Haikus, liras, sonetos, submarinismo emocional...cine, series, baloncesto y algo de literatura; arrebatos y destellos para darle arraigo a la posibilidad. Lo mejor está por venir. A través de esa idea, vivo, disfruto y ordeno la realidad, que construimos juntos cada día :-). Un blog de Pedro Fernaud Quintana
lunes, noviembre 30, 2009
En el continente olvidado
Corazón tierra.
Ahí, se aniquilaron.
Hermanos también.
Cielos brumados.
Palabra: genocidio.
Otro odio miedo.
Extinción.
Nueva extinción.
Muerte salvaje.
Sin adjetivos.
Sin belleza tampoco.
Ni apenas aire.
Fue en Ruanda, cierto.
Miramos para otro lado.
Verguenza todos.
viernes, noviembre 27, 2009
Gran Fran
jueves, noviembre 26, 2009
Momentos team
miércoles, noviembre 25, 2009
I'm cold
viernes, noviembre 20, 2009
Mr Eastwood
jueves, noviembre 19, 2009
Marinera en tierra
miércoles, noviembre 18, 2009
No más de un minuto
martes, noviembre 17, 2009
La poeta
Alta como un sueño y firme como
una elegancia.
Mis amigos alucinan con la poeta.
La poeta mueve misterios
y habla con situaciones prohibidas.
La poeta viste faldas amplias
y camisas apresuradas.
Inventa momentos también
con sus ojos medio entornados.
Mis amigos alucinan con la poeta.
Mujer de afilados y labios sutileza.
La poeta se extingue los tópicos
cuando explora el escenario.
Por dentro, es un vértigo.
Enfrente, belleza glaciar.
Mis amigos alucinan con la poeta.
El animal más hermoso y vulnerable que
recuerdan.
La poeta habla de momentos.
Sus historias son tragos secos.
Y su perfume calidez presagia
tardes exitosas.
Entretanto, nos asombra;
lo hace con imágenes al límite.
(Para Sara Torres)
domingo, noviembre 15, 2009
Cosas así suceden
Los ventanales del trabajo se apiadan
de mí (incesante).
Ventanales como gran pantalla de vida.
El hombre tiene 60 largos
(años quizá, relatos también).
Se desorienta condiciendo (el cuerpo)
entre la maleza.
Conduce dando círculos;
busca lencería de un esquilmado árbol.
Trabajo
Pregunta
Trabajo
Trabajo
El hombre se despeina (más).
Y cava como un arroyo.
Parece raro como alegre.
No asegura que mi delicada repetición
contenga más orden que su desconcertante
(trabajo).
Es entretenimiento y no me ganas.
Algo así (saludo)
parece decirme cuando
esquiva la ventana vida.
miércoles, noviembre 11, 2009
Tu invitación
lunes, noviembre 09, 2009
Berliner Mauer (RDA+RFA=broken soul)
Pago vergüenza.
Vidas encapsuladas.
Horror sorpresa.
Credo colectivo.
La repetición.
Oportunidad.
Orgullo crisol.
Milagro mentalidad.
Coca cola dream.
Los coches, útiles.
Partido igual a Dios.
Estanque igualdad.
Tristeza de alma.
Yes, looking for a sunset.
Creciendo fuertes.
Pisos colmena.
Vida barrio, deporte.
Hermanos este.
Urbe confluyes.
Pegamento culturas.
Libre dispendio
(libre pensamiento).
Corazón roto.
Los futuros ciénaga.
Adiós, gente.
Sufrir por los dos.
Alma rabia, vergüenza.
Fe en el futuro.
Productividad.
Miedo delación.
Vente, paciencia.
Personas viajes.
Mi patria es Europa.
Conmoción.
Sueños quebrados.
Ciento cuarenta vidas.
Sombra de guerra.
Sufrir por los dos.
Destinos maquinales.
Solidaridad.
Alma de pop.
Mensajes de vital (rock).
Vamos a por ello.
Ser generosos.
Todos, una oportunidad.
Y conformarse.
Incertidumbre.
Busquemos nuevas vías.
Sueño del pueblo.
Más grietas, por favor.
Hartazgo- protestas; ya.
Desolación.
Algo se acerca.
Confianza en el futuro.
Clama libertad.
De repente, free.
Soy libre para empezar.
Ilusión miedo.
Fe en esta gente.
La colectiva búsqueda.
Ciao pesadilla.
Y el desencanto.
Por encima emergen:
ganas de juntos.
