viernes, mayo 09, 2008


Ya no
necesito
ponerme serio
delante del océano

2 comentarios:

Inma Luna dijo...

Uf, eso es mucho decir. La inmensidad siempre impresiona, lo inabarcable.

Pedro Fernaud Quintana dijo...

Es cierto Inma, la inmensidad siempre impresiona, acojona, inspira, desorienta...Pero me refería a que a veces nos dejamos impresionar por cosas que convertimos en inmensa, hasta que un día aprendes (y recuerdas) a poner las cosas en su sitio. Y a conceder verdadera importancia a las cosas que las tienen. Vaya, creo que nunca poema tan corto mereció tan larga explicación, espero que a la próxima sea a la inversa.