martes, agosto 15, 2006

Sueño de Puerto Madero


Te levantas con la luz tibia del invierno y te cuesta contener las lagrimas. Al lado, tu chica se despereza lentamente, mientras te cubre de besos dulces y lentos. Abres la ventana del departamento y la plata del río se remansa en la espera previa a tu paseo de media tarde, allí donde pierdes conciencia de la ansiedad mientras te encaramas al puente o te diviertes inventando cuentos para que tus nenas aprendan el valor de un regalo, venga de donde venga.

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