundo. Vivirlo. Comprenderlo. Vivirlo y detestarlo. Estrecharlo y amarlo. En sus venas borbotea la sangre de exploradores como el maestro Kapusinsky. Siempre con el depósito lleno de asombro y pasión por la diversidad. A veces extraviándose por su entrañable facilidad para el despiste. También con un saludable punto de escepticismo, que la fortifica contra el desencanto. Busca la vida inflamada.

Pero tiene la suerte de vivir en el amor. Junto a Rubens conforman el dueto con mejores proyecciones del mar canario, que se ha quedado fascinado con su afán por conocer las 7 emergencias de tierra conocidas como Islas Canarias. Iniciativa, complicidad, aventura y relatos. Difícil encontrar cuatro puntos vitales mejor cardinados.

Gracias chicos. Este verano Tenerife se ha puesto más guapa con vuestra alegría.

4 comentarios:

  1. Joer Peter, me has dejado sin palabras! la próxima vez que nos veamos te invito a una caja entera de Aquarius!

    La verdad es que este verano fue uno de los mejores de los últimos 10 años (a veces no hace falta irse tan lejos para disfrutar como un niño)

    Como siempre, exageras en piropos, pero por supuesto se agradecen (prometo devolverlos desde la modesta bitácora de Chicharros)

    Se te olvida la subida al Teide, una peripecia que, gracias a la magnífica compañía, jamás se olvidará(así como tantas otras aventuras de las que citas en el post)

    Y, como dices tu siempre, lo mejor de todo es que todavía nos quedan muchas aventuras que compartir!

    Muchas gracias crack!
    Un abrazo!

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  2. De nada Chicharros Enlatados!

    O debería decir Rubens? ;-) Me alegro de que te haya gustado el homenaje. Grande esa subida al Teide, que me enseñó a sufrir mejor, como si fuera un aprendiz de ciclista profesional :P, mientras nos fascinábamos con las vistas del monte silencio.

    Seguro que sí, que todavía nos quedan muchas y buenas aventuras por compartir.

    Un abrazo!

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  3. Tres días llevo para responder a este post, entre ruborizada y halagada, sin saber qué decir.

    Muchas gracias por este bonito regalo de cumple! Se agradece hasta lo indecible cuando llegas a los 29 y sigues sin saber qué harás pasado mañana pero tienes la certeza de que, con amigos como tú y veranos como éste, será más fácil disfrutarlo.

    Un besote

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  4. De nada Auro! Un lujo que te haya gustado el regalo.

    Claro que sí, ya verás como todavía nos quedan muchos buenos momentos por compartir. Al final, como dijo Mr Lennon, la vida es lo que te sucede mientras planeas hacer otras cosas. Y, por lo que veo, tú estás haciendo cosas muy interesantes, así que no le des tanta importamcia al mañana ;-)

    Un besote

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