lunes, diciembre 08, 2014

El amor es extraño


De qué va

Una pareja madura decide por fin formalizar su relación tras decenios de feliz convivencia. El asunto en sí tiene su miga, sobre todo si consideramos el hecho de que sean homosexuales y uno de ellos trabaje en el coro de una iglesia.

El asunto se complica cuando esa misma Iglesia, que hacía hasta hora la vista gorda cuando vivían en pecado, deciden aplicar el peso de la absurdez (injusticia) de su código ideológico y poner al director de la calle.

A partir de ahí, todo lo que parecía armónico encalla con la realidad cotidiana de mujeres y hombres asediados por sus egoísmos, temores y aceleración cotidiana.

Por qué me gusta

Debo aclarar que me costó entrar en la historia. Por momentos, algunos de sus protagonistas me parecían seres ensimismados y algo llorones, cuando no egoístas.  Sin embargo, conforme discurre la película aprendes a apreciar a los personajes y te deleitas con sus toques de humor, generosidad, frescura y vulnerabilidad. Porque el gran mérito de esta historia es que toca la delicadeza de la que todos estamos hechos con un sentido de la verosimilitud y la emoción admirable. Hasta el punto de que la historia principal y otra menos esperable te conmueven.

Las pegas: resulta difícil (me resulta complicado) empatizar con la mayoría de los personajes durante algunos tramos de la película. Y, por momentos, la historia te genera inquietud, buena señal (paradoja) si pensamos que estamos sintiendo la vida promedio yankee (de las clases blancas medias altas) sin salsas ni aditivos.

Cuándo verla: con serenidad de espíritu y ánimo reconfortado.


La guinda: ver a la sexy Marisa Tomei en camisa, luciendo sus espléndidas piernas y poniendo morritos cuando reflexiona o tiene que salir de apuros cotidianos. 

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