Ciudad libre, que busca.
Y a veces encuentra.
viernes, noviembre 06, 2009
miércoles, noviembre 04, 2009
Cosquillas en el estómago
(En honor a Eva&Rulo, que tuvieron a bien alegrarnos la vida con su boda, en pleno ecuador de septiembre, cuando el verano practica sus últimas irreverencias)
“La música es sinónimo de libertad, de tocar lo que quieras y como quieras, siempre que sea bueno y tenga pasión, que la música sea el alimento del amor” (Kurt Cobain)
Hace mucho tiempo, en unos bares muy lejanos, vivía un chico con un puñado largo de cualidades. El tipo tenía algo que mucha gente se pasa la vida buscando entre manuales de autoayuda, parejas y trabajo: hablo de personalidad. Una genuina, que transpiraba en varios ámbitos. Lo recuerdo mirando al frente, con orgullo y confianza. En el instituto, la mitad de sus compañeras se habían enamorado de él en secreto.
Ya se sabe que los secretos tienen su propia rebeldía en la adolescencia. Pero, claro, él hacía como que no se enteraba. Cuestión de elegancia. La broma y su risa eran el mejor antídoto contra esos problemas que entonces parecían irresolubles. Te escuchaba, te pasaba la mano por el hombro como un involuntario maestro zen, y entonces te daba otra lectura de la situación, llena de sentido común y optimismo.
De alguna inexplicable manera, tenía gancho para relatar las vivencias del verano, ese paraíso donde los amigos son aventura y las chicas vibran sin tiempo para el tedio. Así fue como algunos chicos del barrio idealizamos lugares como las costas británicas o Zuzones. Cuando jugaba al fútbol, era despiadado al corte cuando tocaba defensa, y en ataque simplemente golpeaba la pelota con seguridad y convicción.
Alguna vez pensé que se había quedado sin cabellera en algún saque de esquina; a cambio de ese riesgo, encontraba el gol con mayor frecuencia que el resto. Ese chico era obstinado, miraba el mundo con asombro pero también con brújula: era sereno, divertido y amaba la música, también las mujeres, hasta límites desmedidos.
Ese chico también tenía problemas, como todos. Le podía su intolerancia al fallo y la injusticia. Su debilidad era también su virtud. Era cabezón, impaciente y estaba convencido de conocer el camino. Por eso, si alguna vez chocaba con una dificultad, la transformaba en un notable. No todos podemos decir lo mismo de los suspensos que se cruzaron en nuestro camino. El chico afianzó su talento como estudiante, a base de método y tenacidad, para acabar aterrizando en la universidad.
Hubo un momento en el que le ví perdido. Era la consecuencia natural de la incertidumbre que da conjugar el verbo futuro. Habíamos aprendido a relajarnos y desesperarnos. En mitad de ese dulce abatimiento, pasamos algunos de los mejores momentos de nuestra vida. Recuerdo noches como palacios. Con camareras que te escuchaban y sonreían, también ignoraban, con una sonrisa lenta, imparable.
A cambio, nuestra timidez gobernaba nuestras acciones. Pero nuestras palabras construían inconformismos, odas a desconocidas, filosofías de preguntas y alegría, montañas de insumisiones y risas. También, claro, probábamos el sabor del triunfo con princesas fugaces. O no tanto. Pero, claro, hubo un momento en el que no supimos si la incertidumbre era demasiado peso y los licores viajaban densos.
Hubo un momento en el que la timidez agarrotaba el cuerpo de nuestro protagonista. Pero esas sensaciones no duraron demasiado. Y cuando el chico empezaba a parecer un hombre, con esa sonrisa de corsario que ya sabe de qué va la vaina, apareció ella.
Ella tiene nombre de tentación cercana. Ella es solar, también telúrica, una mujer divertida, que sabe (y sabía) que lo mejor en este viaje es no tomarse las cosas con demasiado dramatismo. Ella era la amiga cómplice, la compañera con la que te apetecía estudiar. La chica de la risa perfecta: alta, contagiosa, imprevisible. Nuestro protagonista pasaba las tardes junto a ella con placidez.
Pero algo cambió de un modo gradual y al tiempo imparable, como la sonrisa de aquellas chicas de la barra. El chico-hombre descubrió un día que ya no quería utilizar los superpoderes de su sonrisa para deslumbrar a las desconocidas de la discoteca.
Ella centraba sus pensamientos. Ella es cercana, también cálida. Ella es valiente, posee una sabiduría ancestral, que le permite ordenar las cosas y las emociones. La vida hay que agitarla, dijo el sabio, y nuestro protagonista pensó en llevarle la razón: ella es inconcebiblemente guapa, con uno de esos rostros que se graban a láser en la memoria.
Ella tiene las mejillas preparadas para el rubor. Y la ternura. Ella se convirtió en la destinataria perfecta de los ramos de flores personalizados. También de otros detalles, comunes y especiales a un toque, concebidos por él. Ella da confianza. Ella no se cansa de conjugar el inconformismo. Es alegre, brillante y confiable, como dicen asiá.
Es la amiga que tiene una palabra amable en el momento justo. Ella, en tiempo moderno, es la reina, la más grande, para un puñado de estudiantes que la entronizan como esa mujer adorable que conocen en el salón del hermano de su amigo.
Ella creció en donde antes se pensaban los dormitorios y ahora se proyectan los futuros. Ella simboliza ese cambio de que las generaciones aprenden por repetición y de que hay individuos que demuestran que podemos ser más generosos, soñadores y constantes
¿Quieren personalidad? Ahí la tienen. Si buscan determinación en el logro diario, también lo encontrarán. Y, sobre todo, una compañera de viaje, para amigos y ya marido, que pone buen humor a las dificultades y una nota de calidez al día a día.
Ah, por el camino, él ha refinado su sonrisa de corsario y ahora, en el trabajo, es The Answer, La respuesta. Ese tipo que hace las cosas más fáciles a los demás. En casa, quizá, el amante ejemplar. Y como amigo, el buen humor y la alegría, ese compañero que hace sencillo lo difícil y convierte una velada en el restaurante en un gran recuerdo.
Digo cosquillas en el estómago porque Eva y Rulo llevan seis años compartiendo el viaje y, sin embargo, su historia me sigue pareciendo la definición de enamoramiento que he encontrado en el diccionario.
“El enamoramiento es s un estado emocional surcado por la alegría y la satisfacción de encontrar a otra persona que es capaz de comprender y compartir tantas cosas como trae consigo la vida”. Como amigo vuestro, para mí es un lujo saber que todavía estáis en esa fase. El mejor síntoma de que habéis acertado invitándonos hoy a esta fiesta. Vuestra fiesta. Chicos, os deseo lo mejor.
martes, noviembre 03, 2009
lunes, noviembre 02, 2009
Santiago es nombre de nómada
El cielo de aguas pensativas
y las manos de errante en rumbo.
Compostela es una belleza gastada,
también una ciudad sin pretensiones.
En estas pisadas, las cosas suceden.
No hace falta ponerse veloz.
Una chica mira sin ver la televisión;
incomparable arquitectura de piernas.
El héroe aquí, casualidades, es nuestro cicerone.
Un tipo al que probablemente no volvamos a ver.
Héroe sonríe fácil y fala galego
para decir lo que te sale de las tripas.
Héroe gasta barba de varios días porque pereza.
Héroe entrecierra cuando saluda a las cómplices.
Y es capaz de cagarse en los miedos estáticos
con un racimo de bromas, a prueba de dogmatismos.
Héroe no tiene problema con escuchar en detalle.
Cuando te habías olvidado, enciende la carcajada.
Los surreales lo llamaban la broma parodia.
Héroe pasa del fútbol y, ácrata tranquilo,
no tiene reparo en estar en el amor.
Aunque para ello se quede sin denarios.
Todo por hacerla sentir (in)confundible.
En un lugar donde el misticismo será de postal
y las vírgenes estaban preñadas,
en ese lunar, héroe ha metido las manos en la llama.
Desconcierto a desconcierto hasta sumar diez años.
Desconcierto: dícese de la falta de orden en los aciertos.
Diez años desparramándose por el amor.
Héroe habla con el desconocido sobre ella.
Y talla una imagen fascinante fascinada.
Más importante lo que no a veces se dice.
Héroe es héroe porque bromea rompiendo las pelotas a los colegas.
Héroe pasa de convencionalismos, pero se lleva bien con sus viejos.
Más importante lo que a veces no dice.
Héroe nos lleva en su buga medio mamado.
Se despide con un reluciente escepticismo.
Y mira ahí arriba,
en la confianza de que pueda conquistar la gabarra.
Todo con tal de hacerse el confundible con la (in)confundible.
Quién sabe, puede que estemos hablando de diez años ahí arriba